Una retrospectiva de Vivian Maier, la niñera y fotógrafa callejera que nunca reveló sus fotos, aunque llevaba su cámara a todos lados y disparaba incesantemente, se expone por estos días en el museo Fotografiska de Nueva York. Hoy las imágenes capturadas por Maier tienen un sello inigualable y son reconocidas por la crítica y el público entre lo mejor de la fotografía estadounidense del siglo XX, pero no fue hasta el 2007 que la obra de esta artista autodidacta se descubrió gracias a una subasta de un armario suyo lleno de negativos.
En la actualidad, la obra de Maier está siendo archivada y catalogada “para disfrute de los demás y para las generaciones futuras”, explica el museo. John Maloof, la persona que compró aquel armario (subastado por impago de la vivienda), está en el centro de este proyecto que ya ha reconstruido, aproximadamente, por el 90 por ciento del archivo.
Unseen Work, el título de esta muestra en Fotografiska, explora la obra de Maier desde principios de los años cincuenta hasta mediados de los ochenta a través de 200 piezas que incluyen documentales caseros y grabaciones de audio. Porque Maier no tuvo suficiente con la cámara; su afán por documentar la realidad la llevó a echar mano de diversos medios.
Hasta el 29 de septiembre venidero, el público puede disfrutar de este grupo de instantáneas y otros materiales que dan cuenta del Nueva York de la posguerra y más allá con el particular humor del ojo de Maier. La exposición fue presentada por primera vez en el Musée du Luxembourg, París, del 15 de septiembre de 2021 al 16 de enero de 2022.
Maier, quien tomó instantáneas hasta finales de la década de 1990, dejó una obra compuesta por más de 100 mil negativos. Desde que salieron a la luz las fotografías, su historia no deja de sorprender, sobre todo por la calidad de sus imágenes. Fue una fotógrafa sin red ni formación en el medio; disparaba su cámara solo por ese irresistible impulso que puede mover a alguien a registrar la realidad de la que es parte y a dejar testimonio de su discreto y silenciosos paso por este mundo.
“Un buen fotógrafo callejero debe poseer muchos talentos: un buen ojo para el detalle, la luz y la composición; una sincronización impecable; una perspectiva populista o humanitaria; y una capacidad incansable para disparar, disparar, disparar y disparar constantemente sin perderse ni un momento. Ya es bastante difícil encontrar estas cualidades en fotógrafos formados, con la ventaja de contar con estudios y mentores y con una comunidad de colegas artistas y aficionados que apoyan y recompensan sus esfuerzos. Es increíblemente raro encontrarlas en alguien sin formación formal y sin una red de colegas”, dice Geoff Dyer en las palabras de presentación de un libro sobre la obra de Maier.
“Era un camaleón superdotado”, reseña este junio The New York Times Arts. Pero a pesar de su impresionante exposición fotográfica en Fotografiska, Vivian Maier permanece en la sombra”.
Unseen Work cuenta con el apoyo de Women In Motion, un colectivo fundado en 2015 por el Grupo Kering para poner de relieve las desigualdades en el ámbito de la cultura y las artes y cambiar las percepciones. Desde entonces, el programa se ha convertido en una plataforma de referencia para ayudar a cambiar mentalidades y liderar conversaciones sobre la situación de la mujer en las artes y la cultura, informa el museo.
|
Colabora con nuestro trabajo Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro. ¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí. ¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected]. |
