septiembre 1, 2025

Una semana de silencio oficial sobre el atropello múltiple en La Habana

Desde el pasado lunes 25 las autoridades cubanas no han informado nada nuevo sobre el atentado perpetrado por un extranjero con su auto.
La Habana, atropello
Una de las esquinas en La Habana donde ocurrieron los atropellos. (Foto: CubaNet)

LA HABANA, Cuba.- Hace ya una semana, el pasado lunes 25 de agosto, que al filo de las dos y media de la madrugada, un ciudadano extranjero residente en el país, al timón de un automóvil, atropelló, en diferentes lugares de los municipios de Habana Vieja y Centro Habana, a un total de nueve personas. Entre estas, una mujer que perdió la vida.

Los datos precedentes aparecen consignados en la escueta nota oficial que emitió al respecto el Ministerio del Interior. Por supuesto que esta, al mencionar que los hechos tuvieron lugar “en diferentes lugares”, nos autoriza de modo implícito a considerar que estamos hablando no de un sucedido accidental, no de un resultado no querido por su autor. Por el contrario, lo único razonable es suponer que se trata de un atentado intencional perpetrado contra casi una decena de compatriotas nuestros.

Lo publicado en la referida notica es también lo que, hace ya una semana, informaron al respecto los llamados “medios masivos” al servicio del régimen castrocomunista. Pero tampoco puede decirse que haya sido mucho más lo publicado por la prensa independiente. Fieles a su vocación informativa, estos últimos medios (como este mismo diario digital, sin ir más lejos) hicieron todo lo posible por obtener información adicional y ponerla a disposición del público; y así lo han hecho con la poca que han podido obtener sobre el escandaloso caso.

Sobre la base de lo declarado por algunos testigos que pudieron ser localizados, CubaNet, por ejemplo, pudo esclarecer que el automóvil empleado fue un Audi de color rojo. También precisó aspectos de los hechos: “el vehículo habría entrado en sentido contrario por la calle Reina y descendido hasta Galiano”. Por último, se precisó que entre los lesionados “hay menores de edad”, así como “un hombre que circulaba en su bicitaxi”. No obstante, “este medio no ha podido confirmar la nacionalidad del perpetrador”.

Fieles a su inveterada costumbre, las autoridades afirmaron en su escueta notica oficial que se trabajaba “para esclarecer las circunstancias de este lamentable hecho”. También aseguraron que el Ministerio del Interior ampliaría posteriormente la información preliminar. Sin embargo, en la semana transcurrida nada nuevo han informado al respecto, y esto pese a que desde los primeros momentos lograron detener al autor de los hechos y lo mantienen “bajo proceso investigativo”.

Hay que decir que, a escala mundial, por desgracia, los sucedidos de esta naturaleza no han resultado raros en los últimos tiempos. Por ejemplo, France 24, invocando publicaciones de la plataforma de análisis The Conversation, afirma que esta “muestra que los ataques con vehículos contra multitudes están ocurriendo con mayor frecuencia”.

El medio galo ilustra su afirmación: “La escena en cada uno de los casos parece calcada: una persona, guiada por diferentes razones como fanatismo político, enfermedad mental o crisis emocional, acelera su vehículo y va zigzagueando para así matar el mayor número de personas posible”. Y, reinvocando a The Conversation, puntualiza: “el periodo en el que más se presentaron estos casos fue en 2017 y 2018. Luego hubo un breve descenso, y el repunte vino después de 2022”.

Por su parte, en el medio alemán DW (Deutsche Welle), el colega Matthew Ward Agius acoge la tesis de calificar estos atentados con vehículos como “eventos ‘imitativos’”. Refiriéndose de modo específico a los automóviles, el informador teutón señala: “Aunque no son habituales como arma, en los últimos años se han utilizado cada vez con mayor frecuencia para matar o mutilar a personas”.

Agius recoge el testimonio del experto en estudios culturales Vincent Miller; este, refiriéndose a situaciones análogas observadas en otro país que se asemeja a Cuba por la firme vocación totalitaria de su régimen —la China comunista— advierte: “Las personas que cometen estos atentados suelen sentirse bastante agraviadas, tienen un sentimiento de injusticia y de rabia”. Y puntualiza: “A menudo se trata de atentados improvisados u organizados a toda prisa”.

Aclaro que me veo obligado a recurrir a estos materiales publicados en el extranjero debido al silencio ensordecedor que, sobre el escabroso asunto, han guardado los que se presentan como “medios informativos” del régimen castrocomunista. En la semana decursada desde la ocurrencia de los hechos, lo único que han publicado al respecto es la diminuta “nota oficial” del MININT.

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Esta circunstancia, por sí sola, bastaría para descaracterizar a esos medios masivos, revelándolos como lo que en verdad son: instrumentos de agitación y propaganda ramplona. Porque estamos hablando de medios consagrados a exaltar al bochornoso régimen imperante, justificar todos sus actos y desaguisados, y descalificar (mediante el empleo de los peores calificativos) a quien se le enfrente de cualquier modo.

En un país normal, en un país en el que simplemente se respete la opinión pública nacional, ese ataque deliberado contra peatones indefensos por supuesto que se habría convertido, por derecho propio, en el principal tema informativo de la semana. No se concebiría que así no fuese; un periódico cualquiera que no dedicase todo el espacio necesario para cubrir esa noticia quedaría totalmente descaracterizado como tal.

Pero ya sabemos que, para nuestra desgracia, la pequeña Cuba no es un país normal. Tampoco ignoramos que el desgobierno que padecemos podrá experimentar hacia sus súbditos diversos sentimientos (aguante, desprecio, quizás hasta un poco de lástima); pero nunca respeto.

Es por eso que, en lo que se refiere a las informaciones que facilitan al rebaño que ellos llaman “nuestro pueblo”, publican solo lo que consideran necesario, y ello únicamente en el momento que estiman oportuno. Es justamente eso lo que ha sucedido con el artero atentado que, empleando un auto, perpetró un extranjero contra nueve cubanos.

Pero está claro que esa tónica despectiva no puede ser la de la prensa independiente en general, ni la de este diario digital o este autor en particular. Por eso, aunque no contemos con posibilidades para obtener nueva información de primera mano sobre el crimen ni sobre los involucrados en él, sí expresamos nuestro decidido rechazo a que el atentado caiga en el olvido. Cosa que, según todo parece indicar (vaya usted a saber por qué retorcidas razones) es lo que, al menos por el momento, parecen desear las autoridades castrocomunistas.

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Hipólito Echegoyen

Periodista independiente radicado en Cuba.