Si aceptamos la existencia del posfascismo como un fenómeno de derechas podríamos decir entonces que, del otro lado, en las izquierdas, lo que hay es populismo.
La gerontocracia política de la democracia norteamericana que domina hoy las elecciones no parece estar dispuesta a mirarse al espejo y reconocer su pecado de origen.
Es difícil dormir, difícil leer, difícil ver películas. Sería necesario suspender la incredulidad un momento por breve que fuera, pero así no se puede....