fbpx
InicioExpediente | Polémica entre Reinaldo Arenas y Miguel CorreaReinaldo Arenas: “Contrarréplica a Miguel Correa”

Reinaldo Arenas: “Contrarréplica a Miguel Correa”

Tomado de ‘Noticias de Arte’, año XV, n. 3-4, marzo-abril, 1990, p. 15.

-

Muy estimado director de Noticias de Arte, Florencio García Cisneros:

He leído en su revista sin par la carta de Miguel Correa. Me sorprende que ese señor diga admirar a García Márquez hasta el punto de plagiarlo a través de mi obra, y a la vez lo insulte tratándolo de “una figura irrisoria”. Pues, aunque esos insultos van dirigidos a mí, como Miguel Correa confiesa abiertamente plagiame para no plagiar a García Márquez (lo que para él es lo mismo), sus insultos están dirigidos a García Márquez y por ende al mismo Correa que lo copia, ya que, según Correa, mi obra (que él copia o casi fotocopia) es una copia de Cien años de soledad, de García Márquez.

Es obvio que Correa, a pesar de su monstruosa ingravidez, se va por las ramas al aliarse a Rama, que se fue por las nubes. Es imposible que mi obra tenga influencias de Cien años de soledad ya que las novelas que definen mi estilo, como Celestino antes del alba y El mundo alucinante, se dieron a conocer y se premiaron antes de la aparición de Cien años de soledad. De modo que, con Correa como testigo, tendré ahora que demandar por plagio a García Márquez.

También Correa afirma que “le otorgó el galardón” (sic) a Tres tristes tigres por encima de cualquier otra obra cubana… ¡Dios mío! Yo no sabía que el señor Correa otorgase galardones y premios literarios. Por ventura, quisiera tener más informes sobre ese “gallardón” o gallardete, pues me gustaría participar en dicho certamen, ya que de seguro me ganaría el premio, pues el señor Correa, pensando que se está premiando a él mismo, me lo otorgaría.

Por otra parte, es lógico que el señor Correa, además de insultar a García Márquez, y por lo tanto a sí mismo, me insulte a mí. Yo le he hecho muchos favores a Miguel Correa. A vuelo de pájaro, como es natural, mencionaré algunos: recomendé a Correa a Beca Cintas. Premié y prologué su novela Al norte del infierno (tal vez pensando que era mía) y me presenté como testigo ante su abogado defensor cuando Miguel Correa se encontraba confinado en la cárcel pública de Newark por el supuesto delito de homicidio (acusado de ese crimen cumplió Correa un año de prisión). También junto con otros amigos participé en una colecta con el fin de recaudar fondos para liberar a Correa provisionalmente. Entre las personas que generosamente aportaron dinero se encuentran el abogado Emilio Cueto, el poeta Roberto Valero, el minúsculo y aplicado burócrata Reinaldo García Ramos, y yo. Por cierto que Correa nunca nos devolvió esa fuerte suma que con tantas penas recaudamos. Yo lo exhorto a que pague inmediatamente so pena de que una vez más se vea procurado por la ley. El señor Correa puede entregarle ese dinero a la revista Noticias de Arte para que su director pueda preparar un número especial dedicado a conmemorar los diez años del éxodo del Mariel. También, durante el encarcelamiento de Correa, tuve que hacer enormes esfuerzos para ocultar su supuesto desliz homicida ya que sus amigos más íntimos, incluyendo a Roberto Valero, en varias ocasiones me confesaron que ya no podían guardar por más tiempo ese secreto, pues desde Miami lo llamaban constantemente, y la desaparición de Correa era muy notoria si se tiene en cuenta el enorme vacío que dejaba su descomunal figura física. Para colmo de desgracias, en esos momentos llegó de Cuba, con un permiso de treinta días, la madre de Miguel Correa. Imaginad la pena de esta noble señora campesina cuyos sueños eran volver a ver a su hijo y se encuentra con el mismo al borde prácticamente de la silla eléctrica. Por mucho que Emilio Cueto y todos los amigos de Correa tratamos de consolar a la sufrida señora creo que no lo logramos.

Pero en fin, no me arrepiento de ningún favor que yo le haya podido hacer a Correa, ya que como dijo más o menos Martí: “sólo espero de los hombres su constante ingratitud”. En ese sentido el señor Correa no me ha defraudado. El plagio que ha realizado de mi obra lo considero un acto normal. Todo plagio es un robo y el robo es una actividad consuetudinaria en un delincuente común.

Deseo aclarar que aunque en mi carta anterior, a la cual supuestamente responde Correa, yo no menciono para nada a Cabrera Infante, sí creo que Correa exagera un poco al “otorgarle el galardón” a Tres tristes tigres por encima de Paradiso, de Lezama Lima; de El siglo de las luces, de Alejo Carpentier; de El Monte, de Lydia Cabrera; Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde; Mi tío el empleado, de Ramón Meza y de la obra de José Martí, de Virgilio Piñera, de Enrique Labrador Ruiz y de Novás Calvo. Pero tal vez todos estos nombres deben parecerle chinos a Miguel Correa, cuyo analfabetismo literario es alarmante. Según Roberto Valero, Correa conoció Tres tristes tigres recientemente, cuando el propio Valero le envió una copia de esta novela a la cárcel de Newark. De todos modos me alegra que Miguel Correa se dedique ahora a plagiar a Cabrera Infante, como ya lo está haciendo, en lugar de García Márquez o de mi obra: su tarea es ahora más fácil.

Con esta carta doy por terminada mi polémica con Correa, deseándole toda suerte de venturas.

Reinaldo Arenas


ARCHIVO RIALTA
ARCHIVO RIALTA/archivo/
Rialta, Alianza Iberoamericana para la Literatura, las Artes y el Pensamiento A. C. es una asociación civil con sede en Querétaro, México, de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural, artístico, científico y tecnológico.

Leer más

Expediente | Polémica entre Reinaldo Arenas y Miguel Correa (1989-1990)

De izquierda a derecha: Reinaldo Arenas, René Cifuentes y Miguel Correa, los tres escritores de la Generación del Mariel, en Nueva York / FOTO Scott Hauser

Si copias, regala algo

Entre la copia, el arte y el regalo se explaya una utopía posible para estos tiempos en los que se nos conmina, sin descanso, a sacar tajada de todo.

La larga marcha de la izquierda autoritaria por América Latina

Fidel Castro y Rómulo Betancourt son los precursores, en ese mismo orden, de las derivas autoritaria y democrática de la izquierda en América Latina.

‘Exodus 94’ de Willy Castellanos: la pira (o la retirada de la metáfora)

Las fotografías que tomó Willy Castellanos de la Crisis de los Balseros no representan la imagen de “los otros”, en el sentido en que lo hace generalmente el fotoperiodismo. Fotografiar ese éxodo masivo era una forma de participación

Fragmentos para apuntalar las ruinas. Conversación con Ricardo Miguel Hernández

Los cubanos también estamos hechos de pedacitos. Si hay una técnica artística capaz de dar cuenta de esta condición mixta, es el collage.

Contenidos relacionados

Comentarios

Deja un comentario

Escriba su comentario...
Por favor, introduzca su nombre aquí