MADRID, España.- El informe correspondiente a julio de 2024 del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas vuelve a revelar un panorama preocupante sobre la situación de los derechos humanos en las cárceles del país.
Durante el mes, se registraron 130 denuncias de violaciones a los derechos humanos en 40 cárceles de 14 provincias. Estas denuncias involucraron a 94 reclusos, entre ellos un número significativo de presos políticos, quienes fueron víctimas de una serie de abusos, que van desde el hostigamiento y la mala atención médica, hasta golpizas, torturas y traslados forzados.
El informe subraya que las condiciones en las cárceles empeoran considerablemente en fechas conmemorativas, como el aniversario de las protestas del 11 de julio de 2021 (11J).
Este mes, varios reclusos, incluidos Roberto Pérez Fonseca y Yasmany González Valdés, se declararon en huelga de hambre como una forma de homenaje a las protestas del 11J. Además, otros 22 prisioneros, como Yordis García Fournier, Denys Hernández Ramírez y Luis Manuel Otero Alcántara, también optaron por esta forma de protesta.
Otro aspecto crucial del informe es la identificación de 36 personas responsables de las violaciones reportadas. Entre estos se encuentran funcionarios del sistema penitenciario, jueces y oficiales de la Seguridad del Estado, lo que indica un patrón sistemático de abuso y represión, especialmente dirigido a los presos políticos; así como la ausencia de mecanismos de control y rendición de cuentas en el sistema penitenciario cubano, lo que facilita que estos abusos queden impunes.
La deficiente atención médica que reciben los presos es otro de los problemas crónicos señalados en el reporte. Numerosos casos documentados revelan que los reclusos no reciben los medicamentos necesarios, poniendo en peligro sus vidas.
“Los problemas de salud se agravan con la pésima alimentación que provoca escenarios de hambruna según los propios reclusos, la proliferación de enfermedades como el Oropouche, dengue, tuberculosis, diarreas, escabiosis y gripe, las plagas de insectos como las chinches, el agua contaminada y las malas condiciones estructurales de las prisiones”, se lee en el documento.
El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas también reporta que al menos 15 reclusos fueron llevados a celdas de castigo en el periodo, en represalia por iniciar huelgas de hambre, denunciar violaciones o tras haber sufrido golpizas, con el objetivo de mantenerlos apartados hasta que desaparezcan las marcas físicas de los abusos. Un caso extremo es el de José Daniel Ferrer García, quien está próximo a cumplir tres años en esta situación de aislamiento en la prisión de Mar Verde, Santiago de Cuba.
Esta misma semana el Centro de Asesoría Legal Cubalex denunció que la ley cubana permite el aislamiento por hasta tres meses, excediendo significativamente el límite de 15 días recomendado por las Reglas Mandela; y que las decisiones sobre el aislamiento en Cuba son tomadas por el jefe del centro penitenciario sin una revisión independiente, aumentando el riesgo de abusos y decisiones arbitrarias.
Testimonios recogidos por Cubalex confirman que las razones para el confinamiento en celdas de castigo son frecuentemente arbitrarias, incluyendo activismo político, huelgas de hambre y reclamos de derechos.
El aislamiento prolongado y las condiciones inhumanas en las celdas de castigo tienen un impacto devastador en la salud física y mental de los reclusos. Los efectos incluyen ansiedad severa, estrés extremo y otros problemas psicológicos, que pueden tener secuelas duraderas.
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