LA HABANA, Cuba. – El 27 de junio de 1859 nació en la villa de Puerto Príncipe, hoy provincia de Camagüey, el eminente médico Gonzalo Aróstegui del Castillo, fundador de la Junta Superior de Sanidad, miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País y presidente de la Liga contra la Tuberculosis.
Realizó sus primeros estudios en un prestigioso instituto de su ciudad natal, que fue clausurado cuando estalló la Guerra de 1868. Se incorporó entonces al Colegio San Francisco de los Padres Escolapios y concluyó el bachillerato en el Seminario de San Carlos, en la capital cubana.
Matriculó en la Universidad de La Habana para cursar los estudios de Medicina, y en cuarto año se trasladó a España para concluir la carrera en la Universidad de Madrid. Con el objetivo de aumentar sus conocimientos, viajó a París. Continuó estudiando en la Universidad de La Sorbona mientras realizaba la pasantía en diversos centros médicos.
Fascinado con las infinitas posibilidades que los adelantos tecnológicos ofrecían para el desarrollo de la medicina, viajó a Estados Unidos. En Nueva York conoció los métodos y técnicas más avanzados en distintas especialidades. Visitó clínicas infantiles, policlínicas y hospitales. Regresó a Madrid con el propósito de cursar una carrera facultativa en Medicina General y Psiquiatría. Años más tarde se decantaría por la atención pediátrica.
En el año 1886 Aróstegui regresó a la Isla, donde fue nombrado Médico de la Casa de Beneficencia, labor que desempeñó por más de cuatro décadas, a la par de la atención facultativa al Colegio La Inmaculada y al Asilo de Ancianos Desamparados. Está considerado como uno de los mejores clínicos en la historia de la medicina cubana, por su capacidad para examinar al paciente con todo rigor y llegar a un diagnóstico acertado, sin someterlo a pruebas innecesarias y dolorosas.
Como miembro de la Sociedad de Estudios Clínicos presentó su primera investigación sobre el estado psicológico de los pacientes epilépticos. En 1894 ingresó en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, donde fungió como bibliotecario y director de la sección de Medicina, Odontología y Veterinaria, una responsabilidad que desempeñó hasta su muerte, sobrevenida en el año 1940.