Perseverancia, un ensayo documental de Juan Carlos Martín sobre el reconocido pintor cubano Tomás Sánchez (1948), tiene su estreno absoluto este martes 7 de octubre en el cine Tonalá de la Ciudad de México.
Tras esta presentación especial (7:30 p.m., hora local), que contará con la presencia de su protagonista, el filme se presentará en el Festival Internacional de Cine de Morelia (del 10 al 18 de octubre) y en el DocsMX (del 23 al 31) de la propia capital mexicana, antes de su llegada a las salas comerciales el próximo 6 de noviembre.
De acuerdo con una nota de prensa enviada a Rialta Noticias, el filme “ofrece un retrato íntimo de la vida y obra” de quien es considerado “uno de los grandes paisajistas de la segunda mitad del siglo XX”, y es “fruto de una amistad de más de tres décadas” entre el director y el artista isleño asentado en Costa Rica, lo que habría permitido “un acceso único a su mundo espiritual y creativo”.
Por supuesto, la película muestra los hitos vitales y profesionales de Sánchez, quien es uno de los más influyentes paisajistas vivos latinoamericanos y cuya obra ha alcanzados récords en ventas para un artista contemporáneo de la isla.
En pantalla se suceden y entretejen su infancia, su formación en la Escuela Nacional de Arte de Cuba, el Premio Joan Miró de 1980, el parteaguas que constituyó la exposición Volumen Uno, y luego el exilio con estaciones en México, Miami y, finalmente, Costa Rica, donde habita desde hace años rodeado de la profusa serenidad de la naturaleza tropical.
“Todo ello acompañado de la voz y reflexiones del propio Sánchez, cuya práctica espiritual del yoga y visión contemplativa del mundo se entrelazan con la fuerza de sus paisajes”, reza el comunicado.


Fueron apenas 14 meses de concepción, desde que surgió la idea hasta este octubre de estreno mundial, explicó el realizador de Perseverancia: “Es la película más rápida que he hecho en mi vida”, ha dicho Martín, a quien complace “profundamente” que, a partir de ahora, “más personas podrán acercarse a la vida y obra de Tomás Sánchez, un artista imprescindible de nuestro tiempo”.
Filmado en Costa Rica, México, Estados Unidos, Bélgica, Países Bajos y Cuba, el documental es resultado de una voluntad colectiva en que se integraron no solo las habituales especialidades técnico-artísticas del cine –fotografía (Emilio Valdés y Federico Barbabosa), diseño sonoro (Matías Barberis y Valeria López Mancheva), música original (Andrés Sánchez Maher y Gus Reyes), producción (Gustavo Ángel)–, sino además los testimonios de personalidades esenciales del arte contemporáneo como José Bedia, Tania Bruguera, Edward Sullivan, Gustavo Pérez Monzón, Ramón Cernuda, José Manuel Fors, Zacarías Martín o Carol Damián.
Así lo ha destacado el equipo de realización y producción de Perseverancia, una de cuyas metas últimas ha sido, según han subrayado, reflejar –más allá de contextos y huellas biográficas– el diálogo constante entre el mundo interior de Sánchez y su vasta, minuciosa, diáfana creación pictórica.
“La obra de Tomás Sánchez se mueve en tres series o registros bien engranados: los basureros, las crucifixiones y la paisajística. Sístole en un extremo. Diástole en el otro. En el centro, equilibro cielo y tierra: la Cruz; a la que, ha dicho, de una forma u otra todos estamos sujetos. En relación a los basureros, ellos son la mente en contracción; y, aunque paisaje, es naturaleza deteriorada por la sociedad contemporánea. Por su parte, los paisajes naturales pertenecen a un momento en que la mente se expande en la meditación. Somos naturaleza y ella fluye en nosotros”, ha escrito en Rialta Magazine Nansen H. Tápanes, quien apunta asimismo algunas influencias rastreables en el trabajo de pintor cubano: “Los dos primeros registros se relacionan con la influencia expresionista de James Ensor, Francis Bacon, y un largo etc…; y, más cercana, la herencia de la pintora cubana Antonia Eiriz, de quien Tomás Sánchez recibió clases cuando estudiaba en la Academia”, dice el crítico. “El otro registro, paisajístico y anterior a la pintura, viene desde la infancia”.
Piezas de Sánchez han sido exhibidas en grandes galerías y museos de todo el mundo, y en los últimos años la galería Marlborough ha presentado y comercializado sistemáticamente su trabajo ante el público neoyorquino y global.
En marzo de 2022, su cuadro Llegada del caminante a la laguna fue vendido en una subasta de Christie´s por una cifra récord (personal) de 1.8 millones de dólares.

“Durante más de treinta años, Tomás Sánchez se ha dedicado a una constante reinvestigación sobre el significado del paisaje como forma mayor de expresión artística”, citaba por entonces la casa de subastas un ensayo del crítico Edward Sullivan. “Este género puede haber sido agotado y vaciado de todo significado, más allá del kitsch estereotipado, Sánchez lo revalúa con un nuevo conjunto de significantes que, una vez decodificados por el espectador, revelan una profundidad de implicación y un vocabulario de símbolos que puede entenderse como nada menos que subversivo dentro de los parámetros del arte contemporáneo”.
Hace un lustro, en diálogo para Rialta Magazine con la curadora Solveig Font, el hombre y artista Tomás Sánchez perseveraba tranquilamente en su retrato: “Mi proyecto de vida une o vincula los tres escenarios que son importantes para mí: la meditación, el arte y la naturaleza. No responden a un orden jerárquico, ni a un sistema de valores, pues los visualizo a los tres como un todo. [….] como pintor mi proyecto es pintar, no para una exposición determinada ni para un compromiso concreto, pintar es para mí la forma en que elegí estar en el mundo. Practico meditación hace cincuenta años, la experiencia de la meditación se refleja en mi obra y también en mi percepción de todo lo que me rodea. Ese camino me ha conducido al veganismo, a la ecología, pero también a la convicción de no estar separado de lo demás, de formar parte de un todo”.

