La obra de Ricardo Figueredo Oliva (La Habana, 1972) pertenece al no-lugar del añorado Paraíso Comunista. La censura de su documental Despertar (2011) provocó la inconformidad y renuncia de Fernando Pérez (uno de los directores cubanos más importantes vivo) a la presidencia de la Muestra Joven ICAIC. También La singular historia de Juan Sin Nada (2016) fue desprogramada del Festival de Cine de Gibara que dirige el actor Jorge Perugorria. Su obra es sin dudas el contranoticiero. Figueredo junto a su equipo, especialmente Diana Reyes, a cargo de Cooperativa Producciones, ha construido un destacado documento donde se registra el resultado de un modelo esperpéntico y huérfano, el del experimento del hombre nuevo. Calles descoloridas. Miradas perdidas. Personajes al borde de la desesperación. Jóvenes clamando la ausencia de futuro mientras. Una madre soltera analiza su vida mediana. Las obras de Figueredo no persiguen encajar en festivales, aunque y a pesar de los obstáculos, sus documentales alcanzan la arena internacional. Su visión va más allá del ahora. Le interesa el cine de contenido social. Tal vez lo hace por irresponsable, desoyendo las consignas y dispuesto a asumir los riesgos.
Despertar, Lo que le sucedió a Benito Manso (2011), Operación Alfa (2012), La singular historia de Juan Sin Nada y La teoría cubana de la sociedad perfecta (2018) fueron exhibidas en 2019 en la por entonces sede habanera del Instituto de Artivismo Hanna Arendt (INSTAR), como parte del ciclo de directores dentro de la Muestra Cine Independiente-Cine Pendiente, que coordiné por un tiempo el último fin de semana de cada mes, en la sede de Tejadillo 214, entre Aguacate y Compostela. Acá el registro de mi conversación con Figueredo.
En los trabajos que hemos visto aparece el logo de Cooperativa, si pudieras comentar cómo surge, quiénes la integran.
Cooperativa no es más que una casa productora y es realmente una cooperativa. Somos un grupo de amigos que hace un montón de años buscamos maneras de hacer películas, montamos y reunimos recursos, dígase dinero, cámaras, lo que sea. Somos apasionados del cine, un montón de gente que ya muchos no están en Cuba, otros sí, hemos producido películas … Es decir, tenemos como una secta de directores. Alberto es una de las nuevas películas a la que le ha ido muy bien. Ha estado en varios festivales. Nosotros nos unimos solamente en el momento en que vamos a decidir hacer… No estoy haciendo una película con el ICAIC, o con RTV Comercial, o quien sea. Si los amigos tienen tiempo, el sonidista, entramos, buscamos algunos fondos, o muchas veces fondos propios, y es como realmente funciona, pero no funciona como una productora.
¿Por qué?
No sé, me imagino que sea un modus operandi por el momento, una productora lleva mucha responsabilidad, muchos recursos, mucha legalidad, y a mí la legalidad… A ver, para entender mejor esto… A cooperar todos, se citan normalmente en mi casa, pero básicamente funcionamos así. Cerramos nuestro proyecto y nos volvemos a juntar y volvemos a hacer otra película, pero no funcionamos estructuralmente como funcionaria Quinta Avenida, por ejemplo, como todos tenemos nuestros trabajos, es decir, fuera de la asociación. La Cooperativa no es un lugar que genere trabajo, ni que haga videoclips para que la gente gane dinero, ni hago servicios que es lo que normalmente hacen las productoras adonde vienen personas con determinados proyectos, determinados financiamientos para producir algo, entonces yo les ofrezco trabajo a un grupo de personas que son realmente productores… Hemos hecho cositas chiquiticas por encargo, pero por lo general no nos dedicamos a eso… “Me gusta mucho tu proyecto, vamos a hacerlo”, y si tú puedes poner el pan con croqueta y hacer la película, eso es Cooperativa, no quiero cambiarle el nombre. Nosotros cooperamos, no producimos. Y en este marco de las estructuras independientes, estoy abogando por una cooperativa y no por una productora porque yo me niego a ser una “casa productora independiente”.
¿Repites con el mismo equipo o qué tan difícil te resulta con tanta gente que sale de la isla?
Con muchos sí, hemos producido mis documentales, uno de los últimos fue La teoría de una sociedad perfecta, incluso Despertar, en algún momento voy a hablar de Despertar, y sí, sigo con ellos, que están bastante pendientes de los festivales en Europa. No es continuo, pero cuando aparecen, aparecen con algo interesante, alguna invitación. Lázaro González, Alejandro Lugo, que siempre ha sido el diseñador de todas las bandas sonoras de mis películas, incluso en La teoría… Sí, básicamente trato de mantener los equipos….
