Escritores, investigadores, editores y traductores de Argentina, Cuba, Venezuela, Estados Unidos se reúnen este miércoles y jueves en el Museo de Arte Latinoamericano Buenos Aires (MALBA) para “compartir lecturas abiertas a la especulación y al debate a partir de la disonancia e irradiación” de la obra de Sergio Chejfec, fallecido en abril de 2022.
Denominado “Jornadas Sergio Chejfec”, un encuentro como este es oportuno, aseguran sus organizadores, dada “la diversidad de modos de interpelación de la especificidad literaria, entre perspectivas innovadoras y pensamientos de ruptura, que le atribuimos a la poética de Sergio Chejfec”.
Entre los ángulos de abordaje en torno al argentino destacan “memoria y subjetividad” –una sesión en que Virginia Castro sondea “el trabajo de la memoria” y Rafael Arce se ocupa de “la fisiología del recuerdo” y “la gramática de la memoria” en la novela Los planetas–; “la literatura y sus bordes”, la traducción de su escritura; “experiencia y narración”.
Igualmente, se esperan este jueves las charlas tituladas “Chejfec poeta” (Cristian Molina); “¿Una mutación radical? Apuntes sobre Calandria” (Mariana Catalín), y “Sergio Chejfec: una poética de la desilusión” (Isabel Quintana), en una sesión bautizada “En línea de flotación”.
El escritor cubano Osdany Morales presentará mañana en la tarde “El destino legible”, al cierre de la sesión “Traducir a Sergio Chejfec”.
También concurren a esta cita homenaje nombres como Alejandra Laera, Edgardo H. Berg; Sandra Contreras, Marcos Seifert, Mónica Szurmuk, Igor Barreto, Marcos Crotto, Silvina López Medin, Juan Pablo Luppi, Luz Horne, Rebekah Smith, Fátima Vélez Giraldo, Patricio Fontana, Hernán Rosain y Juan José Mendoza.
“La escritura de Sergio Chejfec configura tanto un proceso como un resultado en el que se intersectan el leer y el escribir como dimensiones en tránsito, con zonas de pasaje y de demora; como experiencias y viajes que se abren a múltiples condiciones de posibilidad”, se afirma a modo de premisa en la antesala de estas jornadas literarias en la capital argentina. “Una singularidad que hace y deshace lo literario, alejado de las instituciones y el mercado, que resuena en la condición flotante de lo contemporáneo y en sus bordes inestables: una escritura, por lo tanto, en la que se trama buena parte de las inflexiones de la literatura y de la crítica literaria”.
Se trata en este caso de una nueva ocasión para honrar la extraña calidad estética de Chejfec, argentino que fue a vivir durante 15 años a Venezuela y, luego, a Estados Unidos, donde al morir impartía clases de Escrituras Creativas en Español de la Universidad de Nueva York.
Acerca de su concepción artística de la narración, Chejfec decía en entrevista –precisamente– con Osdany Morales: “Incluso las más acabadas novelas realistas, que tienden a ocultar las maniobras del narrador para reforzar una ilusión de transparencia y realidad, tienen un hilo de cavilaciones que dirige los hechos, o a la que estos se remiten. De modo que, desde mi punto de vista, a veces se trata de hacer más evidente esa condición. Como si se tratara de una ficción en términos conceptuales, que en lugar de esgrimir una noción de fantasía vinculada con las acciones y los conflictos, se volcara a una imaginación más abstracta en la que juegan las condiciones de desarrollo de la historia. De lo que se trata es de preguntarse sobre la naturaleza de los hechos”.
Fruto de ese entendimiento general, y la praxis derivada, son los relatos de Modo linterna (2013), las novelas Baroni: un viaje (2007), Mis dos mundos (2008), el ensayo Últimas noticias de la escritura (2016) o los cuadernos de poesía Tres poemas y una merced (2002) y Gallos y huesos (2003).
Chejfec mereció en vida el premio Konex (2014); además, fue becario de la Fundación Guggenheim y residente en Civitella Ranieri (Italia) y la Maison des Écrivains Étrangers et des Traducteurs (MEET) de Saint-Nazaire.