Más de un centenar de obras de artistas rusos, bielorrusos, ucranianos, muchos de ellos diseminados en la diáspora global, se muestran en el centro De Balie de Ámsterdam, Países Bajos, que acoge la hasta el próximo 4 de septiembre la exposición Virus, segundo volumen del proyecto Artists Against the Kremlin (AAK).
Publicitada como “una gran exhibición de arte disidente y antibélico”, su catálogo reúne nombres muy influyentes como Nadya Tolokonnikova (Pussy Riot), Danila Tkachenko o Sasha Skochilenko, mientras que su velada de apertura –el pasado 15 de agosto– contó con la actuación especial de la reconocida pianista Maria Nemtsova.
El objetivo principal es, desde luego, elevar la protesta contra el régimen de Vladimir Putin por la guerra contra Ucrania y, también, por las más de mil 500 personasen las cárceles rusas por motivos políticos, según consigna The Moscow Times, el más grande medio en inglés enfocado en cubrir la actualidad rusa.
La muestra en la ciudad holandesa incluye una instalación titulada Presos de conciencia que –gracias a la colaboración de dos organizaciones de derechos humanos, Perviy Otdel y Memoria (Premio Nobel de la Paz)– reúne piezas artísticas de prisioneros políticos del gran país euroasiático.
“Todos ellos se encuentran ahora en colonias penales o centros de detención preventiva en Rusia, por lo que los dibujos se realizaron tras las rejas y se enviaron al mundo exterior”, explicó a The Moscow Times Yelena Skvortsova, de Perviy Otdel. “Cuando una persona es encarcelada, su vida se paraliza. Cada día es igual, y lo máximo que puede aspirar un preso es cumplir su condena y ser enviado a una colonia penal, donde empezará a trabajar en una fábrica de costura. Pero es un trabajo duro, a menudo de 12 horas al día. La realización personal, las aficiones o cualquier otra cosa similar están fuera de discusión”.
Sin dudas, la iniciativa tendría la doble virtud de, probablemente, “ayudar en términos psicológicos” a los detenidos –incluido, dice Skvortsova, el envío de mensajes de apoyo– y de sensibilizar acerca de la cuestión política rusa a una audiencia europea y global que no siempre tiene acceso a esa realidad.
“Virus es una reflexión sobre cómo las prácticas autoritarias al estilo del Kremlin están infectando a otros países”, aseguran los organizadores, y advierten: “Como un virus real, el Kremlin ya ha contaminado a toda Rusia y se está propagando globalmente. Las herramientas creadas por el Kremlin –propaganda, noticias falsas, tácticas represivas— están siendo adoptadas cada vez más por gobiernos que se alejan de la democracia y se acercan al autoritarismo”.
A partir de ese diagnóstico, el volumen 2 de AAk plantea entonces algunas interrogantes: “¿Es esta enfermedad hereditaria o de reciente adquisición? ¿Tiene cura? ¿Qué se puede hacer para detener su propagación y sus mutaciones? ¿Puede la democracia desarrollar inmunidad?”.
Además de los autores mencionados, Virus acerca al público neerlandés y europeo occidental obras de Artyom Loskutov, Aysha Demina, Marat Guelman & Plus Minus Comma, Ruaction Berlin, Serafima Bresler, Yana Tark, Masha Bolotina, Anastasiya Egonyan, Daria Apakhonchich, Liza Pushkina, The Party of the Dead, Kungfuct, Mikhail Ray, Vladlena Sandu, artisterror, Nadya Raplya, Sergei Karev, Paulina Sinyatkina & Johannes Hogenbrink, Alice Femina, Milada Kopeliovich, Udoli, Walter Limo, Tanya Tanys, Lisaveta Nikulicheva, Pomidor art group, Jim Tvaroh, Roma Soyerov y Anita Turadzhanova, entre otros (también niños ucranianos).
“En 2024, Artistas Contra el Kremlin se convirtió en uno de los mayores eventos internacionales dedicados al arte político independiente, y el más importante del mundo rusoparlante”, ha indicado acerca la primera iteración de este proyecto la galería All Rights Reversed, basada en Berlín y su principal impulsora curatorial. “Más de 100 artistas de diferentes países presentaron más de 150 obras que abordaban la guerra, la propaganda, la represión y la resistencia interna al autoritarismo en el corazón de Ámsterdam, una ciudad conocida por su libertad de expresión y tolerancia”.