El artista visual cubano Yornel Martínez Elías inauguró este jueves 21 de agosto la exposición Nowhere en la galería independiente habanera El Apartamento, donde ofrecerá durante tres meses un compendio o atlas sociofilosófico que aglutina una quincena de piezas. Concebidas por el artista a partir de 2014, pudieran asimismo considerarse reimaginaciones cartográficas, anti-mapas, geografías políticas impugnadas.
Precisamente la propuesta de Martínez Elías desafía y discute con esta cúspide del juego de abalorios taxonómicos en que sobreviven los dogmas de la Modernidad positivista e iluminista. El nutrido territorio de los mapas y las cartas de navegación resulta uno de sus bastiones más persistentes, aunque numerosos pensadores y artistas, sobre cuyos postulados se asientan las obras expuestas, hayan articulado durante la última centuria todo un sistema “anti cartográfico” —enaltecedor de las dimensiones culturales de lo mapeado, antes que las físico-políticas.


Según dijo en exclusiva Martínez Elías a Rialta Noticias, con estas obras discursa “sobre la noción del lugar o no lugar, desde el punto de vista poético, conceptual y también político. Ahí trabajo con un grupo de referencias intelectuales que me han influido: la obra de Jorge Luis Borges, la novela El mapa y el territorio de Michel Houellebecq, el concepto de «no lugar» de Marc Augé, Las ciudades invisibles de Ítalo Calvino, La vuelta al día en ochenta mundos de Julio Cortázar”.
“También han sido muy importantes las lecturas sobre el situacionismo y las ideas que tenían los situacionistas sobre la «psicogeografía» y las derivas; el mapa surrealista del mundo que construyó André Breton, en que el Tíbet tiene mayores proporciones que África”, comentó el artista. “Ese tipo de obras parecen juegos, o tienen un componente lúdico, pero no hacen otra cosa que reñir con la concepción tradicional de mapa como lo entendemos y como ha sido fijada a partir de los atlas y la cartografía moderna; asociada precisamente al pensamiento moderno que quiere taxonomizar, abarcar y medir todo”.
Martínez Elías sostuvo que, basado en todas estas reconcepciones, sistemas otros y miradas creativas, emplea la cartografía “como dispositivo para desarticular o releer las nociones de espacio, de lugar, desde una perspectiva conceptual, poética. La misma exposición en sí constituye una especie de deriva o de confrontación entre lo que es el lugar, el mapa, el territorio”.
“Es como trenzar las nociones de estar aquí, de estar allá, y obviamente todo eso tiene que ver con una cuestión poética, pero también política”, explicó. “Se mueve en ese ínterin, entre esas nociones, y es una manera de subvertir las concepciones tradicionales de la cartografía, que básicamente nacen vinculadas a una agencia muy política desde la noción cultural de Occidente. Aunque el mapa trasciende las lógicas occidentales, muchos de los documentos cartográficos a los cuales hemos tenido acceso están vinculados a una agencia colonial y también tributan a una visión eurocéntrica”.
Nowhere persigue establecer “un juego” y sostener “un pulso con esas nociones tradicionales asociadas a la Modernidad”, añadió el artista cubano. Las obras compiladas, de muy diferente formato y factura, abarcan un amplio espectro técnico y estético que se desplaza desde la pintura —“La geografía como un cadáver exquisito”, “Deshielo” y “Globo”, todas de 2014; “No lugar” de 2015— hasta la videoinstalación —“Terra Ignota” (2018-2023)— y la videocreación —“Multitud” (2021), animada por Chabeli Farro. De conjunto articulan una relectura de “las nociones de mapa ya en la era del Internet, de los GPS, de la tecnología más avanzada de los drones”.
Martínez Elías ejemplificó esta noción con el caso de “Multitud”: “una animación pequeña”, dijo, “que se muestra en un teléfono móvil que juega con la idea de control a partir del móvil como dispositivo personal, y en la animación se aprecia una multitud que está siendo controlada a partir de la lógica del GPS en los dispositivos personales”.

