MADRID, España.- Un niño de cinco años falleció este 2 de septiembre en la comunidad de La Maya, municipio Songo-La Maya, provincia Santiago de Cuba, tras ingerir en su hogar tabletas de paracetamol de 500 mg de procedencia extranjera y caducadas desde 2020, según confirmó en una nota oficial la Dirección General de Salud provincial.
El menor fue trasladado en la mañana al Policlínico Carlos Juan Finlay después de presentar convulsiones. A pesar de recibir atención médica inmediata, murió poco después.
En la misma vivienda, otro niño de 11 años presentó síntomas similares tras haber ingerido el mismo medicamento. Fue estabilizado en el policlínico y posteriormente trasladado al Hospital Infantil Juan de la Cruz Martínez Maceira, donde se encuentra “recuperado, estable y bajo observación en cuidados intensivos”, de acuerdo con el comunicado oficial.
Las autoridades sanitarias informaron que se desarrolla una investigación para esclarecer las circunstancias del suceso y reforzar las medidas de seguridad en el manejo de fármacos en los hogares. La nota también hizo un llamado a la educación sanitaria y al “acceso seguro a medicamentos en condiciones adecuadas”.
Esta versión fue cuestionada por una prima de la madre del pequeño, quien comunicó a Cubanet que el niño llegó al hospital con fiebre muy alta y allí fue inyectado. Luego de esto, el infante falleció.
La publicación oficial omitió mencionar la profunda crisis de desabastecimiento que atraviesan las farmacias en Cuba y que obliga a las familias a recurrir al mercado informal o a fármacos enviados desde el extranjero, muchas veces sin garantías sanitarias.
La indignación ciudadana
El hecho provocó una oleada de críticas en redes sociales, donde los cubanos responsabilizaron al Gobierno por la falta de medicamentos básicos y cuestionaron el discurso oficial. “Si en las farmacias de este país hubieran medicamentos, no habría necesidad de comprarlos en la calle sin saber de dónde salen”, comentó la santiaguera Haydée Ricardo Fonden.
Para María Caridad López Campistrous, lo ocurrido es un “llamado de atención y alerta ante la venta de medicamentos sin ninguna certificación sanitaria, a cuya compra acudimos tratando de solucionar la ausencia en las farmacias de los medicamentos más simples”.
Otros, como Lienae Freije, reaccionaron denunciando la nota oficial: “Promover el acceso seguro a medicamentos dice la nota!! Qué falta de respeto, con las farmacias vacías, con colas infinitas que no suplen las necesidades de tantísimos enfermos, en su mayoría deteriorados por la malnutrición y el estrés de la mala vida de cada día… Un sistema de salud totalmente desamparado y fallido producto de la indolencia de un gobierno que culpa al vecino de sus carencias de materia prima, pero que al mismo tiempo sí puede construir hoteles y financiar proyectos que para nada contribuyen al pueblo que tanto lo necesita”.
Yanet Batista Gallego resumió el sentir de muchos: “Acceso seguro a los medicamentos sería poder comprarlos en la farmacia, pero salud pública no garantiza eso”. Mientras que Ail Andu señaló que la tragedia era previsible: “Yo sabía que en algún momento iba a pasar, pero muchos más muertos habría si la gente no pudiera acceder a esos medicamentos que se mueven en el mercado negro. Porque NO HAY NADA”.
La muerte del niño ha generado consternación en Santiago de Cuba y reaviva la indignación social frente al deterioro del sistema de salud, presentado durante décadas como uno de los principales logros del régimen, pero que se encuentra marcado por el desabastecimiento crónico, el colapso de la infraestructura hospitalaria y la desconfianza ciudadana.