agosto 19, 2024

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Mario Urquía renuncia como Gran Maestro de la masonería en Cuba

Su renuncia ocurrió tras reunirse con más de un centenar de masones en la Gran Logia de Cuba el sábado. El encuentro había sido convocado por el propio Urquía.
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Ex Gran Maestro Mario Alberto Urquía Carreño (Fotos: Cortesía)

LA HABANA, Cuba -. El Gran Maestro de la masonería en Cuba, Mario Alberto Urquía Carreño, renunció este 18 de agosto por exigencia de la comunidad masónica en la Isla y tras varios meses de aferrarse al cargo, pese a haber sido expulsado de la Orden.

“Antes de permitir que la división existente perjudique aún más a la Institución y se incrementen los ataques que a través de las redes sociales se realizan, lo que aumentaría aún más la denigración a la que está sometida la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. por parte de sus enemigos, en bien de la Institución este Gran Maestro renuncia al cargo”, expresó Urquía Carreño mediante un comunicado oficial.

Sobre las razones de su dimisión, Urquía Carreño explicó que existe en la institución masónica “una incompatibilidad en criterios en la correcta aplicación e interpretación de nuestras leyes”, lo cual ha provocado que “las opiniones en nuestras Logias se encuentran divididas en cuanto al correcto proceder”

“Se han desatado el odio y los insultos entre hermanos olvidando que juramos defendernos presentes y ausentes. La situación institucional muestra hoy una funesta división. Por las actuaciones vistas de algunos masones, se denota la existencia de un peligro creciente de agresiones y no permitiremos que esto suceda; la incomprensión ha sometido a nuestros hermanos”, señaló.

La renuncia ocurrió tras reunirse con más de un centenar de masones en la Gran Logia de Cuba el sábado. El encuentro había sido convocado por el propio Urquía.

Los masones se congregaron en el teatro, ubicado en el tercer piso del edificio de la Gran Logia. Una fuente consultada por Cubanet y que solicitó el anonimato relató que Urquía “tenía preparado un circo” para manipular a los presentes y mantenerse en el cargo, pero los masones no se lo permitieron, la frase unánime que se escuchaba era “entrega y vete”.

“Es un descarado, eran mentiras tras mentiras; todos los hermanos estábamos de pie pidiéndole que entregara la llave de su oficina”, añadió.

Las tensiones escalaron tanto que, narra otro testigo, “Urquía abandonó el teatro, pero todos subimos detrás de él para el onceno piso (donde se encuentra su oficina)”.

Ante la insistencia de los presentes, el Gran Maestro aceptó reunirse con una representación de ellos. Durante unas dos horas, ambas partes (funcionarios de Urquía y tres masones de los que exigían su dimisión) estuvieron negociando su salida del cargo.

Reunión de masones con Urquía, en la Gran Logia, el pasado 17 de agosto

Finalmente, Mario Urquía aceptó dimitir; los términos que se manejaron a puertas cerradas aún se desconocen pues los presentes hicieron un pacto de discreción.

En lo adelante, sustituirá a Mario Urquía el Diputado Gran Maestro nombrado por él, Maykel Filema, quien deberá convocar a elecciones en la próxima sesión de Alta Cámara, en el mes de septiembre.

La renuncia de Urquía es vista por los masones como una victoria tras más de siete meses de cismas en la orden que iniciaron con el supuesto robo de 19.000 dólares de la oficina del Gran Maestro. Poco después, Mario Urquía fue expulsado por el Supremo Consejo y, en virtud del Tratado de Amistad y Mutuo Reconocimiento entre la Gran Logia y el Supremo Consejo, se le impidió abrir y presidir la sesión de Alta Cámara de la Gran Logia del 24 de marzo a gritos de “fuera traidor, ladrón y cobarde”.

Pese a esto, el Ministerio de Justicia de Cuba, en un acto de injerencia que le permiten las leyes del país, no reconoció su expulsión y lo restituyó en el cargo en menos de tres meses.

Esto provocó una masiva e histórica protesta de masones a las afueras de la oficina del Gran Maestro en la Gran Logia el 23 de julio y que cientos de logias se insubordinaran. Incluso Caridad Diego, Jefa de la Oficina de Atención a Asuntos Fraternales y Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y varios de sus funcionarios, se llegaron a reunir con una representación de las logias para tratar de controlar el descontento o evitar que este tuviera mayores connotaciones.

“Lo importante es que resolvimos el problema más grave: salimos de Urquía”; pero todavía tenemos que reparar todo el daño que hizo”, declaró otro masón bajo condición de anonimato.

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Camila Acosta

Camila Acosta Rodríguez (Isla de Pinos, 23 de junio de 1993). Licenciada en Periodismo, Universidad de La Habana, 2016. Trabajó como Periodista en el Canal Habana. Instituto Cubano de Radio y Televisión. Ha realizado dos documentales audiovisuales: uno sobre la Masonería en Cuba, y otro sobre las Hijas de la Acacia (rama femenina de la Masonería Cubana). Por estos trabajos obtuvo el reconocimiento de la Academia Cubana de Altos Estudios Masónicos, en diciembre del año 2017. Ha publicado en varios medios de prensa cubanos y extranjeros. Ha colaborado con el periódico The New York Times, trabaja como periodista de CubaNet y como corresponsal en La Habana del diario español ABC. Autora del libro “Del Templo al temple. Silencios y escándalos de la masonería cubana” (Editorial Primigenios, 2022).

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