MIAMI, Estados Unidos. — Una madre de Cárdenas, Matanzas, denunció en Facebook que su hijo de 15 años —paciente con artritis idiopática— lleva días con fiebre alta y hepatitis sin que el hospital y el policlínico local puedan garantizarle exámenes analíticos básicos ni medicamentos para bajar la temperatura.
La denuncia se produce en medio del repunte a nivel provincial de varias arbovirosis, presuntamente dengue y chikungunya.
“Cuánta indignación, no sé qué resuelven los directivos de salud diciendo que todo está, cuando sabemos que la realidad es otra (…). Un niño que está pasando una de las virosis que no sé cuál es por falta de reactivos, con fiebre elevada de 40 grados y sin un policlínico que responda porque cada vez que voy no hay nada para bajar fiebre, con una hepatitis que fue detectada por orina y la transaminasa sin realizar por falta de reactivos. ¿Quién va a responder por la salud de mi hijo?”, preguntó la mujer, identificada como Yulianela Yoliesky Amador.
La madre también contó que el 5 de octubre acudió con el adolescente al Hospital Territorial de Cárdenas “Julio Miguel Aristegui Villamil” y, aunque agradeció la atención de la doctora de guardia y de la técnica de ultrasonido, lamentó la situación del laboratorio de urgencias: “Una sola técnica trabajando en el laboratorio de urgencias y asumiendo además 16 casos de sala, es inhumano para ella y también para los pacientes enfermos que necesitan estar de reposo y tienen que esperar largas horas. Hagan algo al respecto”, escribió.
El principal examen que reclama la mujer no se realizó por falta de insumos: “¿Cómo resolver un análisis de transaminasa y así poder saber todo sobre la hepatitis de mi hijo ligada a un posible dengue si el hospital no tiene reactivos para hacerla [sic]? Ya no digan más que tienen reactivos, todos los datos de mi hijo los dejé en ese hospital, el que es médico sabe que no realizar este análisis a tiempo puede costar vidas, tristemente vi a varios niños en mi misma situación”, lamentó.
Esa misma noche del 5 de octubre, Yoliesky Amador acudió al Policlínico “José A. Echeverría”, donde asegura que no había analgésico inyectable para mitigar la fiebre: “Qué impotencia tan grande sentí al ver que tuve que regresar con mi hijo a casa volado en fiebre porque [a las] 9:00 y pico de la noche ya no había duralgina para inyectar en el policlínico”, escribió.
Asimismo, pidió a las autoridades “al menos priorizar a los niños” y añadió que esperaba la visita del equipo del “ingreso domiciliario” que debería atender al menor.
En una publicación posterior, la madre también cuestionó la respuesta institucional y el abastecimiento, y responsabilizó a los encargados de su área de salud: “No voy a parar de denunciar públicamente todo este atropello. Hago responsable de lo que le pueda suceder a mi hijo a todo el personal que le corresponde atenderlo”. En la misma publicación insistió en la falta de “reactivos” para confirmar el diagnóstico y en la carencia de medicamentos para bajar la fiebre.
Las denuncias coinciden con el deterioro del panorama epidemiológico provincial. Este martes trascendió que el Gobierno cubano había comenzado a trasladar personal sanitario a Matanzas “para apoyar en el enfrentamiento a la complicada situación epidemiológica”, según informó en Facebook el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso.
“Grupo de profesionales de la salud llegará a Matanzas para apoyar en el enfrentamiento a la complicada situación epidemiológica de la provincia. Varios municipios de la Atenas presentan cifras elevadas de enfermos a consecuencia de la proliferación de mosquitos”, escribió el reportero del Canal Caribe.
Por su parte, el periódico provincial, Girón, reconoció transmisión de chikungunya en los 13 municipios de Matanzas y de dengue en 12, así como un déficit de personal de control vectorial (777 trabajadores activos de 1.341 previstos) y la falta de equipos de fumigación.
Pese a ese cuadro, el medio oficial insistió en que “la situación higiénico-epidemiológica se mantiene estable, sin existir transmisiones de epidemias”, una afirmación que contrasta con el envío de refuerzos y con testimonios ciudadanos que describen centros de salud tensionados, escasez de medicamentos e, incluso, pagos para acceder a camas u obtener prioridad asistencial.
Ya el 22 de septiembre, se tenía noticias de un “pico de síndromes febriles en varios municipios” matanceros, con hogares completos afectados y circulación de serotipos de dengue. Ese día, el director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, Andrés Lamas Acevedo, declaró a Girón: “Están circulando los serotipos tres y cuatro [de una arbovirosis que no identificó], y es posible que pronto se introduzca el serotipo dos que está presenta en La Habana y Villa Clara. Los municipios matanceros de Martí y Perico están en transmisión activa de ese flagelo”.
Mientras, Yuneisy Santana González, una internauta residente en Cárdenas, describió en Facebook el panorama en su barrio: “No sé qué rayo es este virus, pero es fuerte y estamos tan vulnerables y desamparados de todo. (…) Los mosquitos con estas aguas se multiplican y te levantan en peso y pasan los días, las semanas y no ves acción ninguna de los organismos encargados por fumigar, ni recoger las montañas de basuras”.
En la misma fecha la activista Amelia Calzadilla reclamó medidas extraordinarias: “¿Cuántos casos críticos, graves, convalecientes o en peligro necesita acumular, Presidencia Cuba [enlace al perfil de la Presidencia de Cuba], en la provincia Matanzas antes de decretar un estado de emergencia sanitaria por síndrome febril de origen desconocido y entrar en un periodo de cuarentena?!”, y demandó: “Es imprescindible la información ahora. Pidan ayuda humanitaria, carajo; es la vida de la gente”.