Wifredo Lam: When I Don’t Sleep, I Dream, la primera retrospectiva completa del gran artista cubano en Estados Unidos, propone a los visitantes del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York –desde este lunes 10 de noviembre y hasta el 11 de abril de 2026– un viaje de seis décadas por el universo onírico, mestizo, intensamente original del pintor de La Jungla.
El catálogo de esta exhibición incluye más de 130 piezas concebida entre la década del veinte y los años setenta del pasado siglo: pinturas, obras en papel a gran escala, dibujos colaborativos, libros ilustrados, grabados, cerámicas y material de archivo.
“La retrospectiva revela cómo Lam, un artista nacido en Cuba que pasó la mayor parte de su vida en España, Francia e Italia, llegó a encarnar la figura del artista transnacional del siglo XX”, aseguran los organizadores, quienes subrayan para un público global el envite inherente al trabajo de Lam, su invitación a “ver el mundo de una manera nueva”.
Los comisarios –Christophe Cherix, The David Rockefeller Director, y Beverly Adams, The Estrellita Brodsky Curator of Latin American Art, junto a la curadora asociada Damasia Lacroze, del Department of Painting and Sculpture, y la curadora asistente Eva Caston, del Department of Drawings and Prints– recuerdan en la presentación de la muestra que “la obra de Wifredo Lam amplió los horizontes del modernismo, creando un espacio significativo para la complejidad y belleza cultural de la diáspora afrodescendiente”.
Su trayectoria vital definiría un doble compromiso, estético y político, durante el periodo de entreguerras en una Europa animada por las vanguardias artísticas y amenzada por el fascismo.
“Su exilio y posterior regreso al Caribe tras dieciocho años en el extranjero lo llevaron a reimaginar radicalmente su proyecto artístico a través de las historias afrocaribeñas”, señalan los curadores. “Para Lam, de ascendencia africana y china, dar forma a su nuevo imaginario era mucho más que un medio de autorreflexión. Como declaró célebremente, su arte buscaba ser un «acto de descolonización»”.
Tras la celebración mundial por el centenario del surrealismo, en 2024, y luego de que MoMa anunciara Wifredo Lam: When I Don’t Sleep, I Dream, los medios anglosajones más influyentes han enfatizado justamente en el hecho de que una figura como Lam no hubiese tenido hasta ahora –como sí Londres, París o Madrid– una exhibición de esta magnitud en Estados Unidos.
“Aunque fue un importante artista modernista que colaboró con grandes figuras europeas como Pablo Picasso y André Breton, y con gigantes del nuevo mundo como Aimé Césaire, el artista cubano Wifredo Lam no ha tenido una gran retrospectiva en Estados Unidos a la altura de su importancia”, dijo The Guardian.
Cuando anunciaba la exposición, The New York Times resaltaba la riqueza diaspórica de la visión del artista nacido en Sagua la Grande, Las Villas: “Siempre un forastero allá donde iba, Lam era muy consciente de la política colonialista europea que lo había creado, pero también estaba profundamente en sintonía con la espiritualidad afrocubana que era su herencia. Y es la sensibilidad espiritual de su arte —su visión de un mundo en el que los animales, las plantas y los seres humanos son inseparables— lo que lo diferencia del surrealismo convencional…”.
La curaduría de When I Don’t Sleep, I Dream pone acento asimismo en el ADN inventivo, genuinamente vanguardista de su arte en tanto clave para sobreponerse a todo subalternidad, real o simbólica: “Sus experimentos formales, sus figuras y paisajes en transformación, y su afinidad por la poesía y la colaboración le permitieron interrumpir y superar las estructuras coloniales que encontró en el arte y en la vida”, advierten entonces a quien concurre al MoMA. “«Sabía que corría el riesgo de no ser comprendido ni por el hombre de la calle ni por el resto del público”», señaló Lam, «pero una verdadera obra de arte tiene el poder de hacer trabajar a la imaginación, aunque ello lleve tiempo»”.


