MIAMI, Estados Unidos. – El Departamento de Estado de Estados Unidos, a través de su Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental, rechazó los ataques del régimen cubano contra la prensa independiente y los vinculó con un intento de desviar la atención de la grave crisis económica de la Isla, en un contexto marcado por la reciente ofensiva oficial contra el medio digital elToque.
“Rechazamos los continuos ataques del régimen cubano contra los periodistas independientes”, afirmó la entidad en X.
En la misma declaración, Washington aseguró que “la dictadura solo busca distraer de su incompetencia, mala gestión económica, fracasadas políticas comunistas, corrupción y represión”.
El Buró subrayó además que, “a diferencia del régimen, Estados Unidos apoya al pueblo cubano y su derecho a recibir información sin censura”.
We reject the Cuban regime’s continued attacks on independent journalists. The dictatorship only seeks to distract from its incompetence, economic mismanagement, failed communist policies, corruption, and repression. Unlike the regime, the United States supports the Cuban people…
— Bureau of Western Hemisphere Affairs (@WHAAsstSecty) November 14, 2025
Aunque la declaración en X no menciona a elToque por su nombre, llega inmediatamente después de que el Gobierno de La Habana lanzara una nueva campaña de criminalización contra ese medio, al que acusa de “tráfico de divisas”, “evasión fiscal” y de formar parte de un supuesto “programa integral de guerra económica” financiado por Estados Unidos, según el espacio televisivo oficialista Razones de Cuba.
El régimen también acusó a elToque, financiado en parte con fondos estadounidenses, de manipular la tasa de cambio informal para “fomentar disturbios” y lo señaló de “terrorismo económico”.
El director del medio, José Jasán Nieves, ha admitido que elToque recibe subvenciones de donantes privados y del Departamento de Estado “para promover el acceso a la información en Cuba y apoyar a la Embajada de Estados Unidos en La Habana en la implementación de programas de diplomacia pública”, y ha recalcado que “ninguna de esas relaciones influye en nuestra línea editorial”.
En declaraciones a EFE, Nieves insistió en que “no existe tal cosa como ‘terrorismo económico’ ni somos mercenarios al servicio de nadie” y negó haber participado “en ninguna acción de tráfico de divisas ni evasión fiscal”.
El director de elToque calificó estas imputaciones de “táctica de distracción” en un momento en que el propio Gobierno ha reconocido que no puede implementar la prometida tasa de cambio flotante y mientras celebra juicios en secreto contra funcionarios a los que intenta responsabilizar del colapso económico. “Están desesperados por conseguir un nuevo chivo expiatorio”, dijo, y acusó al régimen de buscar desviar la atención “de su estrepitoso fracaso y de la crisis en la que tienen sumido al país”, según EFE.
La campaña actual contra elToque quedó plasmada en varios frentes. El Banco Central de Cuba (BCC) emitió una declaración en la que aseguró que el medio “es parte de la agresión económica contra nuestro país y es inaceptable” y que su tasa no posee “legitimidad económica” al operar mediante mecanismos “no transparentes” y vulnerables a la especulación.
Paralelamente, los diarios oficiales Granma y Cubadebate replicaron el discurso de la televisión estatal con titulares como “elToque actúa en contra del bienestar del pueblo de Cuba” y “elToque: del terrorismo económico al tráfico de divisas”.
En una respuesta publicada en Facebook, Jasán Nieves denunció que las “declaraciones” exhibidas en televisión fueron obtenidas hace un año bajo “tortura psicológica” en “sesiones de más de ocho horas en Villa Marista”, el cuartel general de la Seguridad del Estado, y luego “editadas y sacadas de contexto” para construir un caso penal contra miembros del proyecto desde 2024.
La ofensiva contra elToque se inscribe en un contexto de acoso sistemático a la prensa independiente, agravado tras la entrada en vigor, en octubre de 2024, de la Ley de Comunicación Social del régimen cubano. Un informe de LatAm Journalism Review señala que la nueva norma ha traído “una ola de represión” contra periodistas que trabajan al margen de los medios oficiales, quienes denuncian interrogatorios, amenazas y acusaciones de “mercenarismo”.
El director del Instituto Cubano para la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), Normando Hernández, aseguró a esa publicación que “el régimen cubano, sin demora, ha desatado una nueva ola de represión, que puede calificarse de terrorismo de Estado”, cuyo objetivo es “infundir terror” y forzar a los periodistas a abandonar su labor informativa.
Los periodistas de CubaNet también han sido sistemáticamente acosados, amenazados e incluso condenados por el régimen de la Isla. Desde el lunes, cuando comenzó el juicio contra el ex viceprimer ministro cubano Alejandro Gil Fernández, la reportera Camila Acosta, de este medio, ha sido intermitentemente impedida de salir de su vivienda, en La Habana.
“La Seguridad del Estado le dijo a mi pareja hace años que lo que le preocupaba era que yo ‘cogiera calle’, es decir, que reportara en la calle directamente”, confirmó Acosta a CubaNet.
