MÉRIDA, México -. Leticia Martínez, jefa de comunicación de la Presidencia de Cuba, defendió el llamado a la violencia realizado por el gobernante Miguel Díaz-Canel tras el estallido social del 11 de julio de 2021.
“Tres años después: Sí, a la calle los revolucionarios, cada vez que la Revolución esté en peligro. La orden de combate no es de ahora, es de hace más de 65 años”, tuiteó la vocera, haciendo alusión al tercer aniversario de las históricas manifestaciones.
Las declaraciones de Martínez han levantado malestar entre los usuarios de la red social que le recordaron que esas palabras fueron el detonante de la represión contra manifestantes pacíficos.
“Cómplice de una dictadura”, le espetó la periodista independiente Luz Escobar.
No es la primera vez que Martínez adquiere notoriedad por sus declaraciones. En 2022, calificó de personas egoístas e insensibles, que lo “tienen todo y quieren más”, a los habaneros que salieron a protestar por causa de los constantes apagones.
“Vengo de una ciudad molesta, irritada. De una ciudad que lo tiene todo y quiere más. Está bien querer más, no me opongo a ello, pero a veces se hace necesario mirar al lado y preguntarse sobre qué bases se levantan nuestros privilegios”, dijo en aquel entonces.
El 11 de julio de 2021, luego de que estallaran manifestaciones a lo largo de la Isla, Miguel Díaz-Canel incitó a sus seguidores a enfrentarse violentamente a sus compatriotas. “La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios”, dijo el dictador cubano en un discurso transmitido en vivo por la televisión nacional.
“Estamos convocando a todos los revolucionarios del país, a los comunistas, a que salgan a las calles donde quiera que se vayan a producir estas provocaciones, desde ahora y en todos estos días. Y enfrentarlas con decisión, con firmeza, con valentía”, arengó Díaz-Canel.
Estas palabras avivaron la violencia, desatando una ola de represión sin precedentes en las últimas décadas. Aquellos que se atrevieron a protestar fueron golpeados y arrestados. Los partidarios del régimen, armados con palos y apoyados por oficiales de policía, salieron a las calles para enfrentar a los manifestantes pacíficos que solo pedían lo más básico para vivir.
