Su obra en torno a “la memoria de cuerpos vulnerables, la cicatriz que deja el miedo y la vergüenza, así como su activismo cultural”, que han constituido una referencia para “diversas generaciones de artistas” y han alcanzado gran repercusión en Centroamérica y el resto del continente, justifican el Premio Velázquez de Artes Plásticas otorgado este miércoles 29 de octubre a la nicaragüense Patricia Belli (Managua, 1964).
Se ese modo lo ha puesto el jurado de este 2025, que destacó, asimismo, “su compromiso con la educación en un contexto de fragilidad”.
Tras una veintena de exposiciones individuales en su país, Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, y varias participaciones en proyectos colectivos que transformaron el paisaje de las artes visuales en Centroamérica –como Mesótica II (1996-1997) o Estrecho dudoso (2006)–, Belli no dejó de sentirse “muy agradecida, superhonrada” por un galardón que para ella resultó “inesperado”, según confesó en diálogo telefónico con El País. “Siempre hago mi trabajo con mucho espíritu deportivo, lo mejor que pueda, pero no espero nada. Y esto es como una bomba, pero una bomba bien alegre”.
El Ministerio de Cultura de España –entidad que concede el lauro, dotado con 100 mil euros– valoró no solo la inventiva estética sino también la profundidad reflexiva en la obra de Belli: “Su trabajo involucra la sensorialidad del público para proponer reflexiones vinculadas a la subjetividad, el trauma, el desequilibrio y los mecanismos de poder”, se lee en el anuncio del premio. “La unión de los opuestos es un eje transversal en su obra, en la que reflexiona sobre asuntos como opresor-oprimido, placer-dolor y naturaleza-civilización. Por otro lado, presta especial atención al inconsciente colectivo, del que obtiene referencias simbólicas”.
“Veo la memoria no como herida viva, sino como cicatriz de lo vivido”, respondió en cierto modo Belli, quien explora los caminos entrecruzados del performance, la instalación, el objeto, el video, la fotografía… Y trabaja con Telas o Muebles… interesada especialmente en curas. Porque, dice, “hay una mano que cura, una voluntad curativa”.
Fundadora de EspIRA, una organización que forma críticamente a artistas y que ha impulsado un sentido de comunidad para el arte en su región, la autora de series como Cuerpos, Equilibrios, Desastres, Articulaciones y péndulos se dijo especialmente honrada de que este reconocimiento incluya su labor como docente con jóvenes creadores.
En su trayectoria destaca además su presencia en eventos tan prestigiosos como las bienales de La Habana (1989 y 2000), Centroamérica y el Caribe (Domingo Santo, 1994 y 2001), Berlín (2018), así como en la XIV FEMSA, México (2020-21) o la 58 Carnegie International (2022).
Belli da continuidad a la preeminencia fenemina en el palmarés del Velázquez, que en el último lustro ha sido entregado a los españoles Francesc Torres (2024) y Marisa González (2023) y y Soledad Sevilla (2020), así como a la argentina Elda Cerrato (2022) y la cubana Tania Bruguera (2021).

