MIAMI, Estados Unidos. – Una familia de pescadores de Cárdenas, Matanzas, reclama la devolución de un bote de madera que, según denunció, fue robado en Cuba y usado el pasado jueves para trasladar a 10 migrantes a los Cayos de Florida, donde la embarcación quedó abandonada.
El fin de semana, la esposa del propietario del bote contactó al Miami Herald para pedir ayuda con la localización de la nave. La mujer aseguró que había sido robada el lunes anterior en Cárdenas y que los responsables ya habían sustraído embarcaciones de la zona en otras ocasiones. El periódico con sede en Miami protegió la identidad de su fuente.
“Ese bote es nuestro sustento. Es nuestra fuente de ingresos más importante, y no solo la nuestra. Muchas familias aquí dependen de ese bote para sobrevivir”, dijo la mujer.
Según el sheriff del condado de Monroe, Rick Ramsay, quien fue citado por el periódico, la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC, por sus siglas en inglés) tiene la embarcación bajo custodia. Agentes de Operaciones Aéreas y Marinas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) la hallaron a la deriva, aproximadamente a una milla de la costa de Rock Harbor.
Sobre un posible retorno de la nave a Cuba, Ramsay sugirió que los dueños presenten una denuncia de robo ante las autoridades cubanas y envíen copia al Departamento de Estado de EE.UU. y a la Patrulla Fronteriza. Una portavoz de la FWC dijo al Herald que también revisaba el procedimiento para la devolución.
Ya el caso derivó en dos arrestos por contrabando de personas.
La embarcación fue dejada en Tavernier (Upper Keys) tras el desembarco. El capitán y sus nueve pasajeros —entre ellos un niño de 10 años— pasaron la noche entre los manglares y, al amanecer, cruzaron la carretera U.S. 1 hacia un supermercado Winn-Dixie. Al ver a un agente de la Oficina del Sheriff del condado de Monroe, huyeron, de acuerdo con el parte de arresto citado por el Herald. Autoridades locales, estatales y federales emprendieron la búsqueda.
Hacia las 2:30 p.m. del viernes, un agente del sheriff y un oficial de la Patrulla Fronteriza detuvieron un Lexus plateado en Key Largo, con cuatro de los recién llegados a bordo, según el mismo reporte. No está claro si las demás personas fueron capturadas.
Los detenidos son Jesús Herrera Belett, de 38 años —cuyo documento más reciente lo ubica en Cayo Hueso—, y Jesús Medina Esquijarosa, de 56 años, residente en Miami. Herrera Belett enfrenta nueve cargos por contrabando de personas; Medina Esquijarosa, uno como accesorio.
De acuerdo con su declaración a los detectives —recogida en el parte de arresto citado por Miami Herald—, Herrera Belett sostiene que la embarcación le pertenece. Dijo que viajó en ella con su esposa y su hijo, además de otras siete personas que recogió en un lugar llamado “Cementario de los Barcos”. Señaló que su primera escala fue en un faro abandonado en Faro Viejo (Bahamas) antes de continuar hacia los Cayos de Florida.
Herrera Belett afirmó que Medina Esquijarosa es el esposo de su sobrina y que accedió a trasladar a los migrantes hasta su casa en Miami. Agregó que había vivido previamente en Estados Unidos: relató que en 2022 cruzó el estrecho de Florida en otro bote pesquero, el Elvira, junto a tres personas; que trabajó en Detroit (Michigan) y reunió dinero para comprar una lancha scarab, con la que regresó a Cuba en marzo de 2023. Al entrar a aguas cubanas, la Guardia Fronteriza lo arrestó y lo mantuvo un año en prisión, según su testimonio, consignado en el parte.