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La fotógrafa cubanoamericana Silvia Lizama propone en Miami una aventura íntima y mitológica por ‘The Great Indoors’

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La fotógrafa cubanoamericana Silvia Lizama explora en The Great Indoors “cómo la gente común define sus espacios habitables”, y lo hace “navegando las líneas difusas entre interior y exterior, entre culturas y épocas, y entre los reinos humano y natural”. Desde este viernes 19 de septiembre y hasta el 14 de noviembre próximo, cualquiera que visite la ArtMedia Gallery de Miami puede embarcarse en esa travesía íntima y, a la vez, múltiple por los orbes domésticos que ha cartografiado su lente.

“Basándose en las tradiciones fotográficas estadounidenses, su herencia cubana y otras influencias latinas, moldeadas por su contexto personal y su formación artística formal en los Estados Unidos, Lizama ha forjado un camino único en la práctica de la fotografía mixta”, advierte la prensa de esta exhibición, que subraya el salto que supone para la artista –cuya obra anterior se basa en el blanco y negro, con técnicas de coloración manual como la pintura al óleo– la experimentación con métodos digitales como Adobe Photoshop para pintarlas imágenes.

“Creadora de un universo particular”, señala asimismo la curaduría, a cargo de Jose Antonio Navarrete, “Lizama llama la atención sobre aspectos de la cultura popular que a menudo se pasan por alto, explorándolos con sofisticación y matices. Su obra revela las complejas capas de la vida cotidiana, abordadas con empatía, delicada ironía, ingenio y una mirada inquisitiva”.

En estas fotografías se nos presenta una animalia hecha mitología, paradójicamente, tras su conversión en objeto cotidiano, en inmovilidad decorativa, en agreste memorabilia: una vez transmudada en pieza de caza y, luego, en pieza de orfebrería. Todo gracias a la mirada de Lizama: el hogar como extensión simbólica –y a menudo tétrica– pero también como explícito límite del wilderness y, por tanto, de la lucha humana con la naturaleza.

The Great Indoors inaugurada en la noche de este jueves– forma parte de una serie en desarrollo, Taxidermy, y plantea entonces el sentido taxidérmico de la propia fotografía en tanto fijación o construcción de un instante que aspira a la eternidad.

“Mi fascinación por la taxidermia comenzó durante las visitas familiares al Museo de Ciencias de Miami en la década de 1960. Al entrar, nos recibió un imponente oso Kodiak disecado de más de cuatro metros de altura; pero lo que realmente me cautivó fueron los dioramas a tamaño real que representaban meticulosamente la flora y la fauna de diversos entornos, incluidos los Everglades. Esa curiosidad nunca ha desaparecido”, explica Lizama en su statement autoral.

En una suerte de doble taxidermia, sus fotos disecan, rigurosamente, otra forma de vida: el hábitat y el habitus, la actualidad y la remembranza del animal humano cuya presencia inmediata, sin embargo, está omitida.

“Desde hace mucho tiempo me fascina cómo las personas organizan [curate] sus entornos, y este proyecto ofrece una visión poco común de un mundo que es a la vez profundamente personal y silenciosamente revelador. El tema, delicado, plantea sus retos; acceder a estos espacios ha sido un proceso que requiere confianza”, asegura Lizama. “No dejo de sorprenderme y de estar agradecida por la apertura de quienes me han permitido entrar en sus hogares, y he descubierto que la mayoría de los coleccionistas comparten un profundo sentido del orgullo, el amor y el respeto por los animales que poseen”.

En todo caso, ¿quién puede no atestiguar en estas visiones una cuota de crueldad y de miedo pánico? ¿Quién puede no leer un trasunto del fuego tribal, arcaico, y una noción primordial de refugio y de familia? ¿Y quién no adivina el amor furtivo en la memoria afectiva que eterniza al perro y en la imaginación retrospectiva que juega con el estegosaurio de plástico?

Taxidermy Fort Lauderdale IMG 6359 2025 | Rialta

“Cuando fotografío una habitación de hotel vacía, una silla fuera de lugar o una foto solitaria en una pared, siento que la imagen me confronta, me pregunta qué recuerdo, qué he olvidado o, tal vez, qué he reimaginado. En esos momentos, los límites entre la memoria y la imaginación comienzan a disolverse”, ha dicho Silvia Lizama, entrevistada por su joven colega Laura Capote Mercadal para Rialta Magazine. “El acto de fotografiar –y más tarde, colorear a mano mis copias– se convierte en un espacio para el recuerdo y la reinvención”.

Esa conversación parece revelar, no solo la íntima génesis de su sensibilidad artística, sino cuán próxima a su material está la autora en una serie como The Great Indoors: “Sin duda, el contacto temprano con las fotografías familiares tuvo un profundo impacto en mí. Algunos de mis recuerdos más vívidos son los que mi familia capturó con la cámara: esos momentos parecen fijados en el tiempo, mientras que otros se desvanecen o cambian con la memoria”, recuerda Lizama. “Me fascinaba la cámara en sí misma, incluso antes de comprender su función. Me parecía un objeto mágico, capaz de retener algo que, de otro modo, desaparecería. Como coleccionista nata, veía la cámara Kodak de mi madre como una herramienta para recopilar y conservar experiencias. Hoy en día, aunque no intento necesariamente replicar el aspecto o la sensación de las fotos del álbum familiar, esa curiosidad temprana sigue impulsándome. Utilizo la cámara para conservar los lugares y los momentos que me parecen interesantes, esas cosas que no quiero olvidar o que quiero compartir con los demás”.

RIALTA STAFF
RIALTA STAFF
Rialta, Alianza Iberoamericana para la Literatura, las Artes y el Pensamiento es una asociación civil con sede en Querétaro, México, de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural, artístico, científico y tecnológico.

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