A Jorge Fernández Era lo conocí antes de que él me conociera a mí porque yo era devoto de Nos y Otros. Él era actor de Nos y Otros, uno de la pandilla… Eduardo del Llano… Creaban música también. Eran muy chistosos y no sé, después de muchos años, cuando empecé a trabajar con Eduardo del Llano los encontré. A mi Jorge me parece un excelente actor, siempre aporta y me gustó su rostro y su físico para el personaje.
Operación Alfa se incluye dentro de lo que los especialistas catalogan como mockumentary, falso documental. Si pudieras contar de dónde nace esta idea.
Benito Amancio es víctima de una conspiración internacional, el chivo expiatorio de algo que no sé… “Tengo cara de espía”, dice el actor desde el público, entre risas. “De víctima diría yo”, responde el director.
Ya te digo, puede haber sido un delirio de radioaficionado haberme aparecido con esa historia. Me gustaba. Parece una película de radioaficionados, de hecho, Daranas hizo su película de los locos. He visto muchas películas y eso me dio muchas ideas.
Un poco antes sí, yo había hecho una investigación muy profunda. Quería que esto fuera sobre el absurdo, para mí esto era algo como… Yo siempre cuando era muy chiquito escuchaba la radio, y me gustaba mucho la estética que tenía la radio, que sonaba así: gag. Me llamaba mucho la atención y a veces me preguntaba de dónde venía y tal vez un poco eso me alimentó esta fantasía de los extraterrestres y pensaba qué podría pasar en un país como este si de pronto empezaran a pasar cosas extrañas, y no sé, yo siempre digo que es un arrebato mío, por la radio, a mí me gustan mucho los temas callejeros. Yo nací y crecí en Lawton y todo este tipo de cosas inspiradas en la carne, la bolita, la libreta, es muy recurrente en mí, y nada por ahí salió la historia.
Siempre quise que fuera como una especie de noticiero, esa solemnidad. Luis Alberto García es un tipo muy inteligente, que te da la intención y es muy simpático, además, es un actor de una toma o dos cuando más.
En el documental también se percibe una nostalgia tal vez por ese pasado soviético, la carne rusa enlatada, el estilo de las noticias. ¿Cómo lo ves tú? Por momentos me recordó también a La vaca de mármol de Enrique Colina.
Claro, siempre tendremos la añoranza de lo que tuvimos y ya no tenemos. Vivimos una época de abundancia y todos aprendimos a hablar algo de ruso con los amigos, del queso crema, de la compota, de los jugos que venían. Y de pronto todo desapareció y quedó la nostalgia. Por la libreta venía un millón de cosas que nunca más vinieron. Y nada, que éramos una colonia en ese sentido, hasta alimentaria, podríamos decir.
Colina vio el documental en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (EICTV). Ya él me había dicho que había tratado un tema como ese, centrado en Ubre Blanca. Otro profesor me preguntó si la vaca realmente existía, si el periódico Granma había dicho que se había muerto de vieja.
Lo que pasó fue que había muy poco material filmado, de hecho, casi nada. Básicamente solo tenía fotos que había tirado un amigo mío, recortes de periódicos, y de ahí fue que empecé a armar la película, no había nada filmado de antemano, o muy poquita cosa. Cuando citamos a Jorge Fernández Era no queríamos recrear nada, queríamos que todo quedara como un misterio, como algo que se perdió, que no se registró. Me encontré con Danielito [Daniel Rodríguez González] que es un tipo brillante, es un diseñador tremendo. Ya no está en Cuba, no se me olvida, y creaba todas estas cosas. Le gustaba trabajar, le gustaba el diseño, él se entretenía, se metía mucho tiempo editando, no sé en qué tiempo, porque en cada plano yo tenía ideas y el me las fue curando. Yo quería seguir trabajando con él, aunque no me arrepiento de los que tuve después, tuve dos editores más, pero bueno, justamente él terminó la película y se fue, ahora está en los Estados Unidos…
En esta película la música estaba previamente grabada, incluso los instrumentales son de Los aldeanos, que los tenían para temas que nunca usaron y me los dieron.
De hecho, ya para mis otras películas empiezo a trabajar con Yordano Serrano, bajista de David y Ernesto Blanco, que me ha diseñado la banda sonora en La teoría … etc.
Despertar es una especie de parteaguas en tu cine. Lo digo por lo que ocurrió en la Muestra. La renuncia de Fernando Pérez.
