agosto 19, 2024

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Varadero Josone: otro festival en Cuba que no logra maquillar la crisis

Del 22 al 25 de agosto algunos de los artistas más complacientes con el castrismo fueron convocados al Parque Josone de Varadero.
Festival varadero Josone / Haila María (Fotos: Prensa Latina - CubaSí)

AREQUIPA, Perú – El régimen cubano anunció este fin de semana con grandes fanfarrias la realización del Festival Varadero Josono. Como parte de la propaganda hecha por la prensa oficial para esta cuarta edición, los reportes exaltan la música en vivo y el destino turístico insigne de la provincia de Matanzas, mientras el pueblo en la Isla continúa sumido en la más profunda crisis.

Según explicó el músico y presidente del certamen, Issac Delgado, este año se concibieron tres noches de concierto (del 18 al 20) en Matanzas, específicamente en la playa El Tenis.

Mientras, del 22 al 25 de agosto algunos de los artistas y agrupaciones más complacientes con el castrismo fueron convocados al Parque Josone de Varadero. Allí actuarán Haila María Mompié, Alain Pérez, Maykel Blanco y su Salsa Mayor, Síntesis, Issac Delgado, Formell y Los Van Van.

Como antesala de las presentaciones, el proyecto de Adriano DJ animará el Parque Josone en aras de promover el intercambio entre el público joven y las figuras invitadas a la cita.

Bajo el slogan “¡Déjalo que suene!”, el Festival Varadero Josone; Rumba, Jazz & Son es impulsado por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem) y el Gobierno de Matanzas, además de contar con el auspicio de los Ministerios de Cultura y Turismo de Cuba.

Asimismo, está organizado de forma independiente en esta ocasión por los proyectos Música Punto Cero, OLA, La Rueda Producciones y la empresa de producción Four Wives.

La celebración de este evento, como sucede también con el anunciado Festival Internacional Varadero Gourmet de alta cocina, pretende revitalizar a Cuba como destino turístico y edulcorar la realidad del país de cara a los medios, ofreciendo así más “pan y circo” en el contexto de escasez e inseguridad que viven los cubanos.

Más allá de las críticas y controversias que generan actos como estos, esta no es la primera vez que el régimen cubano organiza eventos de este tipo a pesar del deterioro en las condiciones de vida de la población.

La realidad más inmediata de Cuba

En mayo de este año, el Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL) organizó la Cuarta Feria Internacional de Alimentos, Bebidas, Envases y Tecnología Alimentaria en Pabexpo, en La Habana. Este evento se llevó a cabo mientras la mayoría de los cubanos enfrenta dificultades para acceder a alimentos básicos. Asimismo, en febrero, se inauguró la quinta edición del festival culinario “Cuba Sabe 2024” en el Hotel Iberostar Grand Packard en La Habana, otro evento que destacó por su desconexión con la realidad cotidiana de la población.

Otro ejemplo de este contraste fue la celebración en noviembre de 2023 de “Le Dîner en Blanc” (DEB) en La Habana, una cena gourmet anual que se ha celebrado durante más de 30 años en varias ciudades del mundo. Se ofrecieron platos de langosta, pastas y cordero, en un país donde muchos ciudadanos apenas pueden obtener lo necesario para una alimentación básica.

Estos eventos son percibidos por los cubanos como un insulto, ya que la mayoría de la población debe hacer grandes esfuerzos y “malabares” para poner un plato de comida en la mesa.

La gravedad de la situación alimentaria en Cuba ha sido documentada por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), que en julio pasado presentó un informe señalando que la crisis alimentaria es el principal problema social en el país. Según el documento, el 72% de los encuestados considera esta situación como la más urgente, destacando que siete de cada diez cubanos han dejado de desayunar, almorzar o cenar debido a la falta de dinero o la escasez de alimentos. Solo el 15% de la población ha logrado realizar las tres comidas diarias sin interrupciones.

En un análisis previo, publicado en abril, el OCDH subrayó que los esclavos en  Cuba durante los siglos XVIII y XIX tenían una dieta superior en valor nutritivo y más abundante que la de los cubanos actuales. Basado en investigaciones del historiador Manuel Moreno Fraginals, el estudio señala que los esclavos consumían diariamente media libra de carne de res, tasajo o bacalao, 500 gramos de harina de maíz, boniato, yuca, calabaza y fufú de plátano.

La crítica situación alimentaria en la Isla ha llamado la atención de la comunidad internacional. En junio de 2024, la ONG Food Monitor Program, junto con el OCDH, denunció la gravedad de esta crisis tras la inclusión de Cuba por primera vez en un informe de UNICEF sobre desnutrición infantil. Este hecho refleja la creciente preocupación por el deterioro de las condiciones de vida en la Isla.

Asimismo, en mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) expresaron su alarma por el agravamiento de la inseguridad alimentaria en Cuba. Señalaron que esta situación afecta de manera desproporcionada a grupos vulnerables, como personas mayores, mujeres embarazadas, niños, adolescentes y personas con enfermedades crónicas.

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Damian Fernández (Redacción)

Miembro del equipo de redactores de Cubanet.

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