MIAMI, Estados Unidos. — La plataforma Cuba Siglo 21 dio a conocer el resultado de una investigación acerca de “la política deliberada de asfixia” desatada por GAESA contra el sector no estatal cubano (cuentapropistas) desde 2016.
El informe “El emprendimiento en Cuba asfixiado por GAESA” aborda, entre otros temas, la maniobra del régimen cubano detrás de la creación de pequeñas y medianas empresas (Mipymes) a la vez que mantiene en la cárcel a más de 1 000 presos políticos y apoya la agresión de Putin contra Ucrania.
La investigación, publicada en la colección Dossier Cuba 21, fue realizada con apoyo del Havana Consulting Group, el Observatorio Cubano de Auditoria Ciudadana y las contribuciones de un grupo de periodistas independientes. En ella se demuestra estadísticamente que el mayor auge alcanzado por el sector no estatal ocurrió en el periodo 2013-2016, cuando, en pleno deshielo, el régimen cubano trancó las reformas y comenzó una ofensiva despiadada para detener el mayor movimiento de emprendimiento ciudadano ocurrido en las últimas seis décadas.
Según indican los datos, lejos de alentar una mayor apertura económica el llamado “deshielo” generó todo lo contrario: “la oligarquía inició una ofensiva estatal para asfixiar a los emprendedores”.
Cuba Siglo 21 destaca que “esa ofensiva coincidió, todavía bajo la Administración Obama, con las primeras denuncias por los afectados del llamado Síndrome de La Habana”.
“La oligarquía se benefició financieramente del Deshielo, limpió su deuda externa al serles condonados 42 000 millones de dólares, obtuvo nuevas líneas de créditos, incrementó el flujo turístico y usó los recursos para construir hoteles y adquirir equipos para la represión. Cuando vino la epidemia no había balones de oxígeno, ambulancias ni hospitales preparados para enfrentarla. No detuvieron la construcción de hoteles. Murieron cientos de miles de cubanos”, señala la investigación.
Desde 2016 hasta la fecha Cuba “ha perdido dos tercios de esta fuerza laboral porque el Estado, que ahora se vanagloria de crear unas MIPYMES que no representan el 1% de aquellos negocios, aplicó desde entonces políticas deliberadas para reprimirlas por medio fiscales y policiacos (los más exitosos a menudo terminaban en la cárcel). Una parte considerable ha emigrado convencida de que no hay futuro”.
La investigación de Cuba Siglo 21 revela que la nueva ley de Mipymes fue diseñada para redireccionar las empresas estatales a fin de crear una estructura empresarial en su mayoría manejada por oligarcas y personas afines al gobierno. La plataforma amplía que “el objetivo es facilitar la promoción en Estados Unidos de un deshielo 2.0 creando una imagen de falsa apertura para atraer inversión extranjera y burlar el embargo norteamericano”.
El informe demuestra, además, que Cuba “es un país donde sigue sin existir la libertad empresarial para registrar la propiedad de una empresa, donde no se puede exportar ni importar libremente, ni expandir un negocio, ni decidir en dónde invertir”.