No, lo que pasa con Despertar es que yo en algún momento iba a hacer como una especie de… Mi casa era como un cineclub. Venía mucha gente a ver películas por la noche. Todos los días poníamos películas, otras veces íbamos al cine y sin querer se convirtió en una especie de taller en que la gente empezó a llevar proyectos, digo sin querer porque de pronto vimos a personas que llevaban películas, y hablábamos de esas películas y Toni [Anthony Bubaire] llegó con Raudel Collazo. Yo había oído hablar de él, pero no lo conocía, y a partir de ahí empecé a descubrirlo, me pareció un tipo muy interesante, ya no como rapero sino como ser humano, un tipo que es psicólogo, entonces Anthony quería hacer un documental. Me pidió ayuda, entonces yo empecé a buscar cómo hacer el documental. No aparecía el dinero para comprar los casetes, es decir empezó a colaborar una cantidad de gente para hacer la película… No es una película con la que yo estoy contento, realmente no, yo considero que no es una buena película, creo que es una película desesperada, creo que necesitábamos trabajar un poco más, no estoy contento con muchas cosas. A veces la veo y me digo, vino Anthony que era el productor con el que nosotros hicimos un pacto, yo me dedicaba a dirigir y él a editar la película, y la película está fracturada en algún momento, y eso que teníamos como una historia más potente que contar, una vida muy interesante, un tipo muy inteligente…
Como dije, conocí a Raudel en este proceso, fui a un concierto de él y grabé estas cosas que usé en el documental. Para mí era un sueño el documental, el guion lo había escrito desde un inicio, era el sueño de una persona que vivía en provincia, con estas condiciones en que vivía…
Nos hicimos amigos, pero él me interesaba más como persona, no me interesaba el rapero, el discurso de los raperos parecía algo repetitivo, una fórmula que ya se había usado…
Yo no quería presentar la película ese año en la Muestra, yo quería esperar un poco más, hacer un producto un poco más, no sé si comercial, pero un producto un poco más terminado, pero Raudel se iba del país y quería poner su película…
Tuvimos nuestra discusión, pero al final se iba a presentar, entonces todo esto me sorprendió, nunca me imaginé que podría pasar esto con la película y nunca me imaginé que Fernando tuviera esa posición para defenderla. Fueron momentos difíciles, tú sabes, cuando Fernando anunció “que si no ponían la película…” Pero fue todo muy chapucero, como hacen las cosas aquí. La película queda en la Muestra, llenamos la planilla, entregamos todos los documentos, y unos días antes de empezar nos llama Roberto Smith, llama a Anthony porque yo estaba en esos momentos filmando otra película, no estaba en La Habana, y lo llama y le dice “que la película no la van a poner, que es una película que no estaba en los perfiles de las políticas de la Muestra”.
Hablamos con la gente de la Muestra, lo que no se sabía era que si no la ponían Fernando se iba de la Muestra. Me pareció muy valiente de su parte, se lo agradecí eternamente, pero me pareció muy cobarde por parte de la gente del ICAIC: haber perdido a Fernando Pérez como presidente de la Muestra, y bueno eso suscitó mucho debate, cartas para aquí, cartas para allá, y todo lo que lleva. Radio Martí llamándome por teléfono, y toda esa tensión que lleva, y nada lo que quedó fue eso y, sin embargo, no es una gran película que yo ponga por delante de las otras. Yo creo que la película marcó un momento, cuando los cineastas comenzaron a tomar conciencia. Como que se agudizaron los diálogos entre los jóvenes realizadores y las estructuras del ICAIC. Empezaron las presiones de nosotros para cambiar todo lo que se debía cambiar que terminó en esto del Decreto Ley 373.
Sí creo que Despertar es la opinión muy personal de alguien que hace música y que no es tan reconocido, no es un documental sobre El Tosco, si fuera un documental del Tosco diciendo estás cosas a lo mejor a ellos les puede picar un poco más el orgullo. Lo que me parece muy extraño es que se pusieran a censurar algo que era como muy sectario de alguna manera, las personas que acuden a la Muestra, algunos cineastas, seguramente me iban a decir que la película no es buena, pero de ahí a que la censuraran y al otro día me llamara la gente preguntándome cuándo ponen la película. Después tuve que poner la película en varios lugares, la gente quería saber de qué iba….
Pero lo que quería hacer en este documental era hablar del sueño de un hombre que vive en este lugar, con esas ideas, con esta música, y su sueño es hacer un concierto que no ha podido hacer, por eso sueña con el concierto, pero la idea es que él soñara con esto, era algo onírico. Eso nunca pasó, no queda claro en el documental, pero era lo que queríamos que se entendiera….
Su realidad es así, en blanco y negro, vive en el pueblo, una casa que se está cayendo, el techo de vigas, a pesar de ser el único psicólogo que atiende niños autistas en Güines, es un tipo que está perseguido, tiene una guardia permanente de la Seguridad del Estado fuera de su casa. Es decir, él tiene una situación como psicólogo, y tiene esta nube gris sobre su cabeza por lo que dice en sus canciones, su posición ante la vida….
¿Y les dieron razones de por qué la película fue censurada?
