noviembre 20, 2025

La Habana que fue y ya no es

Los enormes basureros que proliferan por toda la ciudad generan peste y enfermedades, como la actual epidemia de arbovirosis.
Una esquina de La Habana, Cuba
Una esquina de La Habana (Foto: CubaNet)

LA HABANA.- Celebramos un aniversario más de la fundación de San Cristóbal de La Habana. El 16 de noviembre de 1519, hace 506 años, se realizó el acto fundacional. Como siempre, la fecha llega con su ritual conmemorativo y los eventos previstos.
Es un orgullo para quienes nacimos en esta ciudad y también para quienes llegaron de otros lugares del país y hoy viven en la “capital de todos los cubanos”.

Sobre la fundación, varios historiadores discrepan del lugar original. Algunos sostienen que la villa se estableció primero en la costa sur de la actual provincia de Mayabeque.
Otros incluso dudan del sitio exacto de la famosa ceiba donde, aseguran, se celebró la primera misa. Ese árbol estaba casi a la orilla del mar. La ceiba actual ha sido sustituida varias veces por el daño del salitre. Si Cuba era un gran bosque, ¿no pudo haberse elegido otra ceiba cercana?

También la fecha es motivo de dudas. El Acta Capitular, que probaba el día fundacional, se perdió cuando el pirata francés Jacques de Sores atacó y quemó La Habana en 1555.
En los Archivos de Indias tampoco existe copia del documento. Por eso no es posible afirmar con certeza que La Habana se fundó el 16 de noviembre de 1519. Se cree que se escogió esa fecha porque en el santoral católico corresponde a San Cristóbal.

El pequeño asentamiento inicial creció durante cinco siglos hasta alcanzar unos 800 kilómetros cuadrados.
Antes de 1959, la modernización urbanística avanzó de forma constante. A las grandes residencias coloniales se sumaron las mansiones de Miramar y los hoteles y rascacielos del Vedado en los años 50. El resto de la ciudad se llenó de edificios multifamiliares, viviendas humildes, solares, cuarterías y mercados de todo tipo. Todo convivía en una urbe atravesada por amplias avenidas y calzadas.

Las fuentes documentales sobre La Habana son vastas. Hay obras de autores cubanos y extranjeros, además de grabados, fotos y películas. Entre los textos imprescindibles están “Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y moderna”, de José María de la Torre; “Habana Antigua”, de Manuel Pérez Beato; y “La Habana; apuntes históricos”, de Emilio Roig de Leuchsenring, primer historiador de la ciudad.

Hoy, caminar por La Habana revela un panorama desolador. Mucho ha desaparecido por la incuria y la desidia de las autoridades. Solo una pequeña parte del casco histórico está restaurada, gracias al fallecido Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal. Esa zona es, además, la más visitada por los turistas.

Los derrumbes son frecuentes y causan heridos y muertos. Tras ellos, o tras demoliciones por mal estado, quedan espacios vacíos. En el mejor de los casos, se convierten en parques o parqueos.

Los enormes basureros que proliferan por toda la ciudad generan peste y enfermedades, como la actual epidemia de arbovirosis. La recogida de desechos es lenta y deficiente.
Si sumamos los apagones que dejan a oscuras grandes zonas, los comercios y servicios cerrados, la falta de agua potable en muchos barrios, el pésimo transporte urbano y el aumento de la delincuencia, tenemos un panorama que recuerda al infierno descrito por Dante.

Juan Formell tituló una de las canciones más conocidas de Los Van Van “La Habana no Aguanta Más”.
Cierto. Esa es una verdad como un templo.

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Jorge Luis González Suárez

Periodista independiente