AREQUIPA, Perú – El 18 de marzo de 1875 nació en La Habana Félix “El Andarín” Carvajal, considerado por muchos el más grande fondista cubano de todos los tiempos. Tiene anécdotas esparcidas por toda la Isla, y algunas de las más pintorescas ocurrieron en la Atenas de Cuba, la provincia de Matanzas.
Según recoge el diario estatal Girón, a las 5:00 PM del miércoles 23 de octubre de 1901, llegó a Matanzas el maratonista. Venía desde la capital cubana, corriendo por tramos.
Las páginas de El Correo de Matanzas dieron entonces cobertura a las actividades del visitante, que en la noche del día siguiente corrió en la Plaza de La Libertad, ante una gran concurrencia.
El domingo 27, el “El Andarín” Carvajal sostuvo una carrera de resistencia con un ciclista, en áreas del Paseo Martí. La competencia fue suspendida a las dos horas, a causa de la lluvia.
El famoso fondista efectuó otras exhibiciones en la ciudad de Matanzas, hasta la segunda semana de noviembre, cuando se marchó sin previo aviso.
Además, asistió a los III Juegos Olímpicos, celebrados en 1904 en la ciudad estadounidense de San Luis. En medio de la competencia, agobiado por el hambre, comió unas manzanas verdes que le provocaron vómitos y otras molestias. No obstante, el más afamado maratonista cubano terminó en cuarto lugar.
Pese a no haber alcanzado el podio, el esfuerzo del corredor para costearse el viaje hacia Estados Unidos, sus peripecias en el país norteño, y su casi milagrosa participación en la cita estival le convirtieron en una verdadera leyenda.
Tras los Juegos Olímpicos de 1904, “El Andarín” continuó sus logros deportivos, cosechando más de 57 galardones que quedaron registrados en la edición del 10 de junio de 1916 de El Heraldo de Cuba.
En 1928, ya con 53 años, logra la proeza de darle 4.375 vueltas a la Manzana de Gómez (ubicada entre las calles Monserrate y Zulueta; Neptuno y San Rafael), en La Habana Vieja.
Dos años después, con 55 años, cubrió ida y vuelta los 1.100 kilómetros por carretera entre Guane (Pinar del Río) y la ciudad de Santiago de Cuba.
Félix Carvajal vivió los últimos veinte años de su vida en una mísera casucha debajo del llamado Puente de Arango, hoy conocido como Puente de La Lisa, donde falleció el día 27 de enero de 1949, solo y enfermo, a los 73 años de edad.
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