«Yo tomo la palabra de un presidente cuando dice las cosas, aunque sea un presidente en el que no confío. Ha repetido que no importa lo que cueste, porque la cosa es deportar. Habrán deportaciones masivas; sospecho que va a ser muy difícil, porque es casi incosteable».
«Creo en una Cuba en que nos aceptemos tal cual somos, sin doble moral, tertulias de pasillo y odios acumulados en una urna que nadie sabe qué contiene hasta que se abra. Un país donde decir lo que se piensa no se reprima y sea la razón de cada día. En que podamos elegir al gobierno. En que la falta de alimentos sea comidilla del pasado. En que se trabaje honradamente y el salario sea salario».