LA HABANA, Cuba. – El hambre, la desnutrición infantil y la depauperación de las personas de la tercera edad estarán entre los legados de la generación de la llamada “Continuidad”, según se constató en las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, efectuadas entre el 17 y el 19 de julio. El ejercicio de fiscalización a la Industria Alimentaria (MINAL) y el informe de rendición de cuentas del Ministerio de Comercio Interior, así como los propios diputados expresaron muchos de los problemas existentes, sin soluciones a corto plazo.
El suministro de alimentos continuará incierto y caro por la imposibilidad del Gobierno de cumplir las pequeñas cuotas mensuales de arroz, azúcar, aceite, café, frijoles, huevos y pollo de la canasta básica, y de las industrias y la agricultura de producir. Para completar, se esperan potenciales reducciones de las importaciones por parte de las mipymes, debido a los topes de precios a algunos productos esenciales y otras nuevas restricciones impuestas por el Gobierno. Las exportaciones de 240 millones de dólares en 2024 por el MINAL, la falta de liquidez y la permanencia de las sanciones aplicadas por Estados Unidos impedirán aumentar las importaciones.
En la más reciente sesión del Parlamento, el ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, subrayó la dependencia de los suministros de la agricultura y la restringida importación de materias primas, las insuficiencias propias que repercuten negativamente en los resultados productivos, así como la no aplicación de las 43 medidas para fortalecer la empresa estatal socialista y la no descentralización de facultades por las estructuras empresariales hacia las base, lo que impide la distribución del porcentaje de las ganancias y ocasiona la desmotivación con el éxodo de los trabajadores. De las 1.466 mipymes privadas aprobadas para producir alimentos, solo 507 realmente elaboran, acotó.
En marzo pasado, la entrega de leche por los productores contratados se cumplió en 70,3%, lo que afectó la distribución de un litro diario a los niños de cero a siete años que no la reciben en polvo. Por otro lado, el sacrificio de reses fue autorizado recientemente, bajo muchas restricciones luego de cumplido el contrato estatal.
La necesidad de incentivar la actividad pesquera marina, cuyos pescadores privados han sido muy perseguidos hasta años recientes, y en especial la acuicultura en las presas subutilizadas, ocupó varias intervenciones. La diputada Leidys María Labrador, de Puerto Padre, propuso fomentar los pueblos costeros con posibilidad de crear cooperativas. Ya no se recuerda la flota de barcos modernos, fomentada desde mediados de 1960, que durante unas dos décadas pescaron en África y otras zonas alejadas de Cuba. La venta de pescado en los comercios estatales es rara; las langostas y camarones se exportan, por lo que muchas generaciones no han degustado los exquisitos sabores ni se han nutrido con los beneficios del pequeño archipiélago.
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