MIAMI, Estados Unidos. – El presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, señaló públicamente a Cuba como uno de los pilares externos que sostienen al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, al acusar a La Habana de formar parte de una red de regímenes y actores que proporcionan armas, sistemas de vigilancia y vías de supervivencia económica al chavismo.
Las declaraciones se produjeron este 10 de diciembre, durante el discurso oficial de entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 a la opositora venezolana María Corina Machado, en el Ayuntamiento de Oslo, Noruega, según el texto íntegro del discurso publicado por la Fundación Nobel.
En su intervención, Frydnes describió cómo las autocracias se apoyan entre sí y puso a Cuba en el centro de ese entramado. “Los regímenes autoritarios aprenden unos de otros. Comparten tecnologías y sistemas de propaganda. Detrás de Maduro están Cuba, Rusia, Irán, China y Hezbolá, que proporcionan armas, sistemas de vigilancia y vías de supervivencia económica. Hacen que el régimen sea más robusto y más brutal”, afirmó el presidente del Comité Noruego del Nobel.
Jørgen Watne Frydnes, Chair of the Norwegian Nobel Committee at the #NobelPeacePrize Ceremony today, 10 December.
— Nobel Peace Center (@NobelPeaceOslo) December 10, 2025
«Your power is not permanent. Your violence will not prevail over people who rise and resist. Mr. Maduro, accept the election results and step down.»
As Ana Corina… pic.twitter.com/xYxL1zTYi5
Con esa frase, Frydnes no solo ubicó a Cuba como un aliado político de Caracas, sino como un actor directo en el fortalecimiento del aparato de control y represión chavista, al atribuirle la provisión de capacidades militares, tecnológicas y económicas que contribuyen a sostener al régimen y a incrementar su brutalidad.
El señalamiento a Cuba se inscribe en un diagnóstico más amplio sobre la deriva venezolana. Frydnes recordó que “Venezuela se ha convertido en un Estado brutal y autoritario sumido en una profunda crisis humanitaria y económica”, donde “una pequeña élite en la cúspide, protegida por el poder, las armas y la impunidad, se enriquece”, mientras una cuarta parte de la población ha huido del país, en una de las mayores crisis de refugiados del mundo.
Para ilustrar la gravedad de la represión, el presidente del Comité Noruego recordó que, tras las elecciones de 2024, “más de 200 menores fueron detenidos” y citó documentación de Naciones Unidas sobre torturas sufridas por niños y adolescentes, incluyendo asfixia con bolsas plásticas, descargas eléctricas en los genitales, golpes tan violentos que dificultaban la respiración, violencia sexualizada, celdas extremadamente frías y agua contaminada. Las Naciones Unidas, subrayó Frydnes, han concluido que estos actos constituyen crímenes de lesa humanidad.
Frydnes también cuestionó con dureza a quienes, fuera de Venezuela, relativizan o justifican la naturaleza del régimen chavista. Recordó que, mientras los venezolanos perdían “sus derechos, su alimento, su salud y su seguridad —y, finalmente, su propio futuro—, gran parte del mundo se aferró a sus viejas narrativas”.
En su discurso, aludió a quienes siguieron describiendo a Venezuela como “una sociedad igualitaria ideal”, a quienes solo quisieron verla “como una lucha contra el imperialismo” o como un simple tablero de “competencia entre superpotencias”. Sobre esos observadores, Frydnes fue tajante: “Todos estos observadores tienen algo en común: la traición moral a quienes de hecho viven bajo este régimen brutal”.
En un pasaje dirigido directamente a Nicolás Maduro, Frydnes instó al gobernante a aceptar los resultados de las elecciones de 2024 y a dejar el poder para abrir paso a una transición democrática. “El futuro de Venezuela puede tomar muchas formas. Pero el presente es uno solo, y es horroroso”, afirmó, antes de insistir en que la oposición democrática debe contar con apoyo y no con indiferencia o condena.
El señalamiento a La Habana se produce precisamente en el acto en que la oposición democrática venezolana recibe uno de los mayores reconocimientos internacionales. Frydnes recordó que María Corina Machado recibe el Premio Nobel de la Paz 2025 “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una transición pacífica y justa de la dictadura a la democracia”.
Machado no pudo estar presente en el Ayuntamiento de Oslo. En su lugar, la ceremonia culminó con la entrega del diploma y la medalla a su hija, Ana Corina Sosa, quien recibió el galardón en representación de su madre.
La ceremonia, presidida por los reyes Harald V y Sonia de Noruega, contó además con la presencia, entre otros dignatarios, del presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, y de los presidentes de Argentina, Javier Milei; Panamá, José Raúl Mulino; y Paraguay, Santiago Peña.








