MADRID, España.- A más de dos semanas del paso del huracán Melissa, el municipio granmense de Cauto Cristo continúa entre los territorios más afectados de la región oriental. Viviendas destruidas, pérdidas agrícolas y familias aún sin un colchón donde dormir conforman el panorama.
Este miércoles, el primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz visitó comunidades del territorio y dejó varias declaraciones que generan críticas y cuestionamientos.
Durante su recorrido, transmitido por el Noticiero Nacional, el jefe de Gobierno acompañado por autoridades locales se interesó por la magnitud de las pérdidas materiales. En el intercambio televisado con funcionarios municipales, preguntó: “¿Cuántos colchones hay afectados hoy?”. La respuesta oficial señaló 103 cameros y 56 personales dañados, de los cuales solo 50 cameros y 26 personales habían llegado la víspera para su distribución. Marrero también insistió en los criterios de reparto: “¿Y cómo lo distribuyeron? ¿Cómo toma la decisión de las prioridades?”.
Los damnificados explicaron que algunas familias aún no han podido regresar a sus casas porque no tienen dónde dormir. “Si hay una familia que hoy la está pasando súper mal, le hace falta una ayuda de dinero, le damos la ayuda de dinero también”, respondió Marrero ante las cámaras.
La visita se produjo en medio de reclamos ciudadanos por la falta de respuestas concretas y por la percepción de que la recuperación avanza a un ritmo insuficiente frente a la magnitud de los daños. Según el gobierno municipal, existen 205 viviendas afectadas, así como más de 70 kilómetros de viales dañados, además de pérdidas de ganado mayor, porcino, ovino y aves de corral.
Marrero insistió en que la recuperación será gradual, condicionada por el contexto económico del país: “Esto nos llega en un momento complejo (…) ya teníamos bastantes problemas, el dengue, las enfermedades… y no tenemos la posibilidad de resolverlos de un día para otro”. También llamó a la búsqueda de alternativas locales: “Tenemos que ir buscando soluciones alternativas y hacer la caldosa (…) e incorporarnos todos a este proceso de recuperación y ayudar a los que tienen más dificultades”.
Mientras el Gobierno pide confianza, la población sigue denunciando insuficiencias en el suministro de alimentos, demoras en la entrega de recursos básicos y viviendas inhabitables. El mensaje institucional insiste en que “no los vamos a dejar solos”, pero en comunidades como Paso Viejo y El Recreo los vecinos continúan esperando respuestas más rápidas y efectivas tras un evento que les cambió la vida de un día para otro.
La prensa oficial presenta el recorrido de Marrero como un ejercicio de cercanía y apoyo a las comunidades, pero los testimonios que circulan en redes sociales dibujan un escenario distinto. Residentes de varias zonas de Granma han difundido videos y mensajes denunciando deficiencias en la asistencia entregada, desde alimentos en mal estado hasta productos próximos a caducar. También se reportan quejas por la falta de seguimiento a familias que aún permanecen en condiciones precarias. Estas publicaciones contrastan con la narrativa institucional y reflejan el descontento de sectores que aseguran sentirse desatendidos en medio de una recuperación que sigue siendo insuficiente.








