MIAMI, Estados Unidos. – La Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), coalición de organizaciones del exilio con sede en Miami, calificó la lucha de Ucrania como “un faro global de dignidad” y acusó al régimen de La Habana de ser cómplice de la agresión rusa y de enviar cubanos como mercenarios al frente, en una declaración fechada este miércoles y enviada a CubaNet.
En el mismo comunicado, la ARC reconoce el liderazgo del presidente Donald Trump y del secretario de Estado, Marco Rubio, en la política hacia Cuba y la región, y llama a la comunidad internacional a redoblar su apoyo a la soberanía ucraniana.
Según el texto, la ARC, que agrupa a organizaciones del exilio cuyo objetivo declarado es la liberación de Cuba y el restablecimiento del orden democrático en la Isla, emite esta declaración “ante los dramáticos acontecimientos que sacuden a Ucrania”. El grupo afirma: “Desde nuestra trinchera, que es la defensa incondicional de la libertad y la soberanía en todas sus formas, alzamos nuestra voz para rendir un profundo y sentido homenaje a la nación ucraniana y a su valiente pueblo”.
La ARC asegura ver en la resistencia ucraniana un espejo de la lucha cubana contra el totalitarismo. “La Resistencia Cubana observa en la determinación del ciudadano ucraniano el mismo espíritu indomable que ha sostenido la lucha de nuestro pueblo contra el yugo totalitario durante más de seis décadas”, indica el comunicado. Más adelante, subraya: “Ucrania no es simplemente un campo de batalla; es un faro global de dignidad donde millones de personas han optado por el sacrificio supremo antes que la sumisión”.
Para la coalición, la defensa que hace Ucrania de su territorio y sus instituciones democráticas tiene una dimensión que trasciende las fronteras de ese país. “Su lucha por preservar su cultura, su fe, sus tradiciones y su derecho a vivir en paz con instituciones democráticas, merece el reconocimiento de todo aquel que cree en Dios, la libertad y la familia”, se indica en el texto.
La ARC sostiene que “la agresión imperialista de la Federación Rusa contra Ucrania no es un conflicto aislado, sino la manifestación de una alianza global entre tiranías” y denuncia de manera específica a gobiernos de la región que, a su juicio, secundan esa política. En ese contexto, el comunicado señala directamente al régimen de La Habana, al que acusa de haber convertido a Cuba “en una cárcel”, haber “robado la vida, la propiedad y la esperanza de su pueblo”, de ser “cómplice moral del Kremlin” y de facilitar “activamente” la agresión en Ucrania.
Uno de los puntos más duros del pronunciamiento es la denuncia del envío de cubanos como combatientes a la guerra. “Nos duele profundamente saber que jóvenes cubanos, desesperados por la pobreza y la falta de libertad impuesta por la dictadura, son reclutados y vendidos como mercenarios para luchar en contra de otro pueblo que solo aspira a ser libre”, señala la ARC.
El texto califica ese fenómeno como “comercio de la vida humana” y agrega: “Este comercio de la vida humana es una mancha que recae directamente sobre la tiranía que oprime a Cuba. La Resistencia Cubana condena esta infamia en los términos más enérgicos”.
La ARC también subraya que apoya las vías diplomáticas para alcanzar una salida al conflicto. “La paz y la estabilidad son aspiraciones fundamentales. Entendemos la complejidad del escenario geopolítico y respetamos profundamente los esfuerzos diplomáticos que buscan mitigar el sufrimiento humano y alcanzar una solución justa”, señala la declaración.
Sin embargo, advierte que cualquier acuerdo debe estar anclado en principios firmes. “La verdadera paz solo puede cimentarse en la justicia y el respeto innegociable a la integridad territorial y la soberanía nacional de Ucrania”, afirma el texto, antes de añadir: “La historia enseña que ceder ante la tiranía solo prolonga el sufrimiento y legitima la agresión. Lo sabemos muy bien como resistencia cubana”.
Como conclusión, la Asamblea de la Resistencia Cubana insta a “la comunidad internacional a redoblar su apoyo al pueblo ucraniano y a asegurar que cualquier camino hacia la paz garantice que la nación agredida pueda trazar su propio destino sin coacción externa”.
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