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‘Jesús Selgas Esencial’ en The Cuban: el rumor de lo entrañable

La obra de Jesús Selgas, como la de sus iguales en la generación del Mariel Ernesto Briel o Reinaldo Arenas, alcanza ya una magnitud celeste que ningún tipo de poder puede tachar, como lo demuestra la actual retrospectiva en el American Museum of the Cuban Diaspora de Miami.

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Cualquier recuerdo que sea transportado
recibido como una galantina de los obesos embajadores de
antaño,
no nos hará vivir como la silla rota
de la existencia solitaria que anota la marea
y estornuda en otoño.
José Lezama Lima, Pensamientos en la Habana

Como parte de su propia esencia, el ser humano ha encontrado a través de la evolución diversas maneras de evoca el dolor, aquello que incide como un ácido en la memoria colectiva e individual estrechamente vinculado a lo que acostumbramos a reconocer como “destino”. En ese sentido, el arte es uno de los territorios donde frecuentemente germinan y crecen sendas metáforas capaces de expresar las diversas facetas en que ese sufrimiento se expresa. En estas labores el artista tiene que ser capaz de revertir lo grotesco y lacerante de la realidad en una experiencia de disfrute y pensamiento, a través de la cual los espectadores queden reclutados.

Un excelente ejemplo de este tipo de proceso resulta la muestra Selgas Esencial, cuya apertura aconteció el 7 de noviembre pasado en el American Museum of the Cuban Diaspora de Miami bajo la lúcida y eficaz curaduría de Jesús Rosado y Gustavo Valdés, quienes logran insertar con una exactitud meridiana la naturaleza de la obra de Jesús Selgas (Cepp) con el hondo significado y las esencias del espacio donde se está exponiendo.

El American Museum of the Cuban Diaspora con el transcurrir del tiempo se ha transformado en una especie de tejido o membrana capaz de honrar y atesorar los avatares por los que ha atravesado la comunidad cubana durante más de sesenta años en su éxodo hacia Estados Unidos (y otros países), provocado, como todos sabemos, por los violentos sucesos políticos acontecidos en la isla desde 1959 y hasta el presente.

El vocablo isla vibrará muchas veces tanto en las imágenes de la muestra que comento como en mis propias palabras; y es que la marca del agua nos condiciona en cualquier circunstancia a los cubanos, funciona lo mismo como un túnel hacia la angustia, que como una ventana en busca de claridad y respiración. Ahora esta entidad que atesora tanta vida en trashumancia acoge la energía y el trabajo de un artista cuya estirpe bien singular lo destaca, Jesús Selgas (Cienfuegos, 1951) representa un destino al que resulta imposible presentar la renuncia y con celeridad se transforma en fuerza capaz de generar las más sorpresivas ficciones.

Estas ficciones quedan encarnadas en veinticuatros obras construidas con materia cotidiana y pasajes conmovedores que se acumulan hasta lo onírico, surgidas del cuerpo y la mente en su alianza insumisa; piezas que nos convidan a una travesía que si no es propiamente “secreta”, si podríamos decir que resulta soterrada, apartada del relato lineal; con un eco que brota de lo accidentado, de las ondulaciones, de la desmedida densidad y se instala en lo profundo y a la vez protuberante, inclusive con ranuras que conducen a la inquietud. Se palpa aquello que habla del vínculo entre las circunstancias y lo trascendental; con la Historia siempre hiriendo, infestando lo que finalmente no cicatriza porque se desplaza de la experiencia personal a la colectiva.

Esta exposición combina obras más frontales y enérgicas, donde se mezclan los acontecimientos con la potencia de las propias huellas que han dejado en la piel de los seres y sus comunidades, tales como: Deshecha en menudos pedazos,(2000); Ophelia as an Island: A Sentimental Map (1992); y Virgen de La Caridad con tres marielitos(1987) –esta última reforzada con un profundo contenido autobiográfico–; con otras más reflexivas, donde los sentimientos y las laceraciones se asientan cuando no es posible que se disuelvan producto de la innegociable solidez de sus contenidos, a esta últimas el propio ejercicio de la reflexión les concede un tono filosófico que en varias ocasiones se vincula sobre todo al tema de las creencias, de la fe, y la cuestión siempre polémica de los sacrificios. En ese registro encontramos obras como: Los lazos familiares (1999); La Virgen de la estrella (con marco de ángeles), 1987; Sor Teresa (1999); y Sor Juana Inés de la Cruz (1999).

A través de Sor Teresa y Sor Juana Inés de la Cruz, Selgas visita figuras icónicas vinculadas a la fe, la consagración y el sacrificio, y sobre todo nos hace mirar hacia la proyección de ellas en el tiempo, adicionándoles suficientes elementos y energías para condimentar y volver creíbles sus representaciones. En ambos casos se exhibe un alto nivel estético, equilibrio o compensación, auxiliado de la simetría que proviene de lo geométrico y tanto nos recuerda al maestro Escher.

