MADRID, España.- El descontento social en Cuba se ha elevado a nuevas alturas según el último informe del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) correspondiente al mes de febrero de 2024. En este período, se registraron un total de 661 protestas públicas espontáneas en todo el país, lo que representa un incremento del 5.3 % con respecto a las cifras recopiladas en enero y un aumento del 40.25 % en comparación con el mismo mes del año anterior, donde se contabilizaron 395 manifestaciones contestatarias espontáneas.
El informe detalla que las manifestaciones de descontento se extendieron por las 15 provincias de la Isla, con La Habana liderando la lista como el territorio más activo, seguido de cerca por Holguín, Matanzas, Guantánamo, Villa Clara, Camagüey, Santiago de Cuba y Pinar del Río.
Entre las principales causas que motivaron las protestas destacan las denuncias de actos represivos, que por segunda vez consecutiva encabezaron todas las categorías del informe mensual. Las protestas por la crisis alimentaria, exacerbada por la inconsistencia en la entrega de cuotas de la canasta básica, “terminaron el mes virtualmente empatadas con las que se derivaron de la creciente ola de violencia social en el país”.
Ejemplos como el caso de Aniette González, condenada a tres años de cárcel por publicar fotos con la bandera cubana, o el de Duniel Boladeres, acusado de desacato por manifestarse en redes sociales, ilustran la situación de represión en el país.
En el ámbito económico, a pesar de la detención de un “Paquetazo” de subidas de precios y la destitución de dos ministros, persisten las dificultades en la alimentación, la inflación y la agricultura. La cotización del dólar en 310 pesos cubanos ha reducido drásticamente el poder adquisitivo de la población, mientras que los problemas en el suministro de alimentos y servicios básicos como el agua y la electricidad han generado malestar generalizado.
La inseguridad ciudadana también ha contribuido al aumento de las protestas, con cifras alarmantes de feminicidios, homicidios, desapariciones y robos. La población cubana, cada vez más desesperada, ha recurrido a diversas formas de expresión de malestar, incluyendo manifestaciones por la falta de servicios públicos, problemas en la salud pública y otras incidencias sociales como suicidios y alcoholismo.
En medio del incremento de la represión, se registraron protestas ante estaciones de policía hasta llamados a un paro nacional y acciones de resistencia en línea. La situación ha llevado a algunos observadores, como el humorista Ulises Toirac, a señalar que Cuba no enfrenta simplemente resistencia, sino una “supervivencia salvaje”, caracterizada por una creciente brecha entre una pequeña capa de beneficiados y una amplia mayoría sumida en la pobreza.
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