Treinta años después, un colectivo de cineastas daneses –May el-Toukhy, Milad Alami, Annika Berg, Isabella Eklöf y Jesper Just– vuelve a proclamar una serie de mandamientos creativos, y por supuesto de producción, cuya finalidad es “defender la huella defectuosa, distinta y humana” en sus películas.
En la villa Zentropa de Cannes, en el escenario más esplendente del séptimo arte internacional, los jóvenes directores han replicado –con el respaldo práctico y financiero del influyente distribuidor TrustNordisk y del Instituto de Cine Danés– el gesto de maestros como Lars Von Trier y Thomas Vinterberg, precursores con su Dogma 95.
“Luchamos contra las fuerzas que trabajan para reducir el arte cinematográfico a un producto de consumo ultraprocesado”, dicen ahora El-Toukhy (Queen of Hearts), Alami (Opponent), Berg (Team Hurricane), Eklöf (Kalak) y Just (Vanishing Woman), quienes declaran una guerra estética frente a “un mundo en el que las películas basadas en algoritmos y expresión visual artificial están ganando adeptos”.
Fundado en Copenhagen, Dogma 25 reivindica el derecho a filmar en los propios términos, visto que “el rol del director se ha reducido al de un gestor de proyectos, la película a un producto y la audiencia a consumidores”.
Más adelante declaran: “Celebramos Dogma 95, a todos los cineastas que nos precedieron y a los que vendrán después. Nos unimos para defender la libertad artística como escudo contra la inutilidad y la impotencia. Dogma 25 es una misión de rescate y una rebelión cultural”.
Y pasan así a establecer “un conjunto de reglas inquebrantables” que prefieren denominar “el voto de castidad”.
Este es el nuevo decálogo del cine danés: 1. “El guion debe ser original y escrito a mano por el director”. (“Nos comprometemos a escribirlo a mano para nutrir la intuición que fluye con mayor libertad del sueño, canalizada a través de la mano al papel”); 2. “Al menos la mitad de la película debe ser sin diálogos”. (“Insistimos en un enfoque cinematográfico, porque creemos en la narrativa visual y confiamos en el público”); 3. “Internet está vetada en todos los procesos creativos”. (“Nos comprometemos a producir las películas basándonos en personas reales dentro de nuestra realidad física, en lugar de en una digital impregnada de algoritmos”); 4. “Solo aceptaremos financiación sin condiciones que alteren el contenido”. (“Asumimos la responsabilidad de controlar los presupuestos para que el equipo tenga la última palabra en todas las decisiones artísticas”); 5. “No más de diez personas detrás de la cámara”. (“Nos comprometemos a trabajar en estrecha colaboración para generar confianza y fortalecer nuestra visión compartida”); 6. “La película debe rodarse donde se desarrolla la narrativa”. (“El cine como forma de arte se vuelve artificial y genérico cuando retratamos una ubicación bajo una luz falsa”); 7. “No se permite usar maquillaje ni manipular rostros ni cuerpos a menos que forme parte de la narrativa”. (“Así como nos esforzamos por mantener la autenticidad de la ubicación, también queremos retratar el cuerpo humano sin filtro. Lo celebramos, con todo y sus defectos”); 8. “Todo lo relacionado con la producción cinematográfica debe ser alquilado, prestado, encontrado o usado”. (“Nos comprometemos a hacer películas utilizando objetos ya existentes y renunciamos a la cultura ahistórica y autodestructiva del consumismo”); 9. “La película debe realizarse en un plazo máximo de un año”. (“Nos abstenemos de cualquier proceso prolongado que impida el flujo creativo”), y 10. “Crea la película como si fuera la última”.
Desde luego, todos los cineastas que estén de acuerdo en seguir dichos preceptos al pie de la letra pueden firmar el manifiesto y unirse a Dogma 25.
Los nuevos fundadores también cuentan con el apoyo de sus mayores: “En 1995, hicimos películas con la certeza de la paz y creamos una revuelta contra el conformismo. En el 25 se crean nuevos dogmas, ahora en un mundo de guerra e incertidumbre. Le deseamos la mejor de las suertes en su marcha hacia la reconquista del cine danés”, han declarado Vinterberg y Von Trier.