No, no, nunca me dijeron el porqué, con Despertar simplemente dijeron eso, “que no estaba dentro de los perfiles de las políticas de la Muestra”. A ver, a mí nunca me han dicho oficialmente que estoy censurado. Operación Alfa, por ejemplo, la pusieron una sola vez en el ICAIC un primero de mayo a las diez de la mañana en el Cine Charles Chaplin y fue la única vez que la exhibieron oficialmente. Cuasi nada se ha movido más. Ha ido a muchos más festivales, la llevé a todos los festivales de La Habana y en ninguno la aceptaron.
En Gibara los jóvenes realizadores querían poner Juan sin nada. Ya en la Muestra, Roberto Smith se encargó personalmente de decir “que no lo pusieran y que si la ponían ahí mismo se acababa la Muestra”, y bueno, por supuesto, no la pusieron, y en el Festival de Cine Pobre la aceptaron y me pasó igual: unos días antes me llamaron y me dijeron “no la puedes poner, no la puedes poner”, la presión de arriba es muy fuerte. Sin embargo, no relacionan mi trabajo como productor… He participado en las últimas películas que ha hecho el ICAIC, en todas estoy de una manera u otra involucrado. Les gusta como trabajo, pero no cómo me expreso…
Bueno, esas son respuestas que dejan claro el rechazo.
Pero a mí lo que más me sorprendió fue que yo no sabía lo que iba a hablar la madre de Raudel. Nosotros llegábamos a su casa y una de las cosas que él hacía los fines de semana después de que terminaba de trabajar los sábados era llevar a su hija a ver a su abuela y nosotros decidimos ir y todo eso pasó allí, yo no sabía, no conocía a la madre, así que pusimos las cámaras y le dijimos hablen, y se pusieron a contarse cosas de su vida que nunca se habían dicho, eso y un montón de cosas más que se tuvieron que cortar, porque en ese momento había como una presión, hay que tener en cuenta que en ese momento Los Aldeanos estaban como en el top ten de la música, todo el mundo los oía, y él era como un eslabón que tenía que ver con ese movimiento, tenía mucha presión de los agentes y él estaba en este lugar y la madre estaba muy preocupada…
¿Y Raudel Collazo, qué ha sido de él?
Actualmente está en Cuba, ha estado en los Estados Unidos, en el MoMa, él es muy activo, tiene un pensamiento bastante crítico, pero todo el documental, salvo la entrevista de Anthony, que yo quería hacerle como unas preguntas al final…
No queríamos convertir el documental en una entrevista, buscamos la manera de innovar en eso, y una manera fue que Anthony, que es muy amigo de él de toda la vida, se visitaban mucho, hiciera este falso, esta falsa llegada, y se pusiera a hablar de estas cosas. Supuestamente Anthony es una persona que lo está ayudando a dar el concierto, es el que dirige. Entonces pactamos que, esa zona de las preguntas, ese diálogo, lo hiciera él, y funcionó, y ya te digo son cosas que se debían lograr en el documental. Pero me quedé con muchas cosas y en un momento descargué un montón de cosas que ya…
Sin embargo, y a pesar de todas estas experiencias, seguiste produciendo con Cooperativa
A mí me funcionó la Cooperativa con los documentales porque se puso a prueba la eficacia que tenemos, todos tuvimos permiso para filmar en la EICTV, tuve el permiso del Poder Popular. Lograr todas estas cosas sin saber realmente dónde me estaba metiendo…
Bueno, a mí me da lo mismo, de hecho, para Juan sin nada estoy anunciando esto, no sé si vienen por mi mañana, pero bueno: yo filmé en Carlos III todas las tiendas habidas y por haber en La Habana. El permiso se demoraba como quince días y después de decirme varias veces “nosotros te decimos”, me avisaron “ven mañana” y la tienda estaba llena de cosas. Yo me imagino que dijeron “van a filmar una película, lleven todo eso para allá”. Así suceden las cosas, éramos como el foco de la atención, pero lo logramos.
El momento del concierto genera mucha tensión. Me llamó la atención que, en medio de todo, pusieras una ópera.
Si, puse esa área, esa ópera, la Lacrimosa, que me encanta, me daba como parte del sueño, era una imagen onírica para tratar el momento del concierto. Esa fue una escena conflictiva porque yo quería hacer algo, como dar a entender… Ese concierto con todo lo que pasó, fue un concierto duro, porque no solo estaba Raudel, era la primera vez que ellos tocaban en un lugar que estaba abarrotado de policías, aquella gente atiborrando los techos y yo quería contar eso, ya al final con otro conflicto, pero bueno la película quedó así por muchas razones, no tengo que ver con todas las razones de la película, pero era lo onírico del sueño, lo que él quería realizar que le era imposible, le era difícil, era algo que no lo podía controlar, aun teniendo el apoyo de mucha gente, veían el concierto como un arma por lo que dice, por lo que piensa, por lo que representa su música…