‘No somos memoria’: doce artistas cubanos y nicaragüenses exponen su arte contra el totalitarismo en Ciudad de México

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Celia González y Juan Sí González en el conservatorio de apertura de ‘No somos memoria’, exposición de doce artistas cubanos y nicaragüenses en la Ciudad de México
Celia González y Juan Sí González en el conservatorio de apertura de ‘No somos memoria’, exposición de doce artistas cubanos y nicaragüenses en la Ciudad de México (FOTO Facebook / Paloma Dallas)

No somos memoria, exposición de doce artistas cubanos y nicaragüenses, fue inaugurada este viernes 13 de diciembre en el Centro Cultural Casa del Tiempo de la Universidad Autónoma de México (UAM). La apertura se dio con un conversatorio en el propio espíritu de la muestra, que establece un diálogo entre obras procesos estéticos y obras que proceden de sendos contextos sociopolíticos altamente regimentados.

Comisariada por la artista y antropóloga cubana Celia González, esta ocasión mexicana retoma un proyecto independiente de varios años que partió en La Habana –según la propia curadora– de una “necesidad de conectar Cuba con la región”.

Exponen seis artistas de Cuba y seis de Nicaragua; la mayoría de estos últimos con seudónimos por motivos de “seguridad”, según explicó González en el podcast Caminero de Rialta Magazine. “Desde que yo empecé a hablar con estos artistas [nicaragüenses] en 2020 […], ha empeorado la situación de represión y la invisibilización de Nicaragua y de su conflicto”, enfatizó.

Entre los artistas cubanos, hay algunos vinculados con iniciativas activistas como el 27N y el Movimiento San Isidro (MSI): están Luis Manuel Otero (actualmente prisionero político en la isla), Julio Llópiz CasalCamila LobónReynier Leyva NovoHamlet Lavastida y el laureado cineasta Alejandro Alonso, así como Juan Sí González, “el único artista que no es de esta generación”,  puntualizó la curadora, “pero que al mismo tiempo, para nuestra generación, ha sido muy importante para enlazar momentos políticos y artísticos que además han sido un poco también invisibilizados y menospreciados dentro de la historia del arte cubano”.

Precisamente, Juan Sí González —un fotógrafo y artista visual muy influyente en la escena del arte cubano contemporáneo y un exiliado que desde hace años captura la extrañeza del paisaje del medio oeste norteamericano– fue el único de los creadores cubanos presentes en el conversatorio inaugural de No somos memoria en la Ciudad de México.

La exhibición reivindica entonces las “prácticas contingentes” de estos artistas –ahora en su mayoría exiliados– frente al “control total de las relaciones sociales por los Partidos Únicos” en sus respectivos países.

Así lo subraya el texto curatorial de la propia Celia González: “Si el arte contemporáneo interesado en lo político se presenta a sí mismo como productor de prácticas y relaciones distintas a aquellas impuestas por el capitalismo, los artistas de No somos memoria proponen prácticas con capacidad destotalizante. Es decir, aunque estas prácticas artísticas tienen una clara posición de disenso respecto al Partido Único sus estrategias no se concentran en describir actos represivos o el terror en sí mismo, sino en desactivar la división necropolítica (Mbembe 2006) de la población entre legítimos e ilegítimos, militantes y disidentes, revolucionarios y contrarrevolucionarios. La anulación de esta división, en la cual se sostienen la legitimidad del Partido Único, es un atrevimiento imperdonable para el Estado y objetivo fundamental de estás prácticas artísticas”.

Las piezas incluidas en la muestra son: Looking for Cuba Inside (2001-2020, instalación), de Juan Sí González (Cuba); Home (2019, video), de Alejandro Alonso (Cuba); Cartografía de la libertad (la casa no es una cárcel) (2021, dibujo sobre cartulina), de Reynier Leyva Novo, (Cuba); Aforismos ensartados (2021, diseños impresos en pines), de Julio Llópiz (Cuba); Bandera nos cobija (2018, bandera intervenida), de Milena García (Nicaragua); Monumento (2019, intervención), de Félix Carril (Nicaragua); Mordaza (2018, video), de Martha Margarita (Nicaragua); Yugo Chontal (2023, video performance), de Tres Colibríes (Nicaragua); Malabarismo (2014, foto-documentación de performance), de A.G (Nicaragua); República penitenciaria (2021, mural), de Hamlet Lavastida (Cuba), y Trilogía: Breve relato de una visita al zoológico, Mary y los hombres lagartos, Pesadilla recurrente (2019, libros de autor), de Camila Lobón (Cuba).

“Las obras en No somos memoria regresan a la figura del héroe, acuden al testimonio de manifestantes, revisan las narrativas nacionales para ubicarlas en un lugar de extrañamiento”, advierte finalmente Celia González. “Muchos de estos artistas acuden a su historia de vida para revisar acontecimientos mayores, no siempre hay una separación entre familia y Estado, víctima y victimario. Es posible que la familia haya sido también productora de las lógicas totalitarias estatales y los artistas hayan sido educados para participar de la segregación ideológica”.

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