Los admiradores de Valéry no le hacen ningún favor al enfatizar su extrema lucidez. Lo que los Cahiers muestran es que este hombre, que tanto tiempo pasó pensando sobre sí mismo, apenas se conocía.
Las relaciones entre ensayistas e historiadores han sido siempre turbulentas. La rígida causalidad que los historiadores aplican a los sucesos del pasado lo corrobora.