LIMA, Perú – Jesús Gilberto García Alonso, exdirigente del régimen cubano y unos de los expedicionarios del yate Granma, murió este viernes en la Isla a la edad de 95 años.
Según reseña el sitio web del Partido Comunista de Cuba (PCC), García Alonso nació en el año 1930 y conoció a Fidel Castro dos décadas después, cuando el fallecido dictador le sirvió como abogado en un caso frente al Ministerio de Trabajo por un despido laboral.
Desde joven se unió al proceso de insurrección contra el general Fulgencio Batista. Formó parte del partido Ortodoxo y también del Movimiento 26 de Julio. Participó en colectas, manifestaciones y compra de armamentos luego del ataque al cuartel Moncada en Santiago de Cuba.
En junio de 1956 fue enviado a México y desde las costas de ese país partió el 25 de noviembre del mismo año junto a los demás expedicionarios del yate Granma.
Luego del triunfo de la Revolución de Fidel Castro, devenida en dictadura, José Gilberto García Alonso prestó servicios en el Ejército en la Isla de Pinos, más tarde en la Aviación y por último en el Departamento de Investigaciones del Ejército Rebelde (DIER), donde alcanzó los grados de capitán.
Parte del esquema de poder del régimen cubano, también alcanzó otros cargos de dirección tanto dentro como fuera de la Isla. Entre 1981 y 1982 fue jefe del Departamento de América del Sur en el MINREX y de 1983 a 1985 fue embajador en Cabo Verde.
El otrora expedicionario se jubiló en 1988 y se incorporó a prestar servicios en la Dirección Provincial de Atención a Combatientes en Ciudad de La Habana.
García Alonso fue miembro fundador del PCC y recibió múltiples condecoraciones a lo largo de su vida por su servicio a la dictadura castrista. Informa la prensa estatal que su cadáver será cremado y sus cenizas serán depositadas transitoriamente en el Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón.
Tras su muerte, los reportes oficiales destacaron su “lealtad absoluta a Fidel y Raúl, su defensa permanente de la unidad entre los revolucionarios y su consagración hasta el último aliento a las tareas que la Revolución le encomendó”.
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