La comunidad cinematográfica y la oficialidad cultural de Cuba despiden este jueves 6 de noviembre al cineasta Manuel Pérez (1939-2025), fallecido la víspera a los 85 años. El guionista y director de El hombre de Maisinicú (1973) es considerado el último representante de una era: la de los fundadores y artífices consagrados del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.
“Decir que la noticia es triste o dolorosa podría parecer un lugar común, una frase hecha para la ocasión. Pero esto es otra cosa. Es el vacío, el fin de una época, de un sueño. No solo se ha ido el hombre, el artista, el fundador de una institución: con él se marchan también las palabras, las imágenes, los gestos y la memoria de un país visto, interpretado y figurado por uno de sus grandes cineastas”, expresó a primera hora de esta mañana la independiente Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC). “Manuel no solo hizo películas: hizo Historia. Llegó cuando todo comenzaba y se fue cuando ya casi nada quedaba. En todo caso, aún estaba él, y eso bastaba para sostener el enorme y trascendente peso de una institución”.
En momentos de cisma y disolución en el cine de la isla –mientras la ACC sostiene un diferendo a todas luces irresoluble con la burocracia oficiales, mientras los principales talentos jóvenes están excluidos de la industria, cuando no en el exilio y la emigración–, la entidad gremial valoró y agradeció el valor, no solo artístico, sino ético e intelectual del director de largometrajes como Río Negro (1977), La segunda hora de Esteban Zayas(1984) y Páginas del diario de Mauricio (2006).
“Hablamos de memoria, de Historia, de experiencia… y todo eso parece descomunal”, reza el comunicado de la ACC. “Pero es que Manuel Pérez estuvo donde muy pocos pudieron estar. Supo coexistir, escuchar, respetar. Fue la voz de varias generaciones, siempre dispuesto a compartir, pero sobre todo, a no olvidar. Fue el sabio de una comunidad hoy casi extinguida, la imagen de una cinematografía que se propuso narrar un país –una nación contada con todas sus luces y sus sombras”.
Al saber de su muerte, Silvio Rodríguez hizo público un mensaje de adiós: “Dolor me ha dado esta noticia. Manolo no solo fue un excelente cineasta; fue también un intelectual claro, comprometido, polémico y, además, muy buen compañero”, manifestó el trovador cubano. “Mis muy sentidas condolencias a sus familiares y a nuestro cine”.
La Cinemateca de Cuba ha destacado que Pérez mereció el Premio Nacional de Cine, en 2013, y el Premio Lucía de Honor en el Festival de Cine Pobre de Gibara, en 2024, “por su prolija labor intelectual dedicada al cine cubano”.
Incluso el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, se sumó a las condolencias, luego de conocerse los obituarios de instituciones como la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL) y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
“Tras un breve período en la sección de cine del Ejército Rebelde, integra el núcleo fundador del ICAIC en 1959 y se desempeña como asistente de dirección de Tomás Gutiérrez Alea (Titón) en el cuento La Batalla de Santa Clara del largometraje Historias de la Revolución”, recordó la FNCL. “En 1961, dirige su primer documental: Cinco picos. Trabaja en el Noticiero ICAIC Latinoamericano, donde realiza 34 ediciones. En 1973, se inició como director de largometrajes con el filme El hombre de Maisinicú, con el destacado actor Sergio Corrieri en el papel protagónico, un filme que le valdría múltiples reconocimientos, y se convertiría en un éxito de público y crítica”.
La entidad mencionó otros reconocimientos obtenidos a lo largo de su carrera: Premio especial del Jurado 10º Festival Internacional de Cine de Moscú, por Río Negro; Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Huelva, España, y Mención Especial del Jurado del 28 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, en 2006, por Páginas del diario de Mauricio.
La UNEAC resaltó su “huella imborrable en la cinematografía cubana”, y señaló que “se dedicó también a la asesoría artística de documentales y a la enseñanza de la apreciación cinematográfica en diversas instituciones culturales. Colaboró en críticas cinematográficas para la revista Cine Cubano y, de 1988 a 1992, fue director de uno de los Grupos de Creación del ICAIC, donde se destacan filmes como La Bella del Alhambra y Hello Hemingway”.
“Adiós a Manuel Pérez Paredes. Uno de los cineastas cubanos más reconocidos y respetados. Otra de las columnas fundamentales del ICAIC. Hombre dialogante y respetuoso. Una pérdida para el Cine Cubano. EPD”, escribió en Facebook el reconocido actor cubano Héctor Noas.
Por su parte, Juan Antonio García Borrero, crítico e historiador del séptimo arte nacional, lamentó “otro duro golpe” –tras los fallecimientos recientes de Manuel Marzel, Livio Delgado, Jorge Luis Sánchez o Jonal Cosculluela— para el cine cubano, que pierde ahora “uno de sus nombres claves”.
También lo despidió este jueves su colega Rolando Díaz, quien elogió la honestidad de Manuel Pérez, pese al distanciamiento tras la salida de Cuba del primero. Según el testimonio, Pérez luchó contra la sonada censura del filme Alicia en el Pueblo de Maravillas, de Daniel Díaz Torres, un filme desarrollado dentro del Grupo de Creación que por entonces dirigía.
Desde México, la Fundación Elena Poniatowska Amor también envió “sentidas condolencias por el fallecimiento de Manuel Pérez Paredes, director de cine cubano, fundador del Instituto Cubano del Arte y del Comité de Cineastas de América Latina”.

