MIAMI, Estados Unidos. – La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó este miércoles, por 33ª vez, la resolución que pide el fin del embargo de Estados Unidos a Cuba, con 165 votos a favor, siete en contra y 12 abstenciones. La cifra marca una caída significativa respecto a las votaciones pasadas y muestra la aparición de un bloque inusual de “no” y abstenciones entre aliados y socios de Washington, en contraste con la unanimidad latinoamericana y europea de años recientes.
Según el registro difundido tras la votación, votaron en contra: Argentina, Estados Unidos, Hungría, Israel, Macedonia del Norte, Paraguay y Ucrania. Se abstuvieron: Albania, Bosnia y Herzegovina, Costa Rica, Chequia, Ecuador, Estonia, Letonia, Lituania, Marruecos, Moldavia, Rumanía y Polonia. En 2024, solo se habían opuesto Estados Unidos e Israel y la única abstención fue Moldavia.

Argentina rompió por primera vez su voto histórico a favor del fin del embargo y se alineó con el “no”. En 2024 había apoyado la resolución y, de hecho, ese voto motivó la salida de la entonces canciller Diana Mondino.
Costa Rica se abstuvo por primera vez en tres décadas, un cambio relevante en Centroamérica, donde los respaldos a la resolución habían sido consistentes.
Ucrania emitió su primer voto en contra de la resolución: en 2023 se había abstenido y en 2024 votó a favor. El giro de Kiev coincide con las denuncias al régimen de La Habana por la participación de sus nacionales en la invasión rusa.
Así votó la Asamblea General de la ONU para adoptar la resolución que pide el fin del embargo estadounidense a #Cuba
— Noticias ONU (@NoticiasONU) October 29, 2025
A FAVOR: 165
EN CONTRA: 7 (Argentina, Hungria, Israel, Estados Unidos, Macedonia del Norte, Paraguay, Ucrania)
ABSTENCIONES: 12https://t.co/9DXS78zLQk pic.twitter.com/k6MyIcKfPh
Europa dejó de ser monolítica: Hungría fue el único miembro de la Unión Europea que votó “no”, mientras que Polonia, Rumanía, Chequia y los tres bálticos se abstuvieron. En 2024, el voto europeo había sido plenamente favorable al texto.
El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, llamó a los países a modificar su patrón de voto y sostuvo: “No hay bloqueo. Es absolutamente falso”; pidió “abstenerse en esta votación o votar ‘no’ junto con Estados Unidos”; y calificó el debate anual como “teatro político” con el que “el régimen cubano intenta convencer (…) de que el mundo lo considera inocente” de sus abusos.
Aunque la resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, no tiene carácter vinculante.
En 2024, el resultado había sido 187 a favor, dos en contra y una abstención, con apoyo unánime de América Latina y el Caribe y de todos los miembros de la UE. El brusco ajuste de este año —con siete “no” y 12 abstenciones— no revierte la mayoría estructural contra el embargo, pero abre una grieta en bloques que hasta ahora votaban por el fin de las sanciones.
El congresista estadounidense Mario Díaz-Balart celebró en sus redes sociales que “una creciente lista de países” cambiara su voto en la Asamblea General de la ONU y se alineara “con el pueblo cubano y con Estados Unidos”.
Díaz-Balart destacó que la política de Washington “simplemente niega dólares a una dictadura terrorista que oprime a su pueblo y desestabiliza el hemisferio”, señalando además que el régimen cubano “respalda a los regímenes despóticos de Venezuela y Nicaragua, alberga operaciones de inteligencia rusas y chinas, y ha enviado nacionales a combatir en la guerra de Rusia contra Ucrania”.
Según el legislador, la reciente votación “demuestra que cada vez más países se están poniendo del lado de la causa sagrada de la libertad del pueblo cubano”.








