CDMX, México. – La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, confirmó este lunes el envío de petróleo de su país a Cuba como parte de acuerdos bilaterales de “cooperación energética y financiera” y en continuidad del apoyo “histórico” ofrecido a la Isla, después de que la agencia EFE informara que dos buques con un total de 80.000 barriles de combustible habían zarpado rumbo a territorio cubano para aliviar la crisis de apagones.
En su conferencia matutina, Sheinbaum defendió la operación en términos de soberanía y legalidad. “Primero, lo hacemos en un marco legal como país soberano; y segundo, damos continuidad a una serie de apoyos que se han dado históricamente de nuestro país a Cuba”, declaró. También sostuvo que “todo es legal y es parte de algo que se viene haciendo” con la Isla “desde hace mucho tiempo”.
La mandataria no ofreció datos clave sobre el envío —ni precios, ni volúmenes exactos por parte de Petróleos Mexicanos (PEMEX), ni condiciones comerciales—, más allá de enmarcarlo como una práctica sostenida y, además, con un componente humanitario. Sí adelantó que PEMEX divulgará más adelante información sobre el precio y los gastos asociados al transporte, carga y descarga, y recordó que las entregas también se realizan por “motivos humanitarios al pueblo de Cuba”.
Sheinbaum, además, buscó situar el vínculo bilateral en una narrativa histórica: aludió a la postura de México en la Organización de los Estados Americanos frente al embargo estadounidense, remarcando que, “independientemente del partido político”, ambos países han mantenido relación. Presentó igualmente una cronología de la relación desde 1994, incluyendo una inversión mexicana de 350 millones de dólares para la “modernización” de la refinería cubana Camilo Cienfuegos, y recordó visitas oficiales a la Isla desde el mandato de Luis Echeverría hasta el de Andrés Manuel López Obrador.
No obstante, en el plano estrictamente informativo la explicación presidencial dejó sin responder las preguntas centrales que determinan el verdadero alcance del envío: cuánto petróleo o combustible se entregó exactamente, bajo qué figura (venta, crédito, intercambio, donación u otro mecanismo), con qué costos y en qué plazos, además de qué controles públicos acompañan la operación.
Para Cuba, el arribo de hidrocarburos puede aliviar de manera puntual la generación eléctrica y el funcionamiento de servicios básicos, con un impacto muy limitado frente a una crisis estructural.
Ya el pasado jueves, Sheinbaum había reafirmado que su gobierno mantendrá la relación y la política histórica de apoyo a La Habana, después de que en Washington se planteara ―durante una audiencia en la Cámara de Representantes de Estados Unidos― que México debería “reconsiderar” su respaldo a los regímenes de Cuba y Venezuela.
“Esa relación siempre ha sido una diferencia entre el Gobierno de Estados Unidos y el Gobierno de México. No tiene por qué influir en la relación México-Estados Unidos y nuestra posición es soberana, es una decisión soberana y tiene que ver mucho con el humanismo que representamos”, dijo la mandataria.
Un día antes, el Subcomité para el Hemisferio Occidental del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos había llevado a cabo una audiencia titulada “Relaciones de México con la región”. La audiencia estuvo encabezada por la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar (republicana por Florida), quien en sus palabras de apertura reprochó la política exterior mexicana de “no intervención” y utilizó a Cuba como ejemplo de lo que describió como una contradicción entre el discurso y la práctica.
Salazar afirmó que “en los últimos cuatro meses” México había enviado a Cuba, de manera gratuita, unos 55 buques/tanqueros de petróleo que tendrían el valor de “más de 3.000 millones de dólares”. Además, criticó los acuerdos de contratación de médicos cubanos en México, por los que el Gobierno del país azteza estaría pagando “más de 100 millones de dólares” al Gobierno cubano y no directamente a los galenos.
La legisladora también sostuvo que esos convenios violan el capítulo 23 del T-MEC por una supuesta relación con “trabajo forzoso”, y describió un esquema que ha sido denunciado por organismos y medios internacionales, por el que los médicos reciben solo una parte mínima del pago, mientras el resto va al Estado cubano.
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