MIAMI, Estados Unidos. – La artista plástica cubana Camila Lobón denunció este viernes en Facebook que el panteón familiar de su familia en el Cementerio General de Camagüey apareció vacío, sin osarios ni urnas de ninguno de sus difuntos, en un camposanto que en los últimos años ha acumulado reportes de profanaciones, saqueos y abandono documentados por vecinos y medios independientes.
Según relató Lobón, su familia acudió al Cementerio General de la ciudad para enterrar a un nuevo fallecido y se encontró con que el panteón estaba completamente desocupado. “Hoy el superhumilde panteoncito de mi familia en Camagüey apareció vacío. Mi familia fue a enterrar a su último muerto en el Cementerio General de la ciudad y para su sorpresa, no estaban los osarios ni las urnas de ninguno de nuestros difuntos”, escribió.
La artista afirma que no tiene explicación para lo ocurrido: “No consigo ni especular sobre las razones detrás de esto. No hace sentido en las más delirantes lógicas burocráticas, ni en el más miserable acto de saqueo. Simplemente agarraron los restos de mi familia, de mi abuelo, de mi tío abuelo que fue preso político plantado, de mi bisabuela Rosa y mi tía bisabuela Mercedes, las que nos criaron a todos, las personas más importantes y sagradas para la familia y los botaron”.
Lobón subraya que incluso ella, que no se considera religiosa, mantiene un vínculo íntimo con esos muertos: “Yo, que no tengo ninguna religiosidad particular, ni fetiche con los restos de los difuntos, a la que le rezo en mis horas de desesperación es a esa bisabuela”. Relató que para su abuela y los mayores de la familia, que sí acuden cada año al cementerio a conmemorar a sus muertos, el golpe ha sido devastador.
En su denuncia, la artista conectó la desaparición de los restos con la experiencia cotidiana de la diáspora cubana, marcada por la distancia y la crisis del país: “Y un día te levantas y en el país al que no puedes volver han agarrado y botado como basura la única parte profunda de ti que quedaba, tus muertos. Un síntoma más de cómo todo se ha ido a la mierda”.
Huesos al aire, nichos saqueados y ataúdes sin sepultar
La denuncia de Lobón trasciende tras repetidas quejas sobre el estado del Cementerio General de Camagüey, el más antiguo en funcionamiento en Cuba, fundado en 1814 y considerado una necrópolis de alto valor histórico y patrimonial.
En diciembre de 2024, el medio independiente CiberCuba recogió el testimonio de José Morell Rodríguez, quien denunció el saqueo del nicho familiar en el cementerio principal de la ciudad. Según ese reporte, Morell aseguró que al llegar al lugar encontró el candado de la reja forzado, los osarios abiertos y restos humanos desaparecidos, incluidos cráneos. “Lo que vi fue de horror. Poseo documentos en regla que acreditan 10 cajas en el nicho, todas registradas y saqueadas, quedando los restos a la intemperie”, declaró.
El denunciante afirmó que acudió a la administración del cementerio y no obtuvo respuesta, y que estos hechos no serían aislados sino parte de un patrón de saqueos que “pasan desapercibidos” para trabajadores y custodios.
Las imágenes y videos difundidos desde entonces por vecinos, periodistas y organizaciones independientes han mostrado un deterioro sistemático del camposanto. El medio camagüeyano La Hora de Cuba publicó el reportaje “Muerte sin descanso eterno: profanan tumbas en Camagüey”, acompañado de fotos donde se observan tumbas abiertas y restos humanos expuestos.
El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) también ha difundido imágenes del cementerio en las que se ven fragmentos de huesos y bolsas con restos humanos “al descubierto, sin protección alguna”.
Solo después de que estas imágenes circularon de forma masiva, la Empresa Provincial de Servicios Comunales de Camagüey publicó una nota en redes sociales asegurando que trabajaba “con total receptividad” en la “organización y transformación” del cementerio.
El Cementerio General de Camagüey, situado en el oeste de la ciudad, es considerado por fuentes especializadas y por la propia prensa local oficial como el cementerio más antiguo en funcionamiento en Cuba. En él reposan figuras históricas de la región, entre ellas Ignacio Agramonte y otros protagonistas de las guerras de independencia.








