El novelista español Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943), autor de La ciudad de los prodigios (1986) y Sin noticias de Gurb (1990), entre más de una veintena de títulos, es el ganador este año del Premio Princesa de Asturias de las Letras. “Su prosa clara engloba tanto el lenguaje popular como los cultismos más inesperados”, justifica el jurado de esta edición.
“En sus libros sobresalen el sentido del humor y la visión desenfadada y humanista de la existencia”, añade.
Y, por supuesto, los miembros del comité no dejan de aludir al éxito editorial –como, mayormente, de crítica– que lo ha acompañado desde la publicación de su primera novela, La verdad sobre el caso Savolta (1975): “Eduardo Mendoza es un proveedor de felicidad para los lectores”.
Ganador en 2016 del Premio Cervantes, el más renombrado en el ámbito de la lengua española, Mendoza ha respondido este miércoles al anuncio del galardón en una comparecencia ante la prensa en la Bilblioteca Jaume Fuster de Barcelona, y desde allí ha vuelto a reivindicar la vena humorística en su obra: “El humor ha existido siempre, por ejemplo en la televisión y el teatro, pero en la literatura estaba en horas bajas”, dijo, y recordó a algunos colegas de juventud: “Creo que somos la generación que en una época gris y triste decidió pasarlo bien con la literatura”.
De acuerdo con el acta del jurado –presidido por Santiago Muñoz Machado, presidente de la Real Academia Española–, las novelas de Mendoza “combinan la voluntad de innovación con la capacidad de llegar a un público muy amplio”, y en ello consistiría “su decisiva aportación a las letras en lengua española del último medio siglo”.
Abogado de formación, Mendoza estudió también Sociología en Londres y fue durante años traductor en Naciones Unidas, en Nueva York. En todo caso, fue leyendo el Quijote que de niño encontró su vocación; descubrió entonces “que se podía cualquier cosa: relatar una acción, plantear una situación, describir un paisaje, transcribir un diálogo, intercalar un discurso o hacer un comentario, sin forzar la prosa, con claridad, sencillez, musicalidad y elegancia”, según contó en 2017 tras recibir el Cervantes.
Medio siglo de labor literaria ha entregado otras obras que cautivaron la imaginación de varias generaciones: a saber, El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas, El año del diluvio, La aventura del tocador de señoras, El asombroso viaje de Pomponio Flato, Riña de gatos. Madrid 1936 (Premio Planeta, 2010), etc.; también ha publicado tres piezas teatrales y algunos ensayos como ¿Qué está pasando en Cataluña? o Las barbas del profeta. El año pasado dio a imprenta la novela Tres enigmas para la Organización (Seix Barral)
Eduardo Mendoza sucede en esta categoría del Premio a la poeta rumana Ana Blandiana. Recientemente se anunció que el filósofo surcoreano-alemán Byung-Chul Han mereció el Princesa de Asturias en Comunicación y Humanidades.
Como el resto de los ganadores de este 2025 (ocho en total), Mendoza recibirá 50 mil euros y recogerá el galardón el próximo octubre en Oviedo de manos de los reyes de España.