Las múltiples discusiones con ese gran constructo que es el Mapamundi, la más ambiciosa estructura de la cartografía moderna, y sus reconfiguraciones —“Islario”, “Paréntiesis”, Wor(l)d”; todas de 2017—, las cartografías mitopoéticas —“A 50 millas de ninguna parte” (2017)—, de la intimidad procesual —“Atlas” (2014), que encuaderna telas empleadas por el propio creador para limpiar sus pinceles—, y la memoria —“La memoria es un país extraño” (2018)—, así como el análisis de la politización de fronteras “naturales” —“S/T (Ríos y fronteras)” [2019] o “No Man´s Land” (2019)—, revelan una elocuente ausencia de apropiaciones directas del mapa de Cuba.
Cualquier énfasis en la geo-iconografía de la nación ha sido evitado a favor de un discurso global, transnacional, totalizador, que no totalitario ni totalizante, puesto que, según el artista aclaró a Rialta Noticias, evita trabajar con elementos, como ese, “ya codificados”.
“Existe una tradición dentro del arte cubano en que el uso de la cartografía y el mapa de la isla es muy manido”, argumentó. “No me interesa trabajar con ese recurso, pero sí discursar sobre la noción del lugar, del espacio, sin tener que recurrir a esos elementos que ya han sido bastante trillados en la tradición del uso de la figura de la isla en el arte cubano”.
En esta meta-cartografía o atlas personal que resulta Nowhere, Cuba está reubicada como un fragmento de varios mosaicos globales en los que cada nación pretende y pugna por ser eje, centro y modelo del mundo. Todas, sin embargo, no son más que simples partes de una totalidad que ha sido ilusamente (e ilusoriamente) sajada por la percepción humana.
Afín con el gran interés que en otras zonas de su obra Yornel Martínez Elías demuestra por los valores estéticos de las palabras, la poesía visual y la connotación ideogramática del alfabeto fonético, así como el propio título de la muestra que se exhibe en las paredes de El Apartamento, admiten una fragmentación resemantizadora que expande sus propósitos.


El término escogido para bautizarla, Nowhere (“Ningún lugar”) puede fracturarse en vocablos antípodas y sentidos opuestos: “Now & Here” (“Aquí y ahora”), muy en consonancia además con los conceptos de la muestra, que revela las nociones (instrumentaciones) del Aquí y el Allá, del Allende y el Aquende —¿también de Centro y Margen?—, como meros arbitrios dependientes de la relativa posición de quien los emplea. Las fronteras políticas se antojan grafitis efímeros que embadurnan por unos pocos segundos astronómicos la faz del planeta.
La nomenclatura taxonómica, basada en la precisión y la exclusión, ha devenido instrumento político para gestionar las jerarquías convenientes a los poderes de turno. El Arriba y el Abajo son meras alucinaciones, y los mapas, apenas partículas de polvo soñadas durante una noche febril.
Un lugar puede ser todos los lugares al unísono, como advierte la pieza “Wherever is Here”, que desde 2018 Yornel Martínez Elías plasmó en el mismo umbral de El Apartamento. A criterio del propio artista, puede considerarse casi parte de la exposición. Es una suerte de avanzadilla o predicción de lo que ha sobrevenido, incluso quizás hasta una declaración secreta de principios. Cuando Nowhere se desmonte, permanecerá como testimonio.
En esta breve obra aparece el ícono digital de localización, presente en buena parte de las demás, y a su agudo pie se mixturan, con una complejidad ininteligible, todas las localizaciones posibles asociadas a ese punto específico en el espacio: El Vedado, Plaza, Habana, Cuba, América Latina, Tierra, Sistema Solar. Uno nunca está en un único lugar. Un lugar es un punto de confluencia y concordia de territorios.
Ahora, como un lugar es todos los lugares, “ningún lugar” es un absurdo geográfico arbitrario, como la línea del horizonte o el final del arcoíris. Una ilusión operativa e instrumentada. Es un imposible funcional.
Por muy remotos que resulten ciertos parajes para la perspectiva de bases (ínfulas) coloniales, cualquier localización siempre será “algún lugar” y todos los lugares. Cada coordenada del mundo está habitada por seres de alguna especie, familia o reino natural, para los que su hábitat resulta el Ahora y el Aquí, el Now and Here, nunca el Nowhere. A pesar de que siempre se ha optado por relegar estas terras incognitas al limbo de lo no taxonomizado por la mirada moderna, perezosa y reaccionaria, que ha capitalizado el territorio cartográfico hasta hoy.
Vista como totalidad museográfica, esparcida por la geografía galérica de El Apartamento, Nowhere es un relato sobriamente infinito, un atlas-muestrario de recombinaciones surrealistas, provocaciones simbólicas, problematizaciones alegóricas. Su sobria pulcritud no debe confundirse nunca con simplicidad, todo lo contrario: es una madeja semiótica que expande las posibilidades expresivas de la representación cartográfica. Demuestra cuánto, y cuán elegantemente, pueden expandirse tales iconografías sin “contaminarlas” con adiciones sígnicas ajenas. La obra toda de Yornel Martínez Elías emana esa suerte de minimalismo pleno.


