LA HABANA, Cuba. – “Como lo veo, Franco Senén tiene dos opciones: o mostrarse muy arrepentido y tratar, lamiendo más botas aún, de volver a ganarse la confianza del régimen, o, por el contrario, apartarse completamente de la línea oficial. Por lo visto, va por el primero de los caminos”. Así finalicé en mayo de 2022 una nota en la que analizaba la expulsión de Armando Franco Senén de la revista Alma Mater, de la cual era su director hasta ese momento. El suceso generó una intensa polémica en las que no pocos de sus colegas, partidarios del régimen, lo defendieron.
Menos de tres meses más tarde, el periodista oficialista pasaba a formar parte la junta directiva del Grupo Empresarial Palco, específicamente como director de Mercadotecnia y Comunicación. La entidad mencionó que, con su promoción, se pretendía conseguir “un Palco más cercano a sus clientes y socios, atemperado a las dinámicas de los tiempos actuales”.
De esta forma y contrario a todo pronóstico de defenestración ―teniendo en cuenta casos similares en el castrismo―, se demostraba que existen mecanismos dentro de la cúpula dictatorial para “convertir el revés en victoria” o “caer para arriba”. Franco Senén escalaba de un puesto menor ―del que fuera expulsado por la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)― a una posición muy superior, tanto en poder de decisión como en influencias dentro de la nomenclatura castrista.
El conglomerado estatal Palco ha sido el encargado de gestionar hoteles, restaurantes, un centro de convenciones, entre otros lucrativos negocios. Durante décadas, sus espacios han operado como mecanismos clave para la gestión de ingresos millonarios a través del turismo, los eventos internacionales, la importación y la distribución de bienes en Cuba, lo que ocurre a menudo bajo la apariencia de entidades estatales, pero controladas de manera discrecional. Al frente de Palco estuvo durante décadas Abraham Maciques, una figura central en el engranaje empresarial del régimen cubano y hombre de confianza de Fidel Castro.
Al parecer, la carrera de Franco Senén dentro del grupo ha sido un éxito: un reporte de la Televisión Cubana transmitido a finales de agosto pasado lo presentaba como director de la Empresa de Eventos del Grupo Palco. En el mismo video se le veía acompañando al primer ministro del régimen cubano, Manuel Marrero Cruz, durante un recorrido por el recinto ferial Pabexpo. Asimismo, como parte de la programación de verano, se le vio igualmente junto al gobernante Miguel Díaz-Canel y a la viceprimera ministra Inés María Chapman.

El represor
A inicios de este mes, el Observatorio de Libertad Académica (OLA) denunció una de las acciones de Franco Senén, presuntamente para ganar promociones dentro de la cúpula gobernante. Según OLA, en 2019, cuando se desempeñaba como profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, fue cómplice de acciones represivas de la Seguridad del Estado contra Beatriz del Carmen Hidalgo-Gato Batista, estudiante de Comunicación y activista por los derechos de los animales.
La joven “recibió una llamada del profesor Armando Franco citándola a una reunión con el decano, Dr. Raúl Garcés, la cual tendría lugar en su facultad. Al llegar, se encontró con ambos docentes y dos agentes de la Seguridad del Estado”. Durante el interrogatorio, le cuestionaron sus ideas cívicas y los agentes le advirtieron: “Quédate tranquila, porque puedes perder la carrera”.
Al terminar el encuentro, Franco y Garcés conversaron con ella en privado. El decano le dijo: “Tú no eres estúpida; si no, no hubieras organizado una marcha. Quédate tranquila, que vamos a organizar una organización [sic] universitaria animalista”.
Esto nunca sucedió; en cambio, el hostigamiento de la policía política en el ámbito universitario contra la joven, y con la complicidad de profesores, se intensificó desde entonces: sus compañeros de clase fueron presionados para aislarla socialmente.
Hidalgo-Gato Batista terminó optando por el exilio. Actualmente, Garcés tiene un cargo directivo en la oficina de las Naciones Unidas en Cuba, donde funge como oficial de Coordinación, Comunicación y Abogacía. Por su parte, Franco Senén pasó a ser director de la revista Alma Mater, de donde dio el gran salto a Palco.











