MIAMI, Estados Unidos. – Ayelen She, la superiora de las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima (JVV) en Cuba, aseguró a la agencia Independent Catholic News (ICN) que este año su congregación ha experimentado “lo difícil y dura que es la vida” en un país con ideología comunista, y subrayó que se trata de una nación “hermosa por su naturaleza, por su gente amable, noble y generosa”.
Las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima están a cargo de la parroquia de Guasimal (Sancti Spíritus), que pertenece a la diócesis de Santa Clara y adonde los sacerdotes llegan solo una vez al mes. Las religiosas “sostienen el fuerte” en el día a día, precisa ICN.
“Estamos felices de hacer presente el amor de Dios aquí en Cuba y de ser testimonio de su existencia para un pueblo que lo busca y lo necesita tanto”, agregó She.
ICN también informa que el obispo de Santa Clara, Marcelo Arturo González Amador, ha pedido a la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (Aid to the Church in Need, ACN), apoyo para levantar una cerca en la entrada del templo debido a episodios de conducta antisocial de algunos jóvenes.
Según comunicó la ACN, hay muchachos que han sido groseros con los feligreses, a quienes incluso les han impedido acceder a la iglesia, algo que, de acuerdo con vecinos citados por ICN, “ofende tanto a Dios como a su casa”.
“Estas hermanas son un gran regalo de Dios para esta diócesis. Viven una vida religiosa muy sobria y entregada, consagrada a tiempo completo al Señor y a la misión”, dijo González Amador. Y añadió: “Su vida espiritual es seria y serena. Su apostolado en los lugares más difíciles y enrevesados se realiza con amor, constancia y fidelidad. Merecen ser escuchadas y apoyadas en sus solicitudes”.
De acuerdo con ICN, la iglesia de Guasimal permanece abierta a diario y la vida parroquial “ha florecido” con actividades regulares para adultos y niños. Las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima asisten a los sacerdotes que acuden mensualmente para confesar, celebrar misas y ungir a enfermos. Reconocibles por su hábito azul, las hermanas ofrecen catequesis, guía espiritual y ayuda práctica a personas en zonas abandonadas.
ICN recuerda que la congregación de las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima fue fundada en Perú en 1961 y hoy está presente en siete países de América Latina, incluyendo a Cuba. Desde 2015 su comunidad en la Isla está basada en Guasimal, un área “extremadamente pobre” donde, según el reporte, hay más de 27.000 fieles católicos por cada sacerdote.