septiembre 21, 2025

El MLC va muriendo antes de lo previsto

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(Imagen tomada de Cuballama)

LA HABANA, Cuba. – Cuando las autoridades comenzaron el proceso de dolarización de la economía cubana, transformando la mayoría de las tiendas estatales en establecimientos que comercializaban en dólares, dejaron a nivel de municipio una o dos tiendas que permanecían ofertando sus productos en MLC. Aunque, justo es consignar, con un surtido mucho menor que el que exhibían las tiendas dolarizadas.  

Ello obedecía, entre otras razones, al hecho de que había un numeroso grupo de consumidores que poseía saldos en MLC, y el Gobierno, al parecer, tenía cierta prisa por acabar de liquidar esa moneda.

Sin embargo, buena parte de las tiendas que permanecían trabajando con los MLC, de un día para otro han cerrado sus puertas, sin que los funcionarios castristas hayan dado una explicación al respecto. 

Gradualmente se agotaban sus surtidos, y no recibían reabastecimientos, mientras que sus empleados vegetaban sin realizar ninguna actividad ni poder brindar una explicación de lo que sucedía a los preocupados consumidores. 

Este proceso de cierre de tiendas que habían sido seleccionadas para seguir comercializando en MLC ha afectado, entre otras, a una tienda ubicada en la Calzada de Ayestarán, entre San Pedro y Domínguez, en el municipio del Cerro, a otra tienda localizada en la principal calle comercial del poblado de Santiago de las Vegas, en el municipio de Boyeros, y a alguna que otra que prestaba servicios en el bulevar de Centro Habana. 

Por otra parte, cada día es mayor el desdén de la población, y sobre todo de los dueños de los negocios por el MLC. En el mercado informal de divisas el MLC se valora a uno por cada 200 pesos cubanos, pero no se acepta en ningún comercio y se pasa mucho trabajo para encontrar a alguien que quiera comprar los MLC.

Mientras tanto, los poseedores de MLC esperan que, de un momento a otro, y como hicieron con el CUC, las autoridades informen de un plazo para que la población acuda a los bancos a cambiar sus MLC por pesos cubanos. Aunque semejante transacción sería al tipo de cambio oficial, que fija el MLC a 120 pesos cubanos. Una transacción que, lógicamente, no sería del agrado de la población, ya que el origen de sus ahora despreciados MLC, en su gran mayoría, fueron dólares o euros depositados en sus tarjetas monetarias. 

Los consumidores que no poseen dólares, con la gradual desaparición del MLC, ven mermar considerablemente sus posibilidades de adquirir bienes de consumo de primera necesidad. Cuando desaparezcan próximamente las pocas tiendas que aún ofrecen ropa, calzado y otros artículos en MLC, a esas personas solo les quedaría la opción de acudir a las denominadas “ventas de garaje” con tal de adquirir esas prendas. Esas ventas, aunque en buena parte de ellas se ofertan artículos de buena calidad, como se sabe solo comercializan artículos de uso, algo que pudiera no ser del agrado de los consumidores.  

Esa oferta limitada de bienes de consumo, sin que se atisbe la famosa desdolarización anunciada por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, es lo que el castrismo tiene para ofrecer a los cubanos que no tienen acceso a la moneda verde. Y pensar que en los años 60 y 70 de la pasada centuria, los académicos e intelectuales orgánicos del castrismo expresaban que la ley económica fundamental en el socialismo era la satisfacción de las necesidades siempre crecientes de la población.

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Orlando Freire Santana

Orlando Freire. Matanzas, 1959. Licenciado en Economía. Ha publicado el libro de ensayos La evidencia de nuestro tiempo, Premio Vitral 2005, y la novela La sangre de la libertad, Premio Novelas de Gaveta Franz Kafka, 2008. También ganó los premios de Ensayo y Cuento de la revista El Disidente Universal, y el Premio de Ensayo de la revista Palabra Nueva.