LA HABANA, Cuba. – La Central de Trabajadores de Cuba (CTC, oficial), el único sindicato permitido por las autoridades en Cuba, afronta graves problemas económicos, con cifras millonarias dejadas de recaudar en los últimos años, lo cual ha impedido el autofinanciamiento de sus estructuras.
La información trascendió en una separata sobre economía contenida en la edición del pasado 29 de septiembre del periódico Trabajadores, órgano de ese gremio sindical. Aunque la CTC cuenta con varias fuentes de ingresos, como el arrendamiento de locales y espacios, y varios hoteles para el alojamiento de delegaciones que participen en eventos, resulta innegable que la caída de sus ingresos se debe en lo fundamental a la disminución del cobro de la cotización entre sus afiliados.
A pesar de que aquí en Cuba no se brinda habitualmente información acerca del movimiento de altas y bajas en las secciones sindicales de la CTC, está claro que la considerable merma en la cotización se debe a la gran desafiliación que han experimentado los sindicatos oficialistas en los últimos tiempos, lo que demuestra el escaso interés de los trabajadores cubanos.
El énfasis en el cobro de la cuota sindical, no obstante, sigue siendo una tarea priorizada en las secciones de base del sindicato. A tal punto que uno de los planteamientos más recurrentes en las conferencias municipales y provinciales previas al 22 congreso de la CTC, es que la labor sindical en muchos lugares se circunscribe en tratar de cobrar la cuota sindical, en detrimento de obrar en representación de los intereses de los trabajadores, o ser contrapartida de las administraciones.
Aunque la información aparecida en Trabajadores no lo manifieste, es evidente que una de las principales preocupaciones de la jerarquía sindicalista cubana es que la reducción de sus ingresos afecte el financiamiento de las estructuras parasitarias ―a niveles municipal, provincial y nacional― con las que cargan los sindicatos de las diferentes ramas de la economía.
Y, precisamente, la existencia de esas estructuras superiores evidencia el verticalismo que está presente en todas las entidades y organizaciones de la nación, un verticalismo que, en casos como este, confirma la desnaturalización de los sindicatos patrocinados por el castrismo. O sea, que son meras instancias para movilizar y adoctrinar a los trabajadores, y no mecanismos organizados desde abajo para defender a los trabajadores.
Por supuesto que otro elemento que incide en el no cumplimiento de los ingresos previstos por los mandamases de la CTC en lo referido al cobro de la cuota sindical es la baja sindicalización de los trabajadores del sector no estatal de la economía. En este sentido tampoco se ofrecen muchas cifras, pero se estima que menos de la mitad de los integrantes de las mipymes, los cooperativistas no agropecuarios y los trabajadores por cuenta propia pertenezcan a los sindicatos adscritos a la CTC. Lo anterior ocurre a pesar del enorme esfuerzo de los cuadros profesionales de la organización por afiliar a esa gran masa de trabajadores. Quién sabe si la destitución de Ulises Guilarte de Nacimiento como jefe de la CTC se debió a su fracaso en esta tarea.
Ahora especialistas y periodistas oficialistas, en su desesperación, buscan fórmulas que permitan aumentar el cobro de la cuota sindical entre los afiliados a la CTC. Ya se vislumbran, por ejemplo, los pagos por la aplicación Transfermóvil, o incluso descontar por nómina el importe que cada sindicalista deba aportar.
Este último método, de indudable intromisión en la economía de cada trabajador, ya se implementó en los años 80, cuando se comenzó a descontar un día de haber para financiar a las Milicias de Tropas Territoriales (MTT).
Mas, sea cual sea la fórmula que empleen para recuperar los ingresos perdidos por el impago de la cuota sindical, lo cierto es que cada día la CTC se desprestigia más ante los trabajadores cubanos.