MIAMI, Estados Unidos. – El periodista haitiano Jocelyn Justin, herido de bala en el rostro en la Nochebuena de 2024, pidió ayuda al primer ministro de Haití, Alix Didier Fils-Aimé, para recibir atención médica y ayuda humanitaria mientras permanece en Cuba a la espera de una cirugía maxilofacial que no se ha realizado.
En una carta enviada al mandatario, y citada en un reporte de LatAm Journalism Review (LJR), el joven asegura: “Hoy me encuentro en una situación alarmantemente precaria: no tengo recursos para pagar mi alquiler ni para cubrir mis necesidades básicas. No tengo dinero para comprar mis medicamentos. No tengo medios de subsistencia para afrontar la vida cotidiana”.
“Señor primer ministro, sé que no soy una figura prominente de la sociedad, pero soy un hijo de este país, un servidor de la información y un ciudadano que aún cree en la responsabilidad del Estado hacia sus hijos”, escribió Justin en su misiva. “Mi situación actual no es solo un problema personal, sino una tragedia humana y profesional que merece la atención de su gobierno”, agregó.
Justin dijo a LJR que acudió al jefe de Gobierno “porque puede tomar una decisión rápida sobre la difícil situación” en que se encuentra. Según el medio, su carta fue entregada en la oficina del primer ministro por un tercero. No hubo respuesta de esa oficina ni del vocero del Consejo Presidencial de Transición al cierre del reporte.
El periodista reside en Cuba desde inicios de 2025 tras sufrir graves lesiones durante un tiroteo de pandillas en la reapertura del Hospital Universitario de Haití, en Puerto Príncipe. Recibió atención inicial, pero ahora requiere una reconstrucción de la mandíbula inferior programada para julio que no se ha practicado. A fines de septiembre, dijo que llevaba meses sin tomar su medicación por falta de dinero y que se le agotaban los medios para pagar el cuarto donde vive.
En su carta, Justin señaló que la operación no se concretó por “falta de recursos financieros”. La organización SOS Journalistes informó en agosto que, cuando Justin solicitaba tratamiento, médicos cubanos lo remitían a las autoridades haitianas, dando la impresión de que el Gobierno de Haití no había abonado los costos. “Las autoridades haitianas nunca dicen públicamente cuál es realmente el problema. Pretenden que no es un problema de dinero lo que bloquea la operación”, dijo a LJR Guyler C. Delva, secretario general de esa organización.
Además, el funcionario detalló que, mientras espera por la cirugía, Justin “solo depende de unas pocas personas que viven en el mismo lugar, que a veces le muestran algo de bondad compartiendo con él”. También precisó que, debido a la herida en la mandíbula, “no puede comer alimentos normales” y su comida “debe ser preparada de manera especial”.
El ministro de Salud de Haití, Sinal Bertrand, negó en declaraciones a LJR que su cartera se resista a pagar y atribuyó la demora a cuestiones logísticas. Afirmó que el tratamiento inicial ya fue cubierto, pero que, por la complejidad del caso, Justin debe ser atendido en un hospital especializado en La Habana, el cual debe elaborar un plan de tratamiento que se enviará a las autoridades haitianas para proceder al pago.
La fuente añadió que un emisario haitiano debería viajar con el dinero para el traslado del paciente a la capital, lo que no ha sido posible por condiciones meteorológicas. También aseguró que estuvo en Cuba en julio y que brindó apoyo económico a Justin para alquiler y alimentos. Ahora agregó: “Él sabe muy bien que yo, personalmente como ministro, estoy de su lado”.
Bertrand sostuvo además que la entrega de fondos debe hacerse en persona porque las transferencias bancarias entre ambos países son “prácticamente imposibles”. “Es una operación maxilofacial algo difícil”, dijo, tras explicar que cuatro heridos del ataque fueron trasladados a Cuba y que el único caso pendiente es el de Justin.
El ataque del 24 de diciembre dejó dos periodistas muertos —Jimmy Jean y Marckendy Natoux— y siete heridos, entre ellos Justin. Otros dos reporteros heridos, Velondie Miracle y Florise Desronvil, completaron su tratamiento y regresaron a Haití.
Justo este miércoles, trascendió que hasta una veintena de agentes de la Policía Nacional de Haití heridos en operaciones contra pandillas y que fueron enviados a hospitales cubanos se encuentran en una situación de abandono estatal, falta de dinero para medicinas y obstáculos administrativos. “Los médicos cubanos no brindan atención sin el desembolso de los fondos asignados para el servicio”, declaró al medio independiente AyiboPost Mathieuny Sidel, vocero del Sindicato Nacional de Policías Haitianos (SYNAPOHA, por sus siglas en francés).
El director de la Oficina del Seguro de Accidentes de Trabajo, Enfermedad y Maternidad (OFATMA, también por sus siglas en francés), Vikerson Garnier, dijo a AyiboPost que el organismo contrató a la empresa privada Good Money para gestionar la atención de los policías en Cuba —hasta un máximo de cinco millones de gourdes por paciente—, y que la firma cobra una comisión de 3–4% por factura. La propia Good Money admitió dificultades por la escasez de medicamentos en Cuba y dijo que acude a Jamaica o Panamá para suplir faltantes.
El medio independiente documentó testimonios de agentes que debieron pagar cirugías con ahorros, altas médicas prematuras al expirar planes de tratamiento, empeños para costear alimentos y analgésicos, e incluso la muerte del inspector Jean Bernard el 28 de junio pasado en un hospital cubano. Uno de los policías entrevistados resumió su desamparo: “No me arrepiento del día en que entré en la Policía, pero nos tratan como piezas de repuesto”.