LA HABANA, Cuba. – Desde hace más de siete meses el preso político Jimmy Johnson Agosto padece de una serie de síntomas alarmantes sin que las autoridades de la prisión camagüeyana Kilo 8 accedan a trasladarlo a un hospital externo para un chequeo general, según él mismo denunció en conversación telefónica con CubaNet el pasado lunes, 17 de noviembre.
El joven, en la lista de presos políticos del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, fue detenido en agosto de 2022 y, posteriormente, condenado a 13 años de privación de libertad por el presunto delito de “sabotaje” como castigo por apedrear en horas de la noche las oficinas de la Unión Eléctrica de Nuevitas, en protesta por un apagón que se prolongaba ya más de dos días.
Por la misma causa, apuntó, también fue detenido y condenado su hermano, Lázaro Alejandro Pérez Agosto, sancionado con 10 años de cárcel por el delito de “atentado”.
Johnson Agosto refirió que desde hace más de siete meses se encuentra aquejado de falta de aire, un dolor constante en el pecho, calambres en el brazo izquierdo y la presión arterial descompensada. Según recalcó, los médicos que lo han escuchado en el centro penitenciario no le han podido dar un diagnóstico, y al pedirle a uno de ellos que lo remitiera al Hospital Amalia Simoni para un chequeo general, este se negó con el pretexto de que “el traslado tenía que autorizarlo el jefe de unidad, el teniente coronel Juan Miguel Sánchez Duarte”.
Johnson Agosto agregó que al plantearle su reclamo de atención médica al jefe de unidad, este se negó alegando que “eso no era por la libre”, sino que “la remisión tenía que darla el médico”.
El joven señaló que, a pesar de no tener un dictamen para sus síntomas, los facultativos del penal le prescribieron inyecciones de Truabin, complejo vitamínico B y Metocarbamol, los cuales le tuvieron que comprar sus familiares pues en el establecimiento penitenciario no los hay. Sin embargo, lamentó, después de haberse inyectado los fármacos no ha notado mejoría.
Johnson Agosto, de 30 años de edad, es vecino del reparto La Gloria, ubicado en Nuevitas, Camagüey. Al momento de ser encarcelado trabajaba como custodio en una discoteca particular de su municipio.
El preso político es epiléptico y, además, ha comenzado a padecer gastritis. Para esta última dolencia en el centro penitenciario le orientaron un tratamiento con omeprazol y metoclopramida, fármacos que también tuvieron que adquirir sus familiares.
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