MIAMI, Estados Unidos. – Las declaraciones emitidas en el programa Cuadrando la caja, transmitido por la Televisión Cubana (estatal), han provocado una fuerte polémica al poner en cuestión el lugar de alimentos centrales en la dieta de los cubanos, como la papa y el arroz, en medio de una crisis prolongada de producción y abastecimiento.
Durante una edición dedicada a la producción de alimentos en Cuba, funcionarios y expertos invitados reconocieron que el país no logra cubrir la demanda interna y atribuyeron esa situación a factores estructurales, energéticos, financieros y de gestión, al tiempo que defendieron un giro hacia la llamada “agricultura sostenible” y la soberanía alimentaria.
El debate fue conducido por la presentadora Marxlennin Pérez, quien introdujo el espacio como “una propuesta televisiva para debatir, cuestionar y llegar a consensos desde el socialismo cubano” y planteó como punto de partida un diagnóstico del estado actual de la producción de alimentos.
Entre los invitados estuvieron el ingeniero José Carlos Cordovés Urquiza, director general de política industrial del Ministerio de la Industria Alimentaria, y el doctor en Ciencias Roberto Caballero Grande, miembro del Comité Ejecutivo Nacional de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales.
“No somos asiáticos”
El momento más polémico del programa llegó al abordar la Ley de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional y los hábitos de consumo de la población. Caballero sostuvo que uno de los problemas es que en Cuba “nos habituamos a comer cosas que no son propias de nuestro país”. En ese contexto afirmó de manera categórica: “La papa no es un producto de Cuba”.
Según explicó, se trata de un cultivo originario de los Andes que requiere altos niveles de insumos y semillas importadas, lo que hacía que producirla en la Isla resultara más caro que su costo real. “Más de la mitad de lo que se guardaba en frigorífico se podría sin llegar al consumidor”, dijo, aludiendo a pérdidas por falta de infraestructura adecuada.
El especialista relató incluso una anécdota para reforzar su argumento: “Una vez me lo dijo un italiano con toda su razón. Me dijo, ¿para qué ustedes gastan tanto dinero en la papa si ustedes tienen boniato, yuca, ñame, malanga?”, señaló, y añadió que con el dinero invertido en la papa se podría “inundar al país” de esos cultivos tradicionales.
La crítica se extendió también al arroz, otro pilar de la dieta cubana. Caballero calificó de “desmesurados” los niveles de consumo y afirmó: “Nosotros no somos asiáticos. Eso no es un hábito cubano”. Aunque la presentadora recordó que el arroz forma parte de las tradiciones actuales, el invitado respondió que “eso se cambia” y sugirió que la escasez facilita la adaptación a otros alimentos.
Pese a las declaraciones del funcionario, millones de cubanos asumen la papa y el arroz no solo como alimentos básicos, sino como símbolos de seguridad alimentaria en un contexto de escasez crónica, inflación y deterioro del poder adquisitivo.
Qué más dijeron
Desde el inicio, Caballero describió un panorama crítico: “La producción de alimentos está lógicamente en una situación similar a la que están otros sectores de la economía cubana”, afirmó, y enumeró como causas la crisis energética, los daños provocados por eventos meteorológicos, la dependencia de insumos externos y los problemas administrativos y financieros que enfrentan los agricultores. Según dijo, “los niveles productivos son totalmente insuficientes” y los costos de producción se han disparado, lo que hace inviable producir cuando se imponen precios topes. “El agricultor no puede vender a un precio inferior a lo que le cuesta hacerlo”, subrayó.
Cordovés coincidió en el diagnóstico y reconoció explícitamente que “la producción de alimento en Cuba hoy no satisface la demanda de la población”, una afirmación que atribuyó también a declaraciones previas del gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel.
El funcionario explicó que la industria alimentaria depende tanto de la producción nacional como de importaciones que hoy no pueden realizarse en los volúmenes habituales por la falta de recursos financieros. No obstante, defendió que el país dispone de una infraestructura industrial creada durante décadas que, con mejores flujos financieros y mayor articulación con la agricultura, podría responder a las necesidades internas sin grandes inversiones adicionales.
Uno de los ejes del programa fue la defensa del concepto de “agricultura sostenible” como horizonte estratégico. Caballero la definió como una agricultura “eficiente en el uso de recursos”, productiva, estable durante todo el año, resiliente frente a fenómenos climáticos extremos, ambientalmente responsable y “socialmente justa”. En ese punto advirtió contra modelos que, bajo la etiqueta de lo orgánico, terminan excluyendo a quienes no pueden pagar precios más altos. “Eso en nuestro sistema no cabe”, afirmó.
Cuadrando la caja se ha consolidado en los últimos años como un espacio de la televisión estatal destinado a debatir temas económicos y sociales sensibles, bajo el discurso de la “crítica constructiva” dentro del socialismo cubano. En emisiones anteriores, el programa ha abordado problemas como la inflación, el mercado cambiario y las distorsiones de precios, generalmente con la participación de funcionarios y expertos alineados con las políticas oficiales.
El debate sobre la soberanía alimentaria y la sustitución de importaciones no es nuevo en Cuba. Desde el inicio del llamado “Periodo Especial” en los años 90, el Estado ha promovido discursos y políticas orientadas a reducir la dependencia externa y a modificar los patrones de consumo.
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