MADRID, España.- Este 13 de julio se cumplen 26 años del fallecimiento en Miami de Antonio (Ñico) Membiela, una de las grandes figuras del bolero cubano.
Considerado uno de los más genuinos boleristas hispanohablantes, Ñico Membiela nació en Zulueta, Villa Clara, el 3 de diciembre de 1913, y desde muy joven mostró un talento excepcional para la música. En su adolescencia aprendió a tocar la guitarra y se trasladó con su familia a Cienfuegos, donde vivieron en la calle O’Donnell. Su padre era propietario de la ferretería La Bomba, y Ñico solía recorrer las calles con su guitarra, ofreciendo serenatas y descargas trovadorescas.
A principios de los años 50, Membiela grabó seis temas que no tuvieron éxito, pero en 1954, al unirse a la Orquesta de Cheo Belén Puig, grabó dos temas que le abrieron el camino a la fama. Con una voz peculiar y emotiva, su carrera despegó cuando grabó, poco después, un álbum de boleros tradicionales que lo consagró como una figura icónica del género.
Ya en la década de los 60, se convirtió en uno de los principales boleristas, junto a Blanca Rosa Gil y Orlando Vallejo, con quienes era habitual en el Ali Bar. El bolero “Contigo-Besos Salvajes”, una combinación melódica de dos piezas, “Contigo” del mexicano Claudio Estrada y “Besos Salvajes”, lo llevó a la cima de la popularidad.
Otros temas muy conocidos interpretados por él son “Mi Virgen Negra”, “Orgullo”, “Lo Siento Por Ti”, “Nosotros” y “En Las Tinieblas”.
A comienzos de los 60, las disqueras fueron nacionalizadas, y boleristas de la talla de Orlando Vallejo, Rolando Laserie, Fernando Albuerne y Blanca Rosa Gil se marcharon de la Isla. Lo mismo hizo Ñico Membiela, quien, luego de presentarse en 1963 en México, se estableció en Estados Unidos, donde continuó su carrera en Miami.
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