La galería suiza Mai 36 presenta en Madrid una exposición que reúne el trabajo de dos artistas con enfoques muy distintos, pero un profundo compromiso con el humor y la ironía: el cubano Flavio Garciandía y el alemán Stephan Balkenhol.
La muestra, que abrió al público desde el pasado 7 de marzo en la calle Sancho Dávila 4 de la capital española y se podrá visitar hasta el 12 de abril próximo, invita a reconsiderar las fronteras entre tradición e innovación, seriedad y juego, así como lo personal y lo universal, explica una nota de prensa de Mai 36.
La galería entiende la exposición Garciandía/Balkenhol (que coincidió por unos días con la feria ARCOmadrid) como una plataforma para explorar la intersección entre pasado y presente, tradición y reinvención, memoria individual y colectiva.
Con el diálogo entre estos dos artistas, la muestra quiere subrayar la importancia de la reinterpretación en el arte contemporáneo, utilizando la sutileza y la ambigüedad como estrategias clave.
Stephan Balkenhol, una figura fundamental en el renacimiento de la escultura figurativa en Alemania durante los años ochenta, crea esculturas talladas en un solo bloque de madera.
Su trabajo, con texturas y fisuras visibles, rechaza la monumentalidad tradicional, explorando conceptos de identidad e historia a través de posturas aparentemente ordinarias, pero cuidadosamente compuestas.
Mientras las esculturas de Balkenhol habitan espacios de neutralidad enigmática, las obras de Garciandía exploran significados cambiantes a través de la apropiación, destacando la fluidez de la memoria cultural y su impacto en el discurso artístico contemporáneo, explica Mai 36.
Las posturas de ambos artistas, aunque aparentemente simples, provocan una contemplación silenciosa que cuestiona sutilmente las nociones de identidad y representación, concluye la nota de prensa.
Nacido en Caibarién, Villa Clara, en 1954, Flavio Garciandía se graduó del Instituto Superior de Arte de La Habana en 1981, donde trabajó como profesor hasta principios de los años noventa, cuando sale de Cuba y se instala definitivamente en México, donde reside hasta hoy.
Antes de concluir su período formativo, durante los años setenta, Garcíandía ya tenía una presencia notable en la escena artística cubana, bajo los códigos del fotorrealismo. De ese momento, se recuerda en especial su cuadro Todo lo que usted necesita es amor (1975), adquirido en esa temprana fecha por el Museo Nacional de Bellas Artes.
En los años ochenta, su trabajo artístico se presenta como una suerte de investigación estética alrededor del kitsch urbano, visto como cuerpo expresivo autónomo y como forma emanada de la experiencia comunista.
Muestras como Vereda Tropical (1982) o Tropicalia I (1989) consolidaron todavía más a Garciandía como un actor de primer orden en la escena del arte cubano. Más adelante, asumiría a plenitud la pintura como una revisión paródica de estilos y autores procedentes del informalismo, la nueva figuración, el posconceptualismo, la transvanguardia o el pop; así consiguió imprimir a sus imágenes, de una visualidad muy singular y hedonista, ese dialogismo que tanto las distingue.
En febrero del pasado año, la galería El Apartamento exhibió en Madrid la obra del cubano con la exposición Flavio Garciandía y Flavio Garciandía exhiben juntos (otra vez), que proponía “reflexionar sobre las claves ideológicas ocultas tras el Sistema Arte Global”.
Gracias muchas.