Vida y obra se funden en testimonio, discurso amoroso, pugna entre la realidad y el deseo, enfrentamiento este capaz de excavar en lo más hondo desde una sinceridad apabullante y a la vez sanadora. Excavaciones sostenidas durante más de cuatro décadas durante las cuales Cepp Selgas ha sido estrictamente fiel a sus creencias, sueños, metas y aspiraciones; y sobre todo con ese recorrido honra y mantiene vivo el espíritu de sus iguales de la generación del Mariel, entre los que no puedo dejar de mencionar a Ernesto Briel y Reinaldo Arenas, que con sus obras, una pictórica y otra escritural, ya alcanzan una magnitud celeste que ningún tipo de poder puede tachar.

De alguna manera creo que este relato visual también funciona como un homenaje a todo ese excepcional talento creativo que tuvo que abandonar la isla en las circunstancias del Mariel, y además a otros de semejante valía que lo han hecho antes y después de ese acontecimiento. Dentro de la exposición hay varias obras que ilustran muy bien este aspecto, en lo particular elijo Escape from Red Paradise (1985) y Fuga y destino (2025), esta de una lírica impresionante y una madurez conceptual que me incita a aludir nuevamente al delicioso Arte de la fuga de J. S. Bach.

Otra pieza que me interesa resaltar dentro del recorrido es Mare Nostrum (2004), sobre todo por su vastedad simbólica: esa imagen no solo habla del mar tangible, de ese que nos ha dado y quitado tantas cosas, sino también de una marea interna que a veces se desencadena en abismo y adquiere una condición insondable; entonces en medio de la tempestad aparece un tic minimalista que Selgas practica para intervenir y hacer aún más eficientes los mencionados símbolos; es cuando se funden pétalos y olas en una sola expresión (la rosa), para que los sacrificados reposen en un manto híbrido y metafórico.

La idea del sacrificio parece estar muy presente en esta curaduría, que no se queda en las simples insinuaciones, sino que cala profundo y pone el dedo sobre las llagas. Dicho sacrificio lo podemos interpretar en dos sentidos; el primero relacionado con un evento o acontecimiento límite (experiencia radical) que atenta contra la libertad y hasta la propia vida del sujeto forzándolo a saltar hacia lo desconocido, donde pueden estarle esperando la soledad y una versión inesperada del vacío; el segundo visto como un acto voluntario a través del cual se va a condensar en equilibrio y sosiego todo el daño ocasionado por la opresión. Desde mi bote (1995) y The Promise (1998) parecen ilustrar muy bien las dos caras de esa moneda.

Algo que me resulta de mucho agrado es constatar cómo Selgas interpreta la religiosidad del cubano a partir de varios momentos de su creación; sobre todo sin llegar a ser solemne y denso, pero adhiriéndose con sensatez a algunas líneas de la antropología y a fantasías populares. Ingenuidad a veces, necesidad de creer en algo otras o llegar a pensar que la suma de creencias diferentes puede acrecentar la fe y mejorar la imagen ante el divino, las auténticas y desgarradas devociones conforman un polémico entramado con el que Selgas trabaja, sin desechar la posibilidad de ser irónico e ingenioso. Así nos sorprenden Osaín de un pie (1995-2011) y Ángel-güije (1983), que penetra en la cuestión del sincretismo de forma muy novedosa.

Otro segmento que otorga fortaleza y un toque muy especial a esta exhibición es el que contiene tres obras de la serie La Habana para una Infanta difunta (2001-2002). Aquí una ciudad y un gran escritor se funden en el esplendor de la parodia; la Habana de Guillermo Cabrera Infante renace tanto del acrílico como de la instalación, para que el arte de la memoria vuelva a ser protagonista desde la irreverencia y también desde la sobriedad.

Además de todo lo comentado, pienso que revisitar la obra de Cepp Selgas siempre es una experiencia sustantiva, de notables aportes tanto en lo espiritual como en lo estético, esta es, sin dudas, la preciada oportunidad de volver a un territorio en donde los lenguajes se abren entre si propiciando un dialogo de alto nivel cognoscitivo, capaz de mover resortes de todo tipo. Aquí las técnicas mixtas, la escultura, la pintura y hasta la instalación se abrazan en un mismo objetivo; y lo más importante es que los que puedan llegarse hasta el American Museum of the Cuban Diaspora, en la ciudad de Miami, o visitarlo a través de las redes, sientan que al detenerse ante cada una de las obras se logra escuchar la voz de un espejo, y en ella se puedan reconocer.


* Selgas: Esencial, una exhibición retrospectiva del artista cubanoamericano radicado en Nueva York, Jesús Cepp Selgas, se puede ver del 7 de noviembre de 2025 al 28 de enero de 2026 en el Museo Americano de la Diáspora Cubana de Miami, comisariada por Jesús Rosado y el comisario Invitado Gustavo Valdés.

RICARDO ALBERTO PÉREZ
RICARDO ALBERTO PÉREZ
Ricardo Alberto Pérez (Arroyo Naranjo, 1963). Escritor y traductor. Es autor de los cuadernos de poesía ¿Para qué el cine? (Unión, La Habana, 2011) y Vengan a ver las palomas de Varsovia (Letras Cubanas, La Habana, 2013). En 2008 publicó la antología personal Los tuberculosos y otros poemas (Torre de Letras, La Habana, 2008). Ha traducido a Paulo Leminski y otros poetas brasileños. Fue miembro del grupo literario Diáspora(s).

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