LA HABANA, Cuba.- Como todos los presidentes de la Cuba republicana, Carlos Prío Socarrás (1903-1977) ha salido muy mal parado en las páginas de los libros de Historia redactados por los amanuenses de la revolución castrista. Lo cierto es que el abogado nacido en Bahía Honda, Pinar del Río, llegó al poder mediante elecciones democráticas en el año 1948, en un contexto social y político signado por la corrupción político-administrativa, el gansterismo y la inflación.
Durante el gobierno de su predecesor, el también miembro del Partido Revolucionario Auténtico, Ramón Grau San Martín, se habían tornado frecuentes los enfrentamientos entre pandillas, con un número importante de víctimas mortales y la consecuente inestabilidad de la vida en la capital.
Por tal motivo, una de las primeras medidas tomadas por Prío fue la aprobación de la Ley de represión del gansterismo, que no dio resultado debido a su excesiva tolerancia ante focos de pandillerismo político, y episodios de corrupción.
Su programa de gobierno estuvo orientado a contener la inflación y estimular la agricultura mediante la creación de cooperativas agrícolas cuya prioridad fue aprovechar cada palmo de tierra con capacidad productiva. Durante su mandato fue establecido el Banco Nacional de Cuba, se puso límite a los préstamos extranjeros, se implementaron mejoras en el sistema educacional, se desarrolló la industria y aumentó la cantidad de obras públicas.
En este período fueron terminadas la Biblioteca Nacional y nuevas carreteras en la costa norte. También se iniciaron las obras de la Plaza Cívica y del túnel bajo el río Almendares, que actualmente conecta a los municipios de Plaza y Playa.
En la economía, las exportaciones de azúcar sobrepasaron los 600 millones de pesos, y se incrementó la producción de café, tabaco, tejidos, calzado y alimentos. La industria pesquera creció y se oxigenó el mercado inmobiliario.
El nivel de vida aumentó significativamente. Los salarios subieron y también las inversiones norteamericanas en renglones como electricidad, telefonía, minería, productos farmacéuticos y otros negocios, muchos impulsados con capital cubano.
Carlos Prío Socarrás fortaleció la institucionalidad democrática de acuerdo a lo estipulado en la Constitución de 1940, mediante la creación del Tribunal de Garantías Constitucionales y Sociales, y el Tribunal de Cuentas. Creó la Junta Nacional de Economía y el Banco de Fomento Agrícola e Industrial. Fundó la Universidad de Oriente y comenzó la construcción de su homóloga en Las Villas.
Prío fue depuesto por el cuartelazo del 10 de marzo de 1952, encabezado por Fulgencio Batista, tres meses antes de que se celebraran las elecciones presidenciales. Huyó a Estados Unidos con su familia sin defender su gobierno, y desde allá conspiró para derrocar a Batista.
Regresó a Cuba en 1959, con el triunfo de la Revolución. El expresidente había apoyado la expedición del Granma y la lucha en la Sierra Maestra. Sin embargo, rompió con Fidel Castro cuando las políticas de este comenzaron a derivar hacia el comunismo.
Carlos Prío emigró definitivamente en 1961. Se estableció en Miami, donde se suicidó de un disparo en el pecho, el 5 de abril